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¿Y ahora quién escucha a las adolescentes? El futuro del Plan ENIA

Patricia Sotile

Integrante del Área Jurídica de ELA —

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El 26 de septiembre se instauró como el Día Internacional de la Prevención del Embarazo no Intencional en la Adolescencia. En nuestro país se celebra a lo largo de toda una semana, que este año se extiende desde el 20 al 26 de septiembre, como un llamado a que las y los jóvenes tengan acceso a la información y orientación necesaria para construir proyectos de vida saludables y productivos y también para que todos -jóvenes y personas adultas- tomemos conciencia acerca de la importancia de prevenir el embarazo no intencional en la adolescencia.

Argentina creó en 2017 el Plan ENIA (Plan para la Prevención del Embarazo no Intencional en la Adolescencia) una de las políticas públicas más reconocidas a nivel regional e internacional, que desde su creación y mediante la promoción de acceso a bienes y servicios de salud sexual y reproductiva logró reducir casi un 50% el embarazo no intencional en la adolescencia en el país.

Sin embargo, hoy esta política tan importante y que subsistió dos gestiones de gobierno, ya que se creó durante la presidencia de Mauricio Macri y continuó en la de Alberto Fernández, por su eficacia comprobada, está en riesgo ¿Por qué?

En el Informe elaborado por ACIJ, ELA, CEDES y REDAAS denominado Plan ENIA en riesgo muestra que el presupuesto 2024 para el Programa de “Desarrollo de la Salud Sexual y Procreación Responsable”, en el cual se refleja el ENIA, presenta una disminución del 64% en términos reales en comparación con el año 2023 y del 72% con respecto a 2021.

Los gastos del presupuesto constan de dos componentes: gastos de personal y de productos farmacéuticos y medicinales. En los primeros meses del año, la actual gestión de gobierno no sólo despidió a 619 personas que se desempeñaban en los equipos operativos de las 12 jurisdicciones donde el Plan se implementaba, sino que también suspendió los fondos para el mantenimiento de oficinas y el presupuesto destinado a la compra de insumos. Esto representa porcentajes de ajuste gravísimos, una disminución del gasto de un 70%“.

Además, el mismo informe arrojó que al mes de septiembre, sólo se ejecutó un 15% del presupuesto destinado al ENIA, lo que demuestra que no solamente disminuyó el presupuesto disponible, sino que el que hay prácticamente no está siendo ejecutado.

El 15 de septiembre, el presidente de la Nación presentó el Proyecto de Presupuesto 2025, que muestra una profundización en la desinversión del Plan con una reducción real (ajustada por inflación) del 27% respecto al presupuesto vigente en 2024 y del 78% en comparación a 2023, según dicho informe.

Se estima que, en 2018 en Argentina, 7 de cada 10 embarazos adolescentes de entre 15 y 19 años eran no intencionales y la cifra aumenta en 8 de cada 10 embarazos en niñas menores de 15 años, la mayoría como consecuencia de situaciones de abuso sexual y violación. Para 2021 se lograron reducir estas estadísticas en 5 de cada 10 embarazos en adolescentes de 15 a 19 años, mientras que en menores de 15 años la cifra descendió a 7 de cada 10 (UNFPA y Ministerios de Salud, Educación y Desarrollo Social 2021)

A los evidentes resultados de estas estadísticas se suma el hecho de que para el Estado Nacional el financiamiento del Plan representa sólo U$S 17,7 millones frente a los U$s 200 millones que conlleva afrontar los costos asociados con la atención de embarazos y partos en adolescentes (Según un estudio de Fondo de Población de las Naciones Unidas - UNFPA).

Además, según estadísticas, sólo el 38% de las adolescentes de entre 10 y 19 años que fueron madres logró completar la educación secundaria, mientras que el 55% de quienes fueron madres en edad adulta completó ese nivel.

La importancia de este Plan no solamente se basa en su eficacia por haber logrado reducir significativamente los embarazos no intencionales en la adolescencia en los 38 departamentos de las 12 provincias del Noreste (NEA), Noroeste (NOA) y provincia de Buenos Aires donde comenzó a implementarse. Está demostrado que la maternidad a edades tempranas es uno de los determinantes más importantes de la reproducción intergeneracional de la pobreza, con impactos negativos en las trayectorias de vida de las adolescentes.

Todas estas estadísticas, nos permiten concluir que los beneficios del Plan ENIA se extienden no sólo a las esferas de la salud sexual y reproductiva, sino también a la educativa, laboral y económica de las adolescencias.

Incluso, la importancia de esta política pública y la preocupación ante la situación de desinversión y desmantelamiento trascendió a la sociedad civil y llegó a diversos partidos políticos, quienes presentaron proyectos para institucionalizar el Plan por Ley, entre los que se encuentran los impulados por Monica Fein y Esteban Paulón por Encuentro Federal, Silvia Lospennato por el PRO, Blanca Osuna por Unión por la Patria en Diputados y por Oscar Parrilli en el Senado.

Pero ¿qué hay detrás de los números? Las y los adolescentes

Con el ENIA se implementaron consejerías en escuelas y espacios comunitarios en educación sexual integral, con una perspectiva integral e intersectorial y permitió la mejora en la oferta de servicios de salud sexual y reproductiva, potenciando las decisiones informadas de adolescentes para el ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos, previeniendo el abuso y la violencia sexual e informando sobre la posibildiad de acceso a la interrupción voluntaria y legal del embarazo

En el mes de septiembre Argentina presentó su 7ma evaluación ante el Comité de los Derechos del Niño, organismo encargado de velar por el cumplimiento de la Convención de los Derechos del Niño de la que el Estado es parte. Entre las recomendaciones brindadas por el Comité a nuestro país, están las de asegurar la continuidad y el fortalecimiento del Plan ENIA, incluyendo un presupuesto suficiente para proporcionar los suministros, instalaciones, y recursos técnicos y humanos necesarios para una implementación eficaz en todo el país; Garantizar la implementación de la ley de Educación Sexual Integral (ESI); y desarrollar e implementar una política para proteger los derechos de las adolescentes embarazadas, las madres adolescentes y sus hijos, y combatir la discriminación contra ellas.

Los testimonios de referentes/as del Plan, funcionarios y sociedad civil brindados en el marco de la sesión abierta celebrada en la Comisión de Acción Social y Salud Pública de la Cámara de Diputados dan cuenta del impacto que el Plan ha tenido y sigue teniendo en las y los adolescentes.

Florencia Milito, ex integrante de un equipo interdisciplinario de asesoras de salud integral en Gualeguaychú precisó que mediante el Plan no sólo se realizaban asesorías sino también múltiples actividades dentro de las escuelas, talleres de sensibilización y jornadas con las familias. Destacó que los principales temas o motivos por los cuales las y los adolescentes se acercaban, iban desde estados de ánimo, relaciones conflictivas o situaciones de violencia familiar, hasta salud sexual y reproductiva, métodos anticonceptivos, alimentación saludable y cuidados del cuerpo, emoción y afectividad.

Marisa Graham, Defensora de Niños, Niñas y Adolescentes, precisó que en la Defensoría “activos tenemos el 80% de las denuncias por violencias se refieren a violencias sexuales”.

Luz Noli, quien hasta principio de año fue consejera del Plan en la provincia de Tucumán destacó que el ENIA “vino a parchar una deuda que teníamos con las adolescencias y que sea un espacio de escucha (...) el último mensaje que a mí me llegó por una asesoría fue anoche a las once y media de la noche, porque la realidad es que el ENIA ha dejado un vacío enorme que nadie está pudiendo cubrir, no hay dispositivos en las provincias (...) seguimos recibiendo mensajes, nos preguntan cuándo volvemos”.

El ENIA además de reducir el embarazo no intencional en la adolescencia, y brindar acceso a insumos de salud sexual y reproductiva, permitió espacios de escucha y de contención al que las y los adolescentes poddían recurrir, y prevenir y abordar situaciones de violencia y abuso sexual. Entonces ¿por qué desfinanciarlo?

Al igual que a Noli, nos queda un gran interrogante. Con bajo presupuesto y sin equipos territoriales, ¿dónde y cómo se abordarán estas problemáticas? ¿y ahora quién?

PS

El 26 de septiembre se instauró como el Día Internacional de la Prevención del Embarazo no Intencional en la Adolescencia. En nuestro país se celebra a lo largo de toda una semana, que este año se extiende desde el 20 al 26 de septiembre, como un llamado a que las y los jóvenes tengan acceso a la información y orientación necesaria para construir proyectos de vida saludables y productivos y también para que todos -jóvenes y personas adultas- tomemos conciencia acerca de la importancia de prevenir el embarazo no intencional en la adolescencia.

Argentina creó en 2017 el Plan ENIA (Plan para la Prevención del Embarazo no Intencional en la Adolescencia) una de las políticas públicas más reconocidas a nivel regional e internacional, que desde su creación y mediante la promoción de acceso a bienes y servicios de salud sexual y reproductiva logró reducir casi un 50% el embarazo no intencional en la adolescencia en el país.