El newsletter semanal de música en vivo de elDiarioAR.
El pulso es la unidad mínima para medir el tiempo en la música. Y tomar el pulso es el modo que tenemos los humanos de verificar que estamos vivos. Este espacio tiene que ver con la música y con un modo muy particular de estar vivos. Acá van a encontrar las coordenadas para llegar a los mejores conciertos de la ciudad y alrededores y también nos daremos el tiempo para pensar ese ritual tan longevo y a la vez tan vigente de ver música en vivo.
¿De qué hablamos cuando hablamos de música en vivo? De lo que pasa arriba y abajo del escenario. De lo que pasa con el cuerpo y con la mente cuando estamos en un recital. De las ganas que tenemos de encontrarnos en conciertos y de esos shows que marcaron nuestra vida y nunca vamos a olvidar.
Algunas personas festejan sus cumpleaños con una fiesta, otros con una cena o con un par de tragos en un bar. Alguno podrá hacer un viaje y también hay muchos que prefieren no hacer nada. A Charly García le gusta pasar sus cumpleaños tocando. Es algo que saben desde hace años sus allegados pero también sus fanáticos: si es 23 de octubre, en algún lugar de la ciudad estará tocando Charly. La gran celebración del año pasado fue algo más del orden de la excepción que de la norma: la redondez del número 70 se aprovechó para concretar un gran homenaje desde distintas estructuras del Estado. No estaba asegurado en ninguno de los shows que Charly fuera a tocar, pero finalmente apareció y regaló algunos temas junto a su banda y Fito Páez en la sala principal del CCK.
Lo de este último domingo -el festejo de su cumpleaños número 71 en Bebop Club- fue algo más parecido al tipo de celebración que Charly ya venía haciendo desde hace algunos años. Con más o menos formalidad, de forma privada, semi privada o con venta de tickets al público -pero siempre rodeado de amigos-, Charly elige una y otra vez el escenario para festejar que ha sumado otro año más de vida. Con una vida entera dedicada y entregada a la música, García bien podría dedicarse a disfrutar de un festejo como cualquier mortal sin tener que ponerse a sí mismo en escena. Pero, se sabe, Charly está lejos de ser un humano normal. Estar sobre el escenario tocando con sus compañeros de siempre, atrapado por sus teclados, se revela como su mejor y más acabada forma de estar vivo.
Durante el tiempo de la vida de Charly que se conoce como la etapa Say No More -cuando de algún modo él mismo se convierte en la obra y lleva en su propio cuerpo las marcas de ser un artista sin descanso- en casi todas las entrevistas que concedía a la televisión se lo podía ver con algún instrumento encima. Siempre tocando. Las cámaras se encendían en el departamento de la avenida Santa Fe y encontraban a Charly en su estado natural, salvaje: rodeado o tapado por guitarras, teclados, radios o hasta instrumentos de juguete, como si no pudiera dejar nunca de producir alguna forma de música, incluso mientras estaba conversando con alguien.
Es también por esos años que Charly empieza con esta costumbre de tocar el día de su cumpleaños. En algunos casos, se hacía coincidir la presentación de algún disco con la fecha, pero aunque no hubiera un show formal programado, siempre se encontraba algún lugar para armar el festejo. Y aún siendo a puerta cerradas, nunca faltaba en esos eventos una cámara prendida y las imágenes finalmente aparecían para todos. En una excursión métódica y paciente a YouTube hoy se pueden encontrar shows de cumpleaños de Charly de todo tipo. Desde conciertos formales en teatros o estadios, hasta zapadas en hoteles, bares, casas o departamentos. Cuando tiene más forma de zapada, la lista de temas arranca por los clásicos de Charly y se va hacia las zonas de su propia formación como artista, que puede ir de Beatles y Stones a Prince y Los Shakers.
El acceso a esas imágenes hoy es diferente. Ahora que casi no quedan personas por fuera del circulo voyeurista exhibicionista de Instagram, podemos tener al instante -o incluso en vivo- el registro que toman varios de los invitados al evento. Los privilegiados que pudieron estar el domingo en el festejo (su familia, sus amigos y algunos colegas) fueron a la vez el vehículo para que muchos podamos tener las imágenes de Charly tocando en su cumpleaños número 71. Algunos creímos que después del gran homenaje que se le rindió el año pasado -y tras un año sin actividad- Charly seguiría guardado. Pero una vez más nos tapó la boca y ahí lo vimos, tocando sobre el escenario, rodeado de sus mejores aliados, como cada 23 de octubre.
La circulación de las imágenes de este último cumpleaños despertó todo tipo de sensaciones y reacciones en los fans y los que de un modo u otro quieren a Charly. Algunos no soportan el impacto de ver a quien fue un huracán sobre el escenario y en su vida cotidiana, ahora sentado, dando el concierto desde una silla de ruedas. Otros -y me incluyo en esta- solo podemos celebrar la vocación de García de seguir adelante a pesar de todo, de subir al escenario con lo que el cuerpo permita. Charly no nos debe nada, no tiene por qué ocuparse de mantener viva y actualizada la imagen que cada uno de nosotros guardamos de él. Ya nos regalo canciones y momentos que duran para siempre. Es muy grato saber que pase lo que pase, con los vaivenes que pueda tener su salud, con mejores o peores estados de ánimo, García va a estar siempre ahí tocando, para su gente cercana, para sus fans, pero principalmente para sí mismo porque es eso en definitiva lo necesita para estar vivo.
HS
Algunas personas festejan sus cumpleaños con una fiesta, otros con una cena o con un par de tragos en un bar. Alguno podrá hacer un viaje y también hay muchos que prefieren no hacer nada. A Charly García le gusta pasar sus cumpleaños tocando. Es algo que saben desde hace años sus allegados pero también sus fanáticos: si es 23 de octubre, en algún lugar de la ciudad estará tocando Charly. La gran celebración del año pasado fue algo más del orden de la excepción que de la norma: la redondez del número 70 se aprovechó para concretar un gran homenaje desde distintas estructuras del Estado. No estaba asegurado en ninguno de los shows que Charly fuera a tocar, pero finalmente apareció y regaló algunos temas junto a su banda y Fito Páez en la sala principal del CCK.
Lo de este último domingo -el festejo de su cumpleaños número 71 en Bebop Club- fue algo más parecido al tipo de celebración que Charly ya venía haciendo desde hace algunos años. Con más o menos formalidad, de forma privada, semi privada o con venta de tickets al público -pero siempre rodeado de amigos-, Charly elige una y otra vez el escenario para festejar que ha sumado otro año más de vida. Con una vida entera dedicada y entregada a la música, García bien podría dedicarse a disfrutar de un festejo como cualquier mortal sin tener que ponerse a sí mismo en escena. Pero, se sabe, Charly está lejos de ser un humano normal. Estar sobre el escenario tocando con sus compañeros de siempre, atrapado por sus teclados, se revela como su mejor y más acabada forma de estar vivo.