La crisis por la falta de gasoil que afecta al transporte, y la estampida del dólar paralelo tras la renuncia del ministro de Economía Martín Guzmán (y su reemplazo por Silvina Batakis) terminó de convulsionar la economía de lugares tan alejados geográficamente de Buenos Aires como la provincia de Tierra del Fuego.
Productos sin precios, mercadería faltante, incertidumbre en la cadena de comercialización y problemas para importar insumos y maquinarias son algunas de las dificultades que manifiestan comerciantes y empresarios fueguinos según un relevamiento efectuado por elDiarioAR.
En el comercio de la provincia, la eyección de Guzmán de la cartera económica terminó de agitar un panorama que ya venía sobrecalentándose en los últimos meses por los niveles crecientes de inflación.
“A requerimiento de pequeñas y medianas empresas, algunos mayoristas contestan que no tienen listas de precios, que podrían entregar mercadería pero sin fijarles un valor. En esas condiciones la mayoría decide no comprar”, explicó Claudia Fernández, presidenta de la Cámara de Comercio de Ushuaia.
Según Fernández, si bien todavía no se llega a situaciones de desabastecimiento, la incertidumbre es cada vez más creciente.
“El empresario pyme tiene que seguir abriendo las puertas porque debe pagar los sueldos de sus empleados, los impuestos y el aguinaldo. Y tiene que abrir sabiendo que tal vez no podrá reponer los productos que vende. Esa es la realidad”, detalló la titular de la cámara empresaria fueguina.
Ante este escenario, desde el sector les piden a las autoridades políticas que den “gestos de unidad” y que “estabilicen los mercados”.
“Necesitamos madurez de la clase política, de los que gobiernan y de la oposición. Hay una necesidad urgente de estabilizar la macroeconomía, porque la preocupación es importante. Creemos que debería avanzarse en un plan estructural que garantice sobre todo la previsibilidad y la certidumbre. Si no será muy difícil”, reflexionó Fernández.
La crisis económica afecta a algunos rubros de manera particular. Mientras que la comercialización de productos alimenticios, por ejemplo, se desarrolla normalmente aunque con la remarcación propia de la etapa inflacionaria, en sectores como la construcción o la producción de electrónicos, los problemas se multiplican.
“La falta de materiales de construcción es una constante durante los últimos meses, sobre todo a partir de la falta de gasoil que se traduce en una merma de la capacidad de transporte, algo clave para provincias alejadas como la nuestra”, comentó un empresario del rubro con décadas de trayectoria en la actividad.
Como ejemplo, contó que entre febrero y junio, las empresas cementeras restringieron la venta de bolsas de cemento a solo cinco por día, cuando obras públicas o privadas tenían una necesidad de diez o quince bolsas diarias.
La efervescencia política de los últimos días lo que hizo fue paralizar la cadena de comercialización.
“Todo el mundo está quieto y nadie quiere vender. Algunas empresas pidieron una semana para ver qué pasa con el dólar y otras pretendieron aplicar un aumento del 30% en dólares, algo imposible de aceptar”, relató el dueño de la constructora fueguina.
Otro de los inconvenientes asociados al sector es la imposibilidad de adquirir maquinaria importada.
“Hace 60 días inicié tratativas para comprar una máquina excavadora. Me dijeron que tenían cuatro en stock en Buenos Aires, pero nunca me dieron ni condiciones de pago ni de entrega porque alegaban dificultades para seguir importando. Con la situación de los últimos días ya ni contestan los mensajes”, contó el empresario de Ushuaia.
Para peor, un conflicto gremial originado en Comodoro Rivadavia (Chubut) derivó en las últimas horas en un faltante de combustibles en toda Tierra del Fuego. El problema se originó por un paro de capitanes de barcos, que interrumpió la ruta marítima por la que se abastece de naftas y gasoil a la Isla. La planta de combustibles Orion (ubicada en Ushuaia) racionalizó la entrega de fluidos a las estaciones de servicio, que de inmediato resolvieron vender hasta 20 litros o $2000 por vehículo. Cuando se difundió la noticia, los automovilistas comenzaron a hacer largas filas alrededor de las estaciones, percibiendo que podía haber desabastecimiento.
El gobierno provincial tranquilizó las aguas esta mañana, al anunciar que el paro se había levantado, y que la situación se iba a normalizar en las próximas horas. Fue un ingrediente más para los tiempos de incertidumbre que atraviesa, también, la economía del Fin del Mundo.
GR/MG