El blog de la redacción de elDiarioAR
Saldo, proyectos y un compromiso que se mantiene
Este mes cumplí un año como directora periodística de elDiarioAR. Cuando asumí no tenía muy claro qué me depararía está nueva posición. Sabía que sería intenso porque mi detrás de escena –una bebé de cuatro meses, el retorno al trabajo después de mi licencia de maternidad– era un indicio consistente. Pero, a diferencia de mi propia hija, también sabía que el diario, con más de dos años de historia, estaba encaminado. Fue pensado de cero por personas que le trazaron una senda clara y estaba cultivado por un equipo talentoso que trabaja todos los días con el entusiasmo que da sentirse libre para hacer y decir. Mi tarea, entonces, era sacarle brillo a lo que ya teníamos e intentar expandirlo. Lo pensé así: crecer desde el núcleo.
Con todo lo que aún falta, puedo decir que lo logramos. En el último año elDiarioAR multiplicó su alcance sin resignar su calidad ni tentarnos con trucos o títulos mentirosos y –con el aporte clave de mis compañeros Mariana García, Juanjo Domínguez y Nadia Burgues– logramos instalar una rutina de trabajo que nos permite tener, aun con un equipo mucho más chico que el de nuestros competidores, un nivel de cobertura amplio de los temas de la agenda diaria y una presencia consistente en el universo informativo.
Este último año elDiarioAR sumó nuevas firmas de peso a la plantilla de periodistas y columnistas que sabemos que nuestra audiencia valora y busca cada semana. Alejandro Bercovich, Osvaldo Baigorria, Camila Fabbri, Karina Niebla, Pedro Lacour, Mariana Verón, Lucía Aisicoff, María Belén Correa, Agustín Fontenla y Sebastián Robles son solo algunos de los nombres que empezaron a aparecer en nuestra web regularmente.
Convocamos a los mejores periodistas para coberturas especiales y a colegas de todo el país para contar las noticias desde el lugar en el que se producen. Estuvimos en México para las elecciones y también en Venezuela. Forjamos alianzas con organizaciones que admiramos por su trayectoria y respetamos por sus valores como Amnistía Internacional, Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), Fundar, Periodistas x el Planeta, Mongabay Latam, Climate Tracker, Dialogue Earth, entre otras.
Fuimos nominados y ganamos premios. Esta misma semana nos enteramos que tres de las diez notas finalistas del Premio Regional de Periodismo en Salud de las Mujeres, que abarca a toda Latinoamérica y el Caribe, son de nuestro proyecto Punto de Encuentro.
A contramano de la agenda general cuando fue necesario, seguimos con tozudez los temas que nos importan, que consignamos en un decálogo de prioridades informativas y principios editoriales un año atrás para reafirmar nuestro compromiso. No perdemos de vista la agenda de la desigualdad, de los desafíos ambientales, de los derechos de las mujeres y diversidades, y derechos humanos. La avanzada negacionista es un “foco” que creamos hace un año, cuando todavía no era tan claro el alcance que esa corriente podía tomar. Hoy mismo revelamos que hay dos proyectos en el Congreso que, pese a tener la firma de Jorge Torrello, fueron armados por hijos y abogados de represores para beneficiarlos.
En la turbulencia que es la Argentina y la falta de recetas para el éxito en el negocio de los medios, hoy sigue siendo difícil sustentar económicamente un proyecto periodístico como el nuestro. Todos los días buscamos la forma de mantenernos en carrera sin poner en juego los valores que nos caracterizan.
En este último año sumamos el apoyo de dos consorcios internacionales que buscan impulsar el periodismo independiente. El aporte de Media Development Investment Fund (MDIF) nos ayudó a consolidar nuestra operación y Capir (Consorcio para Apoyar al Periodismo Independiente en la Región, un proyecto Institute for War & Peace Reporting (IWPR)) a fondear la unidad de investigación que creamos dentro del diario y que coordina Emilia Delfino.
La Unidad de Investigación (UDI), que debutó con un trabajo sobre las sospechosas muertes por ahorcamiento que se repiten en las comisarías bonaerenses, busca profundizar un camino que nos trazamos desde el inicio y volver a los rudimentos del periodismo para que nuestro trabajo siga siendo algo más que la masticación infinita y por distintos canales de lo mismo.
Contamos con el apoyo invalorable de nuestros socios y socias, que nos respaldan económicamente con su suscripción, y tenemos también pauta pública y privada entre nuestras fuentes de ingreso. Pauta, algo elemental de los proyectos periodísticos que por varios motivos –algunos muy razonables– se volvió una palabra envenenada pero que tenemos muy claro qué significa para nosotros.
La pauta es publicidad y se exhibe en los espacios específicamente destinados para eso, que cada uno de los lectores y lectoras puede escrutar en los laterales de la web, o en bloques de imagen que aparecen en medio del texto de alguna nota. Eso es lo que vendemos: espacio publicitario, no las palabras de nuestros textos.
Me gustaría que quienes nos siguen hagan el ejercicio de ver quiénes son nuestros anunciantes y qué hemos escrito (y qué no) sobre cada uno de ellos. Eso es independencia editorial, más allá de cualquier cosa que pueda enunciar yo en este texto, y es la fortaleza de este proyecto.
Estoy orgullosa y conmovida por el esfuerzo del equipo, que trabaja con seriedad y un compromiso que no vi en otras redacciones por las que pasé. Que le da a este diario mucho más de lo que esta profesión retribuye y que aún así insiste porque zambullirnos cada día en el caos que es este país y tratar de entenderlo es parte de nuestra vida, no solo de nuestro trabajo.
Deseo que esto que hay detrás de elDiarioAR –ninguna gran empresa o empresario, ningún partido político, ningún interés oculto: solo periodistas y lectores– se vea reflejado en esa página que muchísimos de ustedes abren todos los días en sus celulares, tablets o computadoras. Y que todo lo que nos imaginamos para el diario sea algo nuevo que tenga para contarles en próximas columnas.
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