En las primeras horas de este lunes, Eldorado, Misiones, se convirtió en el escenario de un brutal golpe comando que dejó como saldo un suboficial muerto y cuatro armas de alto calibre robadas de la base de la División de Infantería de la Unidad Regional III. La ejecución fue precisa, casi cinematográfica: una base saqueada y dos disparos que asesinaron a Mauricio Miñarro, de 33 años —según las primeras versiones oficiales había sido un solo tiro, en la cabeza, algo que luego corregidas por la autopsia.
Los delincuentes se llevaron dos fusiles FAL y dos escopetas calibre 12/70, y lo hicieron sin levantar sospechas. Es que el cuerpo de Miñarro fue hallado cerca de las 7:30 durante el relevo de guardia, en un destacamento ubicado dentro del predio del aeroclub eldoradense, una zona que parece estar diseñada para el crimen perfecto: sin vecinos cerca, sin ruido, sin testigos. El cabo estaba solo en el lugar, vestido de civil y, según los investigadores, expuesto por completo.
Las ausencias no se limitan a los testigos: el subcomisario a cargo había abandonado la base tras cenar y el otro efectivo que debía estar allí había decidido priorizar un servicio adicional en otro punto. Según fuentes policiales, la hipótesis más fuerte apunta a que los delincuentes no solo buscaban armas: las avionetas guardadas en un hangar cercano habrían sido el verdadero objetivo.
Tras el ataque, la provincia se militarizó. Un operativo cerrojo bloqueó rutas y avenidas, y cada vehículo que circula es revisado minuciosamente. Las cámaras de seguridad del aeroclub son analizadas cuadro por cuadro en busca de pistas, aunque hasta el momento no hay avances concretos.
Según difundieron los medios locales, los investigadores creen que detrás de este golpe está la banda liderada por Rodrigo Leonel “Chela” Centurión, un peso pesado del crimen organizado paraguayo. Centurión y su grupo habrían cruzado la frontera días atrás desde Presidente Franco hasta Puerto Iguazú, cargados de armas largas y viajando en una Ford Ranger negra.
Desde el viernes 20 de diciembre por la noche, las fuerzas de seguridad de Misiones están en alerta máxima debido al ingreso clandestino de la banda delictiva de Centurión, proveniente de Paraguay. Ese día, según testigos, al menos siete personas armadas con pistolas y fusiles cruzaron el río Paraná desde Presidente Franco hasta la orilla misionera en Pique Gamarra, barrio Santa Rosa. Los delincuentes habrían llegado en lanchas y fueron asistidos por vehículos terrestres en la logística del traslado.
Aunque no está confirmado que este grupo haya cometido el golpe comando en Eldorado, es por ahora la hipótesis más fuerte. La Policía de Misiones lleva adelante la investigación, mientras que la Dirección General de la Policía Científica realizó peritajes y recolectó pruebas en el lugar. “Es un crimen aberrante. Esto se pudo haber evitado, porque ya venimos pidiendo que se refuerzen las guardias en zonas de frontera desde hace años”, le dijo el subsoficial mayor retirado Germán Palavecino a TN.
PL/MG