Análisis

La ampliación del Ahora 12 estimula el consumo y la producción, desvía pesos que podrían ir al dólar, pero el deterioro del salario lo condiciona

El Gobierno nacional busca alentar el consumo y la producción nacional con la ampliación del plan de créditos Ahora 3, 6, 12, 24 y 30. Si desvía pesos hacia gastos, los distraerá de las compras de dólares para ahorro. Pero para que el mercado doméstico se recupere también es necesario que los salarios comiencen a reflotar después de cuatro años de hundimiento.

“La expansión de los programas de cuotas del Ahora va a tener un impacto positivo en el consumo, aunque su alcance y su magnitud probablemente sea en el margen”, admite Juan Manuel Telechea, director del Instituto de Trabajo y Economía (ITE) de la Fundación Germán Abdala. “El problema de fondo sigue siendo la falta de recuperación del poder de compra de los salarios, que pasado el primer semestre se mantiene en promedio 6% por debajo de los magros niveles de 2020. Hasta que eso no se revierta, va a ser muy difícil que se observe un repunte significativo del consumo”, advierte Telechea. Una de las coordinadoras del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (Cifra) de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), Mariana González, coincide en que “este tipo de programa como el Ahora 12 funciona para incentivar el consumo, puede empujar, pero lo importante es que se recupere el salario real”, es decir, el ajustado por inflación.

En uno de los bancos privados extranjeros que operan en el país no tienen claro que la ampliación del plan vaya a tener un impacto “muy significativo”. “Probablemente, el salario real termine 2021 por debajo del año pasado”, anticipan en la entidad privada, lo que constituiría el cuarto año consecutivo de pérdida de poder adquisitivo. “Pero en el margen, respecto a los últimos meses, se puede recuperar con las revisiones de paritarias. El Ahora 12 necesita de eso para funcionar. ¿Pero cuánto del aumento salarial iría a consumo y cuánto al dólar blue? Los índices de confianza del consumidor de la Universidad Di Tella mostraron en julio algún espacio para aumentar el consumo”, agregan. Según ese indicador, la predisposición para la adquisición de electrodomésticos, casas y autos subió un 23,3% respecto de junio; la situación personal mejoró 8,8% y las expectativas de corto y mediano plazo sobre la macroeconomía levantaron 2,8%.

Nicolás Pertierra, investigador del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz, explica que los planes Ahora constituyen la forma de utilizar recursos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) para la reactivación económica. “El FGS no se puede gastar en obra pública o transferencias sino que debe ir a financiamiento”, se refiere al fondo que invierte para sostener los aportes jubilatorios. “En la pandemia, se financió a las empresas y ahora se busca emparejar por el lado del consumo. Si no se usaran para esto, serían fondos que quedarían ociosos”, analiza Pertierra.

En cambio, Enrique Dentice, profesor de la Universidad de San Martín, se muestra crítico: “No va a haber reactivación genuina de consumo por aumento de producción. Va a ser simplemente utilización del ahorro privado con créditos a más largo plazo para tratar de contener el sobrante de dinero que tengan las personas o el sector privado. Van a tratar de chupar ese ahorro privado para que no se vaya al tipo de cambio o a tasas de interés (de plazo fijo). Porque, en realidad, lo que están buscando es bajar la inflación. (El ministro de Desarrollo Productivo, Matías) Kulfas admitió que a esta tasa de inflación no se puede hacer nada. Quieren bajar la inflación y el dólar por unos meses y ver cómo sigue el 'Plan Continuar'. Pero con la brecha existente entre los tipos de cambio, hay un 'Rodrigazo' en puerta”. Se llamó así el plan de ajuste del ministro de Economía del gobierno de Isabel Perón en 1975, Celestino Rodrigo, que derivó en devaluación, hiperinflación y deterioro de sueldos.

Otro docent, de la Universidad del Salvador, califica de “positiva” la ampliación del Ahora 12, “pero de alcance limitado”. “Si es correcto que el costo financiero local será menor a la inflación esperada y con una diferencia no despreciable, creo que el plan tendrá impacto en los rubros alcanzados, sobre todo en aquellos que se habían enfriado, como línea blanca (heladeras, cocinas, lavarropas), o que vienen con rezagos, como indumentaria, calzado y marroquinería. Hay que ver todo lo relacionado con el turismo nacional, que puede ser interesante. Los productos y servicios alcanzados, su disponibilidad y el costo financiero seguirán siendo las claves del éxito. Eso teniendo en cuenta que muchos consumidores ya no tienen consumos retrasados como un año atrás y que sigue en pie la incertidumbre sobre el empleo y el ingreso real, incertidumbre que el ciclo político acrecienta, magnificando el ruido sobre el dólar y la inflación”, concluye Massot.

AR