(Por Nicolás Roggero Rolla) Bangladesh, un país de 166 millones de habitantes y ubicado en el corazón de Asia, que limita con India, Nepal, Bután y Myammar, todos sitios lejanos en la geografía y en el pensamiento de los argentinos, es una nación teñida de celeste y blanco, que en este Mundial y desde México 1986 apoya a la Selección sin importar el resultado y la hora de los partidos.
Muchos rumores e informaciones se vertieron en las últimas semanas sobre este país de bandera verde al fondo y un círculo rojo en el centro. Que aman a la Argentina por el odio al colonialismo inglés -estuvieron bajo su órbita hasta el 26 de marzo de 1971-, por el sufrimiento de las hambrunas fabricadas por los gobiernos ingleses (NdeR: 3 millones murieron por la decisión del primer ministro Winston Churchill en 1942 durante la Segunda Guerra Mundial), por la venganza que vieron en los goles de Diego Armando Maradona, entre otras cosas.
Todo esto, en realidad, queda de lado en las palabras del joven bangladesí Tamjidul Hoque, de apenas 22 años, que estudia Derecho y escribe en la revista juvenil de Chattagram, de la empresa Daily Star, y relató que el inicio del amor se inició en la década del '80.
“Hay muchas teorías sobre por qué los bangladesíes apoyan a la Argentina. Muchos afirman que apoyamos a la Argentina por Maradona o Messi o por cómo la Argentina venció a Inglaterra en 1986. Personalmente, creo que si quieres saber por qué los bangladesíes aman tanto a la Argentina, tienes que mirar la historia de Bangladesh”, contó con mucha amabilidad y entusiasmo.
El amor es por la pelota, como otros aman a Brasil y Neymar, por las gambetas de Diego y las de Lionel Messi -en el 2011 se jugó un amistoso contra Nigeria en Bangladesh y marcó-. No hay tanto misterio, ni ideología de por medio. El mismo amor por la pelota lo tienen por el tigre de bengala y el arroz y el pescado, su plato típico de un país con más de 700 ríos y numerosos canales que recorren su geografía.
“Maradona nos tocó el corazón y Messi ganó más corazones. En los años 80, Bangladesh todavía estaba en desarrollo y la televisión en color comenzó a ser más popular. Así, la gente de todo el país pudo ver el Mundial 86. Ese fue el año en que los bangladesíes experimentaron la brillantez futbolística de la Argentina y nos enamoramos de inmediato”, relató en la charla con Télam.
La sorpresa de Tamjidul Hoque es la de muchos coterráneos, están felices por el presente de la Scaloneta pero también porque se volvieron “visibles” en la Argentina. “Notaron que estamos ahí, ahora abrirán una embajada”, valoró, en relación al anuncio de la Cancillería acerca de la reapertura en los próximos meses tras casi 45 años.
Las redes sociales, los medios y la conexión acortaron la distancia de 17.000 kilómetros que separan Buenos Aires de Daca, la capital de Bangladesh, y en un pacto de cofradía se abrieron páginas de Facebook en la Argentina para apoyar a la Selección de cricket de ellos, donde son verdaderamente fuertes y hace una semana superaron en dos ocasiones a la India.
“Somos muy conscientes de que la gente de la Argentina se ha fijado en nosotros, los medios lo han cubierto y también lo podemos ver en las redes sociales. También sabemos que la gente de la Argentina abrió un grupo de Facebook para apoyar al equipo nacional de cricket de Bangladesh, a pesar de no saber nada sobre cricket, he visto a un argentino tatuarse la bandera de Bangladesh en su brazo”, resaltó sobre el ida y vuelta.
“Este es un tipo de amistad que pocas veces se ve y es muy especial”, comentó.
Las camisetas de la Argentina se multiplican en los diferentes modelos que llegan y se fabrican en el país asiático, y poco importa que los partidos comiencen, como con Croacia o Países Bajos, a la 1 de la mañana, porque la gente “sale igual a las calles”.
La locura escaló con el paso de los partidos, hablaron los propios protagonistas, como Lionel Scaloni en una conferencia de prensa, y hasta llegaron los planteos celosos de los fanáticos indios, que también se confiesan hinchas de la Argentina.
Y el amor está para todos, aunque desde Bangladesh (que en bengalí significa “país de Bengala”) disfrutan de ser el centro, al menos esta vez les toca estar por encima del gigante vecino.
“La mayoría de la gente aquí ve los partidos en casa y sale después de que la Argentina gana, pero hay una gran cantidad de personas que asisten a las funciones públicas. Somos muy apasionados por la Argentina y queremos compartir esa pasión entre nosotros al ver los juegos con otras personas también”, cerró este joven e ilusionado Tamjidul Hoque, que podría tranquilamente haber nacido en cualquier punto de la Argentina pero la vida lo puso en Chittagong, la segunda ciudad en importancia.
La Selección jugará este domingo su sexta final de la historia, de las cuales ganó dos, y todo Bangladesh estará pendiente y expectante del resultado de Messi y compañía.