Por qué la Navidad es una mina de oro para la industria musical, de Mariah Carey a David Bisbal

Laura García Higueras

0

David Bisbal publicó el 1 de noviembre Todo es posible en Navidad, el primer adelanto de su disco de versiones de villancicos como El Burrito Sabanero, Blanca Navidad y Jingle Bell Rock. Dos semanas después, lanzó el álbum completo, acompañado de una omnipresente campaña de promoción que ha inundado lonas, anuncios y redes sociales; con el objetivo de convertir la llegada de su disco en la bienvenida a las fiestas, como si de Mariah Carey se tratara. La artista que lleva generando millones de ingresos cada Pascua desde que lanzara el hit All I Want For Christmas Is You en 1994.

Tal ha sido el empeño del almeriense y de su sello, Universal, que la semana pasada actuó ante una abarrotada Puerta del Sol, en la que bailó hasta la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso. “¿Cómo están los máquinas?”, gritó la dirigente del PP, micrófono en mano, antes de dar paso al recital, repitiendo la frase del artista almeriense convertida en fenómeno en las redes sociales.

Mariah Carey es el mayor ejemplo del potencial de las señaladas fechas para funcionar como mina de oro para la industria musical. Michael Bublé, Justin Bieber, Taylor Swift, Ariana Grande y Kelly Clarkson son solo algunas de las artistas que cuentan con sus propias adaptaciones de clásicos e intentos de repetir su éxito de nivel internacional, pero también los hay en el panorama nacional.

Uno de los más emblemáticos es Raphael, que tenía previstos dos conciertos en el WiZink de Madrid el pasado fin de semana para celebrar sus 60 años de carrera (incursión de villancicos incluida). Ambas actuaciones fueron canceladas por prescripción médica, tras haber sido ingresado de urgencia mientras grababa un especial –de Navidad– en La Revuelta de David Broncano.

Mikel Erentxun y Niña Pastori han publicado este 2024 sendos discos de la misma temática, e Iván Ferreiro, Cuento de hadas en Madrid, una versión del que explica a elDiario.es que era su villancico favorito, Fairytale Of New York, de The Pogues. En él ha contado con la colaboración de artistas como Guadi Galego, Pablo López, Leiva, Rozalén, Vega y Santi Balmes. El intérprete de Turnedo explica a elDiario.es que la idea de hacer la canción fue “inesperada”, impulsada por querer “hacer algo diferente”.

“Nunca me había ni me habían propuesto componer ni versionar ningún villancico”, reconoce. Tampoco se declara especialmente fan, salvo de los que provienen de Estados Unidos, “como Frank Sinatra y este tipo de crooners”: “Los típicos que suenan en las comedias románticas en Nueva York, me los como mucho mejor que Los peces en el río”.

“Nunca voy a poder dar un pelotazo como el de Mariah Carey, esto nos dio la excusa para juntarnos un montón de amigos”, comenta sobre lo inalcanzable que ve las cifras manejadas por la soprano.

El poder del 'streaming'

Universal, Warner y Sony son las tres discográficas más importantes de España, y en todas ellas cuentan con una amplia cartera de artistas que han abrazado la Navidad para ampliar sus catálogos. David Bisbal pertenece a Universal, igual que Dolly Parton, que es otro de los grandes nombres de la música en Navidad, materializados en varios álbumes y su propio especial para Netflix. Ella fue una de las invitadas del último concierto con el que Miley Cyrus lleva varios años celebrando la Nochevieja.

En el catálogo de Warner figura Ed Sheeran, que es uno de los cantantes que ha hecho combo música y cine al grabar este 2024 Under The Tree, parte de la banda sonora de la entrañable película de animación Aquella Navidad (disponible en Netflix). Este es otro recurso con el que desde las producciones audiovisuales se nutren del tirón de las fiestas, como así reflejan los discos y listas especiales de ficciones musicales como Glee; o directamente los especiales televisivos como los de RTVE de Nochebuena, que este año liderarán Estopa y Rosario.

Ahora bien, el hit por excelencia, All I Want For Christmas Is You, y otro que no se queda lejos, el Last Christmas de Wham! corresponden a Sony. José María Barbat, director de esta compañía en España, explica que “la era digital, y de forma específica la pandemia, han empujado muchísimo el consumo en streaming”. Algo que ha afectado directamente a las escuchas de música navideña, y que detectaron por “la buena acogida” que tenían las playlists de este tipo de contenido.

“Antes del mundo digital, los villancicos consumidos en físico eran una cosa un poco casposa, muy tradicional y de nicho. Alguien tenía el típico casete y poco más”, describe sobre un negocio que se concentraba en “compañías independientes que veían pequeños filones”. Sin embargo, para las multinacionales en las que ya había un alto volumen de álbumes en físico, señala que “sacar uno de villancicos era casi un estorbo, dedicarle tiempo y dinero a algo pequeño”.

Una vez identificaron que el streaming estaba sacudiendo el consumo, comenzaron a trazar líneas estratégicas con las que sacarle partido, con un claro objetivo: “Que no solo fuera fruto de unas pocas semanas o dos o tres canciones emblemáticas, sino que pudiéramos ir añadiendo todos los años más temas y artistas tanto de repertorio clásico como inédito”.

De ahí a que comenzaran a grabar sencillos con todo tipo de artistas, desde Abraham Mateo y su Toxic Christmas, la Blanca Navidad de La Oreja de Van Gogh, Navidad contigo de Ana Mena, Jean & Alex; y la versión de Un año más de Mecano interpretada por Chanel. “No escogimos solo a los artistas que pueden parecer más sospechosos de grabarlos, como los relacionados con el sur porque en Andalucía hay una cultura muy fuerte de villancicos populares; sino también figuras mainstream”.

De quién son los derechos de los villancicos

Manuel López, co-CEO del despacho de abogados y compañía centrada en la gestión financiera de negocio musical Sympathy for the Lawyer y la plataforma especializada en la financiación de música en España INCENTIVA Music, comenta que los lanzamientos navideños han sido “una práctica habitual en la industria musical, sobre todo en el mundo anglosajón, donde es una industria en sí misma”. Dentro de este mercado, no es lo mismo sacar un tema inédito que grabar uno ya existente. El letrado explica que, cuando se realizan versiones, “algunas pueden estar ya en dominio público por su antigüedad. Puede haber incluso populares que ni siquiera se sepa quién las escribió”. En estos casos, sus intérpretes no se ven obligados a pagar nada ni pedir autorizaciones.

El abogado recuerda que, por ejemplo en el caso de David Bisbal, si cosecha gran éxito con temas no compuestos por él, “no va a recibir buena parte de sus ingresos”. Una manera de conseguir adquirir más derechos sobre las canciones, y posteriormente aumentar la recaudación es “generar obras derivadas”, una práctica que describe como habitual: “Coges la original y la versionas, metiendo arreglos e incluso incluyendo partes nuevas”. Al llevar este proceso a cabo, sí que los productores y arreglistas reciben dinero por derechos. “Se suele llegar a un acuerdo con el original, se negocia cómo se van a repartir las nuevas versiones, en qué porcentajes”, detalla.

Conquistar el algoritmo

José María Barbat afirma que el repertorio navideño es un pico anual importante tanto para los sellos como para los artistas, en gran parte gracias a su oportunidad de influir en el poderoso y determinante algoritmo. De ahí a que desde Sony comiencen a empujar este contenido en agosto: “Cuanto antes empiece el consumo, más puede que llegue a Navidad”. “Los algoritmos favorecen lo que ya está fuerte de por sí. Si tienes un repertorio que viene de septiembre, octubre y noviembre con una buena tendencia; el algoritmo empezará a recomendar las canciones que estén más bien posicionadas cuando la gente se ponga a buscar repertorio de Navidad”, aclara.

Que Spotify sea la plataforma líder del mercado, provoca que, como comenta José María Barbat desde Sony, diciembre sea un pico económico para las discográficas, por la repercusión del Wrapped y los temas de Navidad. “El resumen anual pone de relieve las canciones que han sido importantes durante el año, empuja a la gente a consumirlas y que tengan un pico. Con lo cual, si te ha ido bien, en diciembre te irá mejor”, argumenta.

El algoritmo favorece lo que ya está fuerte de por sí. Si tienes un repertorio que viene de septiembre, octubre y noviembre con una buena tendencia; empezará a recomendar las canciones que estén más bien posicionadas cuando la gente se ponga a buscar repertorio de Navidad

Respecto al contenido navideño, ilustra: “Imagina que el mercado de España son ahora unos 2.000 millones de streams al mes, y que de esos, 500 son solo de canciones de Navidad. Evidentemente aspiras a tener el mayor pedazo posible de la tarta. Si de esos 500 millones, puedes tener el 50% del consumo del repertorio, mejor porque ese dinero será para ti”.

La repercusión de triunfar con un disco o versión de villancicos va más allá de la Navidad. Puede ser una manera de asegurarse una mayor respuesta en el futuro, impulsada por ese buen posicionamiento. “Si consigues reacción con ese repertorio, y después entre enero y marzo sacas una canción o álbum nuevo, al venir de una situación de consumo potente el algoritmo te va a apoyar y favorecer. Si lo haces sin tener novedades en el mercado, te costará más porque hay que reactivarlo”, explica. Y sin necesidad de que los nuevos trabajos discográficos se enmarquen en el mismo género.

El desgaste de los clásicos

Tanto el director de Sony como el abogado inciden en que el mercado anglosajón está marcado en mayor medida por el consumo de música navideña. El actual TOP 50 de Estados Unidos en Spotify, nueve de los diez temas más escuchados son navideños, liderados por Rocking' Around The Chrismas Tree de Brenda Lee, Jingle Bell Rock de Bobby Helms y All I Want For Christmas Is You de Mariah Carey. En Reino Unido, las diez primeras son todas villancicos con Last Christmas a la cabeza. Si nos fijamos en España, hay que llegar hasta el puesto 20 para encontrar al hit de Carey y al 31 para El Burrito Sabanero de David Bisbal.

José María Barbat reconoce que están “notando que, después de cuatro y cinco años, los grandes clásicos empiezan a mostrar un cierto desgaste”. “Por mucho que te guste Mariah Carey, si la primera canción que te sale cada vez que pones una playlist de Navidad es la suya, acabas harto”, valora. Por su parte, confía en que sus sustitutos puedan nacer desde Sony: “Aspiramos a que artistas como Rosalía, Nathy Peluso o C. Tangana vengan un día con una idea de canción de Navidad que sea tan brutal que acabe teniendo más consumo que los villancicos tradicionales y All I Want For Christmas Is You ahora mismo, que son los imbatibles”.

Más allá de que suceda o no en la discográfica que lidera, apunta a que la soprano perderá en algún momento su trono: “Siempre pensamos que hay una canción que va a ser la más escuchada de la historia, y luego acaba siendo otra”.