El célebre arquitecto y urbanista Ricardo Bofill murió este viernes a los 82 años, según adelantó La Vanguardia y pudo confirmar elDiario.es. Por su larga trayectoria y obras, plagadas de reconocimientos y premios, este barcelonés se había convertido en uno de los arquitectos españoles con mayor proyección internacional.
Nacido en la capital catalana, Bofill estudió en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, de la que fue expulsado por su activismo antifranquista, y prosiguió su formación en Suiza. A su vuelta a Catalunya, en 1963 fundó el conocido Ricardo Bofill Taller de Arquitectura, para el que reclutó a un equipo interdisciplinar que incluía a artistas, fotógrafos o sociólogos. Entre ellos, el escritor José Agustín Goytisolo, el político Salvador Clotas o su hermana, la también arquitecta y músico, Anna Bofill.
El fallecimiento de Bofill llega apenas un mes y medio de la muerte de otro de los grandes urbanistas de Barcelona, Oriol Bohigas.
Cruz de Sant Jordi de la Generalitat de Catalunya, Bofill fue declarado miembro honorario del Instituto Americano de Arquitectura en 1985 y Doctor Honoris Causa por la Universidad de Metz en 1995 o por la Politècnica de Catalunya en 2021.
“Familiares, amigos y compañeros de profesión lamentan la muerte del gran arquitecto”, ha expresado el entorno familiar en un comunicado. “Para despedir a Ricardo Bofill Levi, los días 26 y 27 de enero se celebrará un acto en el que amigos, allegados y admiradores de su arquitectura podrán acudir a la emblemática sede del estudio para rendir homenaje al arquitecto”, añaden.
Entre su extensa obra, destacan inicialmente el proyecto de vivienda colectiva Walden 7, inaugurado en 1974, en Sant Just Desvern, al lado de Barcelona, así como la Muralla Roja, en Calpe (Alicante). La construcción de este último se completó en 1973, pero el arquitecto explicó que llevaba diez años trabajando en él.
Sus proyectos más emblemáticos van desde el Hotel Vela, en Barcelona, hasta los Jardines del Túria, en Valencia, pasando por el Palacio de Congresos de Madrid. Su estudio estuvo detrás también de las ampliaciones de la T2 y la T1 del Aeropuerto del Prat. A nivel internacional, contaba en su haber obras como la sede de Cartier, en París; la de Shiseido Ginza, en Tokio; el Citadel Center, de Chicago; o el edificio Arsenal, de Metz.
Bofill destacó por “cuestionar el pensamiento dominante en arquitectura”, resaltan desde su Taller, “y de esa filosofía ha nacido una ingente obra muy variada en su expresión estilística, arraigada al lugar, con un fuerte componente de innovación y riesgo”. En total, cerca de 1.000 obra en unos 40 países de todo el mundo.