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Apuntes sobre el Archivo (Parte I.)

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“Tengo que hacer Archivo”, solemos decir los y las periodistas cuando encaramos una investigación o pautamos una entrevista a un determinado personaje o vamos a trabajar un tema o actualizar una información que se ha dado hace tiempo. Pero… ¿Qué es “hacer Archivo”? No hay fórmulas en este oficio y, a mi entender, varía de acuerdo al sujeto u objeto de estudio. También depende del tiempo y los recursos que tengamos.

En una situación ideal, es decir, con tiempo y recursos, hacer Archivo es dar con ese material que se ha escrito, dicho o filmado sobre el tema que voy a trabajar. Es la previa al momento del reportaje o de la escritura, un repaso, como caminar hacia el pasado. Cero solemne: una buena investigación arranca en Google y termina en Google. Pero en el medio hay mucho, muchísimo, para hacer. Ver diarios en una hemeroteca, por ejemplo, o fotos. Buscar estadísticas. Leer determinado libro, hablar con determinada fuente.

Hacer archivo es clave para montar un texto. Pero además es una tarea hermosa porque es inspiradora. De esas horas invertidas salen ideas, focos, datos increíbles, nuevas líneas de investigación. Me gusta pensar que, cuando su intención es noble, el periodismo también escribe la Historia. Que con nuestros registros (en texto, audio y video) estamos haciendo un aporte al futuro, a la construcción de la memoria colectiva. Un lema personal y posible: sobre lo que pasó ayer, cuento hoy y me preparo para mañana.

¿Cómo leerán este tiempo las generaciones nacidas en… 2221 o 2321? ¿Leerán? ¿Cuántas disciplinas de la Matrix aprendió Neo sentado en la butaca y conectado a un dispositivo? ¿En cuánto tiempo supo...? A ver, voy a hacer Archivo en este momento, pero desde la comodidad de mi casa y solo para sacarme la duda: control remoto, TV, plataforma de streaming, películas, Matrix, adelantar: a los 49 minutos, Tank le dice a Morfeo que Neo lleva diez horas conectado (“es una máquina”, opina el programador), lo último que “aprendió” es kung fu. Ese registro, original, estará ahí cuando yo quiera. Como el diario en la hemeroteca.

I. Notas sobre el Archivo

*Necrológicas. La fecha de salida estaba prevista para el 10 de diciembre de 2020 pero, como si se tratara de un embarazo, el parto se adelantó y elDiarioAR “nació” con una muerte, la de Diego Armando Maradona. Ese mediodía, el del 25 de noviembre, el equipo completo estaba conectado Telegram haciendo un “ensayo”: durante una hora cada uno de nosotros tiraba un título de actualidad y si el editor de turno aceptaba la propuesta de nota, debíamos escribir tres párrafos en tiempo real, con título y bajada. En eso estábamos cuando se confirmó lo inesperado. Entre todos nos imaginamos cómo cubriríamos la noticia si elDiarioAR estuviera onlineEsa echada de notas se convirtió en este blog, al que queremos mucho porque fue nuestro bautismo de fuego.

Vinilo editó Cómo falsificar una sombra. 20 obituarios, de Matías Serra Bradford. Es bellísimo. Son necrológicas de escritores y artistas redactados al calor de un cierre y en los límites que impone el diseño de la página de diario. Les comparto este fragmento del prólogo, que me movilizó: “El perturbador oficio de clérigo laico enseña que solo se van las personas equivocadas, en el momento inoportuno. Nadie está preparado para despedirlos (...). La caída de ese telón generalmente sorprende al crítico alejado de su biblioteca (...). No hay navegación virtual -por virtuosa o afortunada que sea- que reemplace los apuntes tomados a los largo de los años en las páginas de cortesía de esos ejemplares”.

*Wikipedia no alcanzaIr a Wikipedia es una forma de hacer Archivo. Suele ser un gran ordenador de sucesos en la vida de una persona. Está bien tenerlo a mano para chequear o conocer la línea de vida de alguien. Pero le falta corazón, le falta carne: no late, no respira. Vuelvo a Serra Bradford y sus 20 obituarios: “Lápidas de luz que titilan…”. Si les sirve el consejo, para escribir esta necro de Raffaella Carrá llamé a dos mujeres que pasaron los 60 años y les pregunté: “¿Qué significó Raffaella en tu vida?”. Recién después me dediqué al digno acto de naufragar en Google.

*Larga vida al Archivo DiFilm. A Roberto Di Chiara le gustaba ir al cine cuando en el conurbano había cuatro cines en un radio de diez manzanas y la radio, y no la televisión, era la banda de sonido de la vida cotidiana, es decir, en la década del ‘40. A los 15 años, pidió trabajo como canillita en el puesto de diarios del barrio, en Florencio Varela. Quería conservar recortes de época y también, plata. Con los ahorros compró cortos porque quería armar su colección de cine: llegó a tener 8 mil. Y ese fue el génesis de Archivo DiFilm. Es probable que lo conozcan porque si el río termina en el mar, una búsqueda noticiosa en Youtube termina en el canal de la familia Di Chiara.

El DiFilm debe ser el archivo privado más grande de la Argentina. Cuenta y me cuenta Maxi Di Chiara, nieto de Roberto, al teléfono: “7 millones de rollos de película de notas periodísticas, 50 mil betacam, 40 mil U-Matic, 120 mil DVDs… ¿Lo mejor? Y, para mí que tengo 31 años, los 150 mil VHS en los que están los últimos 30 años de la televisión argentina”. Horas y horas y kilómetros y kilómetros de cinta de noticias en perfecto estado de conservación. Roberto Di Chiara falleció en 2008. En su casa de Varela ahora arman el primer “Museo de la Televisión”: afiches de cine originales, juguetes y muñecos icónicos de la televisión, cubos de micrófono que se usaban hace años… Es genial.

El padre de Maxi, Mariano, continuó con el legado de Roberto, su padre. Buscan, juntan, visualizan, clasifican y archivan Archivo. Habría que agradecerles, gracias a ellos hay acervo: los canales de aire suelen pedirles su propio material porque no lo han conservado. Es el caso de AméricaTV, que en 2016 no tenía con qué armar las “pastillas” en conmemoración de su aniversario 50 y tuvo que pedirle (y pagar) a DiFilm su propio contenido.

*Un pedido y un reclamo. Durante la pandemia las hemerotecas públicas de Buenos Aires estuvieron cerradas. Desde hace unas semanas, con protocolos y turnos, volvieron a funcionar. Este pedido es para quienes consultan el material: por favor, sé cuidadoso; no rompas, recortes ni robes páginas o fotos. No sólo es un delito, si no que complica la tarea de Archivo. El reclamo es para las entidades públicas encargadas de conservar y ofrecer el material al público: por favor, digitalicen diarios y revistas, de todas las editoriales y, por lo menos, hasta 2010. El papel se deteriora. Debería estar contemplado el tiempo, el personal y el dinero que implica conservar el material.

VDM

“Tengo que hacer Archivo”, solemos decir los y las periodistas cuando encaramos una investigación o pautamos una entrevista a un determinado personaje o vamos a trabajar un tema o actualizar una información que se ha dado hace tiempo. Pero… ¿Qué es “hacer Archivo”? No hay fórmulas en este oficio y, a mi entender, varía de acuerdo al sujeto u objeto de estudio. También depende del tiempo y los recursos que tengamos.

En una situación ideal, es decir, con tiempo y recursos, hacer Archivo es dar con ese material que se ha escrito, dicho o filmado sobre el tema que voy a trabajar. Es la previa al momento del reportaje o de la escritura, un repaso, como caminar hacia el pasado. Cero solemne: una buena investigación arranca en Google y termina en Google. Pero en el medio hay mucho, muchísimo, para hacer. Ver diarios en una hemeroteca, por ejemplo, o fotos. Buscar estadísticas. Leer determinado libro, hablar con determinada fuente.