Llega la primavera y, para algunos, las alergias: estas son las 10 plantas de las que debemos mantenernos lejos

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Las primaveras son hermosas, porque todo florece y el clima suele estar templado, con temperaturas que nos confortan a todos, pero puede ser una estación complicada para aquellos que sufren de alergias. El motivo es la combinación de un otoño especialmente húmedo con un invierno más cálido, seco y soleado que los que solíamos vivir años atrás, lo que permite florecer con fuerza a todo tipo de plantas, tanto arbóreas como arbustivas y herbáceas caducas. Así, su producción de polen se multiplica y las que se reproducen por medio del viento –lo que se conoce como polinización anemófila– llenan el aire que respiramos.

Esto provoca que todos aquellos órganos que segregan mucosa se vean afectados, dejándonos los ojos rojos y la nariz embotada de mocos y estornudos, así como provocándonos cansancio, dificultad para respirar, dolor muscular e incluso cambios de temperatura. Es el calvario de los alérgicos, un sector de la población de crece año a año y que convive en una suerte de relación de amor-odio con la primavera.

Los diez vegetales más alergénicos

Todo por culpa de las siguientes diez especies vegetales y su polen altamente reactivo. Si bien hay más plantas alergénicas de acuerdo a cada región, las del siguiente listado suelen ser las más frecuentes tanto en parques y jardines, como en los espacios públicos y las casas de campo. 

1. Plátanos de sombra

De origen mediterráneo oriental, hace muchos siglos que llegaron a nuestras calles y campos. Su tronco moteado, su alta y densa copa y sus verdes intensos alegran y dan sombra a márgenes de caminos, bulevares y avenidas urbanas. El problema es que tanto su polen, que aparece en los primeros meses de la primavera, como la pelusa de sus brotes e incluso los vilanos de sus semillas, son tremendamente alergénicos. Atacan principalmente a la nariz, los ojos y las vías respiratorias. Se estima que son el 10% de los árboles de la ciudad de Buenos Aires, unos 40 mil.

2. Aligustre

Este arbusto se utiliza con frecuencia por tener una hoja más resistente a la caída y por la fragancia de sus flores. También es fácil de ver en jardines de ciudades interiores, debido a su espectacular inflorescencia. El problema es que, como todas las oleáceas, tiene un polen abundante y alergénico.  

3. Olivo 

Los alérgicos que habitan en zonas de producción de aceite saben bien de los padecimientos que provoca el polen de olivo. Esta especie poliniza entre principios de octubre y finales de noviembre, llenando el aire de un polen amarillo blanquecino y el suelo de un manto de pequeñas flores.

4. Gramíneas

Aunque son unas oportunistas que pueden aparecer en cualquier época del año si las condiciones acompañan, la primavera en toda su extensión es la época de su polinización, soltando al aire toneladas de polen alergénico. En este apartado caben las gramíneas de cultivo tanto como las de márgenes de caminos, pero también el césped de los parques y jardines. Su acción puede ser especialmente alergénica tras el cortado, ya que se agitan las espigas.

5. Parietaria

Esta planta con aspecto de ortiga, pero con un verde más apagado y una hoja pilosa, es muy frecuente en los campos y descampados del litoral. Se encuentra junto a paredes o huecos entre piedras, pues es una oportunista que aprovecha el abono ocasional de los orines de los animales para crecer y florecer. Su polen se encuentra entre los más alergénicos y poliniza entre octubre y noviembre. 

6. Abedul

Tiene un molesto polen que afecta especialmente a las vías respiratorias. En Japón, el cultivo sin control de esta especie es responsable de que haya millones de alérgicos que deben ir por la calle con mascarillas.

7. Aliso

Se trata de una planta que, aunque está en retroceso en entornos urbanos, no es infrecuente en márgenes de ríos, especialmente allí donde el cauce de agua es estable y mantiene el subsuelo húmedo.

8. Encina

La encima es otro gran responsable de alergias en aquellas personas sensibles al polen de la familia de las fagaceas, un grupo muy presente en los climas frescos tanto del hemisferio norte como del austral. La especie más característica es el Haya. 

9. Castaño

Una fagacea más frecuente en muchas zonas. Su polen puede ser muy molesto. Poliniza entre octubre y noviembre.

10. Álamo

El álamo (Populus nigra) también puede ser un árbol de polen alergénico, aunque su capacidad se considera más limitada que en los otros casos descritos. Adicionalmente se podría añadir a esta lista el fresno, propio de bosques de ribera de montaña, y algunas hierbas de camino como las plantagináceas. 

Qué pasa en provincia de Buenos Aires

La provincia de Buenos Aires registra varios tipos de plantas que contienen una sustancia fotoactiva que puede dañar la piel si las personas están mojadas o transpiradas bajo el sol y tienen contacto con la savia, ya que producen reacciones alérgicas.

Especialistas en dermatología del ministerio de Salud provincial advierten en los últimos años que los tipos de plantas que con mayor frecuencia generan esas alergias son cicuta, ruda, higuera y crataegus, especies comunes en parques y jardines.

La alergia se da casi siempre en niños cuando toman contacto con la planta y se produce al combinar tres factores: el contacto con la savia de la planta, el sol y la piel mojada o transpirada.

La reacción se llama fitofotodermatosis, y puede manifestarse a las 24 o 48 horas del contacto, es una especie de dermatitis por contacto que tiene como causa el roce con componentes de la savia pero reactivada por la acción de la luz solar.

Las personas afectadas presentan una mancha con ampollas rojas, como si fuera una quemadura, que causa ardor y picazón, y se debe concurrir a un médico para aplicar una crema con corticoides y corticoides combinados con antibióticos para detener una eventual infección.

Consejos

  • Evitar actividades al aire libre y salidas al campo en días de alta polinización, como los días secos y calurosos, ya que concentran una mayor cantidad de polen en el aire y durante los días soleados y ventosos.
  • Ventilar la casa durante poco tiempo, a primera y última hora del día.
  • Utilizar anteojos de sol.
  • Evitar cortar el césped.
  • Mantener una buena higiene.
  • Lavar la ropa, bañarse al llegar a casa y cambiarse.
  • Tender la ropa limpia en el interior de casa, para que no se llene de polen.
  • Viajar con las ventanillas del auto subidas.
  • Utilizar filtros antipolen y purificadores de aire.

Con información de Jordi Sabaté, de elDiario.es

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