El pasado martes la editorial cARTEm anunció en su perfil oficial de Instagram la portada de su nuevo libro Tolkien Legendarium: Héroes. El anuncio levantó de inmediato revuelo en redes sociales por un gran detalle en su elaboración. La portada y el resto de ilustraciones del libro están hechas a partir de inteligencia artificial, herramienta que atenta contra el trabajo de ilustradores y demás profesionales del sector.
De inmediato y al ver la respuesta de los usuarios en redes, Pedro Iribarnegaray, uno de los propietarios de cARTEm, emitió un comunicado para dar a conocer sus explicaciones y su posición al respecto del uso de esta herramienta en el mundo editorial. Tal y como argumenta en esta carta “la IA generativa no roba”, puesto que sus ilustraciones no se parecen a ninguna ya existente, “no hay ninguna igual”.
Afirma que la IA “crea basándose en los trillones de imágenes que ha visto” y lo hace “a una velocidad y amplitud que genera miedo”. “Y eso es lo que veo yo aquí: miedo. Algo muy humano que ya sintieron los entintadores y coloristas a finales de los 90, cuando el entintado digital empezó(...) Los que supieron adaptarse al cambio, aquí siguen, y trabajan con nosotros en nuestros cómics y libros”, argumenta Iribarnegaray en el comunicado. Una explicación que atribuye el empleo de la IA a una evolución natural de la tecnología y la sociedad a la que sería necesario “adaptarse”.
El inicio de este proyecto, tal y como expresa su editor, se debe a haber echado en falta una mayor profundidad en los personajes del mundo de Tolkien, que sí abordarían en este nuevo libro. De ahí que hayan decidido “usar todo lo que nos permite la tecnología actual, exprimida por gente que sabe muy bien lo que hace”, apunta. El uso íntegro de herramientas de inteligencia artificial se constata al ver que el responsable de los diseños e ilustraciones del libro es Carlos del Corral, que no es ilustrador, sino director y profesor de IA en una academia.
El comunicado publicado, en defensa de las críticas suscitadas a raíz del anuncio de su último libro, también incluye el posicionamiento que toma la editorial con respecto a estas herramientas. “La IA generativa ha venido para quedarse. Adaptaos, aprended, usadla y explotadla y dadle vuestro toque (...). Entiendo vuestro miedo y preocupación, y os deseo la mejor de las suertes, de corazón, pero la caja ya se ha abierto, y no se va a cerrar”, concluye el escrito.
Quejas desde el sector
Una vez publicadas las explicaciones de la editorial, el revuelo en redes se volvió incluso mayor. Lectores, ilustradores y demás profesionales del sector se posicionaron claramente en contra de esta postura. De hecho, David Rubín, ilustrador que colaboraba con la editorial, explicó en redes su decisión de romper relaciones profesionales con ellos. “Acabo de cancelar una colaboración con la editorial cARTEm al leer la carta explicativa que han hecho pública en la que defienden, de un modo insultante y desinformado, el uso de la IA generativa”, explica.
El ilustrador compartió también el correo electrónico que envió a la editorial y en el que explica los motivos de esta ruptura. “Cómo imaginarás soy contrario al uso de la IA, algo que considero firmemente que atenta contra mi profesión y que empobrece la oferta editorial”, dice Rubín. “Considero inadmisible que vosotros apostéis por producir y editar un libro enteramente ilustrado mediante IA generativa, y considero un verdadero insulto hacia toda mi profesión el comunicado publicado (...). Mi ética no me permite colaborar con una empresa, cARTEm, que contribuye a empeorar aún más la situación por la que actualmente está pasando mi profesión”, concluye Rubín.
Una ruptura contractual que se sumó a las decenas de críticas y reivindicaciones que están circulando en redes sociales en torno a una decisión y unas palabras que ponen en peligro la profesión de miles de ilustradores en España.