Ante la vuelta a las aulas, los pediatras explican por qué vacunar a los chicos: “el riesgo no es igual a cero”
“Es fundamental vacunar a los chicos porque el riesgo no es igual a cero”. Ángela Gentile, médica infectóloga y jefa de Epidemiología del Hospital de Niños “Ricardo Gutiérrez, no duda en el arranque de su explicación sobre por qué hay que vacunar a niños, niñas y adolescentes contra el CoVid-19. En Argentina, el 47% de los chicos de entre 3 y 11 años tiene su esquema de vacunación completo, y en adolescentes de 12 a 17 la tasa alcanza el 70%. De cara al arranque de las clases presenciales, especialistas en pediatría y medicina familiar incentivan la inoculación infantil y adolescente.
“Hemos tenido pacientes pediátricos con cuadros realmente importantes: internados por neumonía, sindrome inflamatorio multisistémico en chicos sin enfermedades de base, incluso algunos chicos con arritmia. El CoVid-19 no es absolutamente inocuo. Hay un cierto riesgo aunque sea menor que en los adultos mayores. Si nosotros tenemos una vacuna con la cual podemos disminuir esos riesgos, las formas graves y las complicaciones, la tenemos que usar”, suma Gentile. Este jueves se confirmó que la ANMAT aprobó el uso de la vacuna Pfizer para quienes tienen entre 5 y 11 años, aunque esas dosis aún no están disponibles en el país.
Gonzalo Pérez Marc, también médico pediatra y a cargo del ensayo de la llamada “vacuna vegetal”, sostiene: “Corresponde que todos estemos vacunados y vacunadas principalmente para evitar la circulación del virus, o más bien para reducirla, así como para reducir las cargas virales. También para proteger a aquellas personas que, por no querer o no poder vacunarse, corren el riesgo de cursar una forma grave de la enfermedad. Para niños mayores de 3 se ha probado que las vacunas son seguras y eficaces, así que, ¿cómo no hacerlo?”.
Esta semana, el ministro de Salud de la Provincia, Nicolás Kreplak, dijo: “Hay muchos pediatras que de una manera muy equivocada, errónea, creo yo haciendo mala praxis, que no indican la vacuna a los chicos, me parece que es un peligro que tienen que subsanarlo”.
“Los miedos de las familias la mayoría de las veces no tienen un justificativo racional. Hay reticencia a aplicar medicamentos un poco más nuevos a niños y niñas. Muchas veces los adultos toman medicamentos que no saben si le darían a un niño, es algo bastante frecuente en pediatría. Tiene más que ver con la desinformación y la falta de datos por parte de pediatras que con otra cosa. Se mitiga cuando esos pediatras se informan, y a la vez informan a papás y mamás sobre la eficacia y la seguridad de las vacunas para que las apliquen con tranquilidad a sus hijos”, cuenta Pérez Marc.
“Los miedos de los padres son básicamente ligados a la seguridad. Pero el rol de los médicos y de los comunicadores es tranquilizarlos. En el caso de los pacientes pediátricos, Sinopharm es una vacuna inactivada, que es una tecnología muy segura que se usa en el calendario nacional, por ejemplo en el caso de la polio. En adolescentes se usan Pfizer y Moderna, de ARN mensajero, y está probada en el mundo la seguridad de esa plataforma también. Lo que hay que hacer es hablarles con información y paciencia a los papás sobre los beneficios de la vacunación y sobre la protección que va a dar a los chicos”, sostiene Gentile.
“Las vacunas son seguras porque se probaron. O se hicieron estudios directamente para las poblaciones pediátricas y se demostró que son seguras y eficaces para esa población, o se hicieron estudios ya no específicos en esa población sino por correlación de cantidad de casos, y se hizo fármaco-vigilancia sobre millones de niños vacunados. Se probó que no tienen eventos adversos que prueben que vacunarse es más riesgoso que el beneficio que conlleva. Eso es fundamental en los medicamentos. Si el beneficio es mucho mayor que el riesgo, corresponde administrar el medicamento”, explica Pérez Marc.
Según, Gentile, “si bien la variante ómicron tiene alta transmisibilidad, una población pediátrica bien vacunada va a contribuir junto con población de adolescentes y adultos bien vacunados a aumentar las coberturas, lo que arma barreras epidemiológicas que le dificultan la circulación al virus”. “Todas estas vacunas que se usan son vacunas que han pasado su fase 3, ya hay millones de dosis distribuidas y aplicadas en el mundo, y de ninguna forma podemos pensar en eventos adversos grandes. Tenemos una gran experiencia en el mundo, hace más de un año que se viene vacunando, hay millones de chicos vacunados. Eso debe construir la tranquilidad y confianza para que aumente la cantidad de chicos vacunados”, concluye la médica.
JR
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