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El año 2024 reventó los registros: fue el más cálido de la historia y el primero en superar el límite de 1,5 grados

Anomalía de la temperatura del aire en superficie en 2024 en relación con la media del periodo de referencia 1991-2020.

Antonio Martínez Ron

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El servicio de vigilancia climática Copernicus lo anunció en verano y las previsiones se han cumplido escrupulosamente: el año 2024 que acabamos de dejar atrás ha sido el más cálido en el planeta desde que hay registros y el primer año natural en que la temperatura media ha superado en 1,5 °C el nivel anterior a la revolución industrial. 

En concreto, la temperatura media mundial se situó 0,72 °C por encima de la media de entre 1991 y 2020, y 0,12 °C por encima del nivel de 2023, el anterior año más cálido de los registros. Esto equivale a 1,60 °C por encima de la estimación de la temperatura de entre 1850 y 1900, designada como nivel preindustrial y que se usa como referencia. 

Los datos indican, además, que el límite de 1,5 °C establecido como límite de seguridad en el Acuerdo de París se superó durante 11 meses del año. Si nos remontamos más atrás, todos los meses desde julio de 2023, excepto julio de 2024, han superado el umbral. Y el 22 de julio de 2024 se estableció un nuevo récord de temperatura media mundial diaria, al situarse en 17,16 °C.

Aunque esto no significa que se haya rebasado el límite fijado por el Acuerdo de París —que alude a las anomalías de temperatura promediadas durante al menos 20 años—, pone de manifiesto que las temperaturas globales están aumentando más allá de lo que los humanos modernos han experimentado nunca.

Pero no es la única mala noticia. Todos los indicadores registrados en un esfuerzo conjunto por el Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio (CEPMPM), la NASA, la NOAA, la Oficina Meteorológica del Reino Unido, Berkeley Earth y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) rompen los récords anteriores en una escalada que amenaza la vida humana en el planeta. 

Sufrimiento de millones de personas

“Cada año de la última década es uno de los diez más cálidos registrados”, asegura Samantha Burgess, responsable estratégica de Clima del CEPMPM. “Estas altas temperaturas globales, unidas a niveles récord de vapor de agua en la atmósfera mundial en 2024, se tradujeron en olas de calor sin precedentes y episodios de lluvias torrenciales, que han causado sufrimiento a millones de personas”.

Cada año de la última década es uno de los diez más cálidos registrado. Esto se tradujo en episodios extremos que han causado sufrimiento a millones de personas

Samantha Burgess Responsable estratégica de Clima del CEPMPM

En 2024 se han producido fenómenos meteorológicos extremos en todo el mundo, desde fuertes tormentas e inundaciones hasta olas de calor, sequías e incendios forestales. A lo largo del año, gran parte del hemisferio norte experimentó más días que la media con, al menos, “fuerte estrés térmico” y algunas zonas registraron más días que la media con “estrés térmico extremo”. 

La creciente frecuencia e intensidad de estos fenómenos suponen un riesgo importante para los modos de vida de la población de todo el planeta. Parte de la culpa la tuvo la cantidad total de vapor de agua en la atmósfera, que alcanzó un máximo histórico en 2024, situándose en torno a un 5% por encima de la media de 1991-2020, una cifra significativamente superior a la de 2023. 

Este abundante volumen de humedad amplificó el potencial de precipitaciones extremas, como vivimos desgraciadamente en la dana que azotó Valencia a finales de octubre. Además, combinado con las altas temperaturas de la superficie del mar, contribuyó al desarrollo de grandes tormentas y ciclones tropicales.

Récords en continentes y océanos

Por otro lado, 2024 fue el año más cálido para todos los continentes, excepto la Antártida y Australasia, así como para partes considerables de los océanos, en particular el océano Atlántico Norte, el océano Índico y el océano Pacífico occidental. En 2024, la temperatura media anual de la superficie del mar sobre el océano extrapolar alcanzó un máximo histórico de 20,87 °C, 0,51 °C por encima de la media de 1991-2020.

En cuanto a los gases de efecto invernadero, las concentraciones de dióxido de carbono y metano en la atmósfera siguieron aumentando y alcanzaron niveles récord anuales en 2024, registrando 422 partes por millón (ppm) y 1897 partes por mil millones (ppb), respectivamente. Las concentraciones de dióxido de carbono en 2024 fueron 2,9 ppm superiores a las de 2023, mientras que las concentraciones de metano se incrementaron en 3 ppb.

“Nuestros datos señalan claramente un aumento global constante de las emisiones de gases de efecto invernadero, que siguen siendo el principal agente del cambio climático”, asegura Laurence Rouil, directora del Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus (CAMS).

Por último, la extensión del hielo marino en el Ártico y alrededor de la Antártida fue significativamente inferior a la media. En la Antártida alcanzó valores mínimos récord o casi récord por segundo año consecutivo. La extensión de hielo marino en el Ártico se mantuvo cerca de la media de 1991-2020 hasta julio, pero cayó muy por debajo de la media en los meses siguientes. Durante el periodo en el que registra su mínimo anual, en septiembre, fue la quinta extensión mensual más baja desde que hay registros por satélite.

“Nos quedamos sin metáforas”

“Sinceramente, me estoy quedando sin metáforas para explicar el calentamiento que estamos viviendo”, ha reconocido Carlo Buontempo, director del Servicio de Cambio Climático de Copernicus del CEPMPM en una rueda de prensa con periodistas internacionales. Por regiones, el especialista ha señalado que el Mediterráneo es un punto caliente, dado que Europa se está calentando más rápido que el resto del mundo. “Habrá más olas de calor severas, como hemos visto en los dos últimos años en España e Italia, también se espera un incremento de incendios y, al mismo tiempo, un aumento de las precipitaciones más extremas, como hemos visto en Valencia, pero también en Eslovenia y Chequia”, asegura. 

En cualquier caso, los autores del informe quieren lanzar un mensaje optimista, porque hay margen para reconducir la situación si los gobiernos se conciencian de la gravedad del problema. “La humanidad es dueña de su destino, pero nuestra respuesta al desafío climático debe basarse en pruebas”, sentencia Buontempo. “El futuro está en nuestras manos; una acción rápida y decisiva aún puede cambiar la trayectoria de nuestro clima futuro”.

El futuro está en nuestras manos; una acción rápida y decisiva aún puede cambiar la trayectoria de nuestro clima futuro”

Carlo Buontempo Director del Servicio de Cambio Climático de Copernicus del CEPMPM

“El hecho de que el límite de 1,5 °C se haya alcanzado por primera vez le da aún más urgencia a la situación”, asegura Anna Cabré, científica del clima asociada a la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos) en declaraciones al SMC. “Esto subraya la necesidad de invertir más en adaptación y, sobre todo, de no perder de vista el objetivo de 1,5 °C y utilizarlo como una motivación para avanzar de manera más decidida hacia las soluciones, antes de que los extremos sean demasiado peligrosos o lleguemos a los puntos de no retorno”.

“Lo que realmente importa es evitar que esa cifra se convierta en una nueva norma a largo plazo”, añade Ernesto Rodríguez Camino, Meteorólogo Superior del Estado y miembro de la Asociación Meteorológica Española. “Las inundaciones de Valencia, los huracanes de Estados Unidos, los tifones de Filipinas y la sequía del Amazonas son solo cuatro de las catástrofes del año pasado que se vieron agravadas por el cambio climático. Hay muchísimas más”, asegura Friederike Otto, profesora titular del Centro de Política Medioambiental del Imperial College de Londres, a SMC UK

“El mundo no necesita inventar una solución mágica para evitar que las cosas empeoren en 2025”, concluye Otto: “Sabemos exactamente lo que tenemos que hacer para abandonar los combustibles fósiles, detener la deforestación y hacer que las sociedades sean más resistentes a los cambios climáticos que vemos tan claramente en este informe”.

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