Casi la mitad de los jóvenes en España admiten haber tenido ideas suicidas en el último año. El 56% ha sufrido problemas de salud mental, aunque la mitad de ellos no pidió ayuda, ya fuera por razones económicas o porque consideró que no era un asunto importante. Son datos de un estudio de la FAD Fundación Juventud que dejan claro la importancia de hablar de salud mental. Un problema que, tras la pandemia, se ha puesto por fin en el foco de la opinión pública. Hasta hace poco, quien iba al psicólogo era mirado como el raro. Algo está cambiando, y se nota en que también el cine aborda esta problemática.
Lo hace The Son (El hijo), el filme con el que Florian Zeller continua la trilogía que adaptará sus obras de teatro y que comenzó con la imponente El padre. Aquí sustituye a Anthony Hopkins —que ganó el Oscar y aquí tiene un pequeño e importante papel— por Hugh Jackman, que interpreta a un abogado de éxito que se enfrenta a los problemas de salud mental del hijo que tuvo con su anterior pareja, encarnada por Laura Dern. La salud mental adolescente es el centro del conflicto del filme, que también aborda la incapacidad de una generación de hombres de enfrentarse a ello.
El filme se presentó en el Festival de Venecia, donde compite por el León de Oro y donde su protagonista, Hugh Jackman, habló de forma frontal sobre el problema de la salud mental en los jóvenes. “La película muestra cómo de solos se siente la gente, particularmente cuando se trata de asuntos de salud mental. Hay una vergüenza, una culpa, y hay un intento de querer arreglar esas cosas”, dijo el actor que cree que el “problema de la salud mental es una crisis en todo el mundo y no hay nadie inmune”.
Jackman confesó en un encuentro con periodistas que le preocupa “la ansiedad” que sufren los jóvenes, especialmente tras la pandemia: “Uno de cada cuatro adolescentes en Australia ha pensado en quitarse la vida este último año. Es una generación que está sufriendo mucho, y quizás es difícil para la mía comprenderlo, porque hemos tenido experiencias diferentes”. Una película que nace, según su director, de una voluntad de “abrir la conversación sobre estos temas sin juzgar a los personajes”. “Queríamos que la gente experimentara lo que significa sentir que no tienes ningún poder sobre la situación, que no sabes qué hacer, una sensación que también forma parte de ser padre”, añadió Zeller.
Jackman quedó tan conmovido por El padre, que cuando se enteró de que Florian Zeller preparaba la adaptación de El hijo leyó la obra y le escribió una carta diciendo que le encantaría ser el protagonista. El director quedó sorprendido con la valentía del actor, y tras unas reuniones vio que ambos sentían la misma pasión por el proyecto, y que juntos podían conseguir “algo que impactara y tuviera mucha verdad”. “Tuve la intuición y creo que es la mejor decisión que pude tomar. Hugh Jackman es un profesional, es como un bailarín muy técnico que quiere controlar todo. Y esta historia habla de un hombre que pierde el control, así que la idea era ponernos todos en una situación donde no podíamos controlar las cosas. Por eso tomé la decisión de no ensayar y saltar a lo desconocido y descubrir en el set las emociones que nos llegaban e intentar atraparlas, abrazarlas y compartirlas con el público”.
Uno de cada cuatro adolescentes en Australia ha pensado en quitarse la vida este último año. Es una generación que está sufriendo mucho, y quizás es difícil para la mía comprenderlo
El actor dice que normalmente no se muestra tan apasionado por conseguir un papel, pero que este era especial, tuvo “el instinto” de hacerlo. Ha sido el papel más intenso de su vida, el reto más importante. Un proyecto que llegó con la COVID y se juntó con un momento personal complicado para él. “Mi mujer y yo estábamos muy nerviosos y no salíamos ni hacíamos nada. Y recuerdo que unas cuantas veces en el proceso de preparación de la película tuve problemas para dormir. No creo que lo admitiera en ese momento, pero a veces me estaba desmoronando un poco. Y estoy seguro de que esto era paralelo a lo que yo estaba pasando. Mi padre murió durante el rodaje, así que fue un período muy intenso para mí y estoy muy agradecido de haber tenido un amigo y un director en el que confiar”.
Un proyecto en el que el actor acomete uno de sus papeles más dramáticos y serios, alejado de su perfil de héroe de acción o de actor de musicales, una película que le recuerda por qué decidió ser actor: “Fue para crecer como persona, me interesan más las grandes cuestiones de la vida que la idea de ser famoso o exitoso”.