La deforestación de la selva amazónica brasileña batió un récord histórico en octubre de este año, según datos oficiales divulgados este viernes y luego de que el gobierno de Brasil prometiera el inicio de una gestión ambiental diferente a la ya exhibida por el presidente Jair Bolsonaro.
Datos difundidos por el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE) indican que la selva amazónica tuvo 877 kilómetros cuadrados dentro del alerta de deforestación, un 5% más que en octubre de 2020 y el área más grande para el mes en su historia.
Desde que Bolsonaro asumió la presidencia en 2019, la selva amazónica viene batiendo récords de deforestación, de la mano de su política de reducir los organismos de fiscalización tras haber presentado un proyecto para poder explotar la minería y la actividad agropecuaria dentro de las reservas indígenas.
Esto, pese a que Brasil se comprometió a la deforestación cero en un proceso entre 2028 y 2030 en la COP26.
Para los ambientalistas, Brasil “debe controlar la emisión de gases en el suelo de la selva, no en los salones de Glasgow”, indicó el secretario del Observatorio del Clima, Marcio Astrini.
La ganadería -legal e ilegal- en la selva amazónica es considerada una de las causas más importantes de emisiones de gases de efecto invernadero.
Según los datos del INPE, el estado de Pará fue el de mayor deforestación en octubre, con 501 kilómetros cuadrados, seguido por Amazonas con 116, Mato Grosso con 105 y Rondonia con 100.
Brasil no envió a su presidente a la cumbre de la ciudad escocesa de Glasgow, y la delegación la encabezó el ministro de Ambiente, Joaquim Leite, pero a su vez se expusieron las divisiones internas en este tema con misiones de gobernadores, empresas y organizaciones no gubernamentales (ONGs).
Con información de agencias.
IG