Puede que el dinero depositado en las offshore provenga de la evasión fiscal, el crimen organizado o la corrupción, o puede que esté declarado pero también en este caso se buscan artilugios legales para pagar menos impuestos. Y esto repercute en que los estados recauden menos de las empresas y personas que más tienen y entonces pongan la carga tributaria sobre los hombros del resto de la población para financiar todo tipo de gastos, desde aquellos más criticados por superfluos o indecentes hasta los más necesarios como los que educan, curan, proveen de infraestructura o auxilian a los más desprotegidos. Por eso, el destape de los Pandora Papers resulta buena ocasión para que los candidatos a diputados de las próximas elecciones se manifiesten sobre este asunto clave de las offshore, muchas veces usadas por los propios políticos. Es así que elDiarioAR consultó a varios de ellos sobre qué deben hacer la Argentina y el resto del mundo con estas sociedades opacas, dado su impacto en la recolección de gravámenes.
“Guaridas”
Carlos Heller, tercer postulante del Frente de Todos (FdT) por la ciudad de Buenos Aires y presidente del banco Credicoop, opinó sobre el fenómeno: “La gran mayoría de los fondos definidos como offshore están depositados en las guaridas fiscales”. Arrancó usando el término de “guaridas”, en lugar del más condescendiente de “paraísos”. “Las guaridas fiscales tienen una característica común generalmente no muy divulgada: la gran mayoría son todos territorios de grandes países desarrollados, como los ubicados en los continentes, como Delaware en Estados Unidos o Liechtenstein en Europa. Esto indica las limitaciones de muchos discursos hechos desde estos países por la pérdida de sus ingresos fiscales debido a que las grandes multinacionales terminan tributando en las guaridas, y no en los países en los que desarrollan su producción. Si efectivamente quisieran, podrían comenzar a presionar a sus propias guaridas fiscales para que reduzcan la opacidad de la información y los beneficios fiscales otorgados. Además, son los lugares ideales para el lavado de activos provenientes del narcotráfico, de la evasión fiscal y del terrorismo.Tener una cuenta en una guarida fiscal no necesariamente significa un delito, en la medida que su tenencia esté declarada a las autoridades fiscales correspondientes, un hecho que raramente sucede”. Tanto la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) como la Unidad de Información Financiera (UIF, de lucha contra el lavado de dinero) han prometido investigar los Pandora Papers, que incluyen desde el fallecido ex secretario privado de Néstor Kirchner, Daniel Muñoz, hasta Mariano Macri, hermano del ex presidente. Habrá que ver si se cumple con la frase de Juan Domingo Perón de que “mejor que decir es hacer”.
Heller, actual diputado, destacó que, “en su reciente intervención en la reunión virtual organizada por las Naciones Unidas y la OIT (Organización Internacional del Trabajo), Alberto Fernández instó a ”profundizar el debate sobre el nuevo impuesto mínimo global, para que favorezca puntualmente a las economías emergentes y contribuya a una acción de desconcentración de la riqueza“. Ese gravamen a las multinacionales tendrá una alícuota del 15%, aunque el ministro de Economía, Martín Guzmán, sugirió sin éxito en el G20 (Grupo de las 20 principales economías) elevarlo al 25%.
“Simplificar la regulación”
El segundo candidato a diputado de Juntos por el Cambio en territorio porteño, el economista Martín Tetaz, arrancó diferenciando entre sociedades y cuentas offshore con una visión bien liberal: “Una cosa son las operaciones de las empresas que están dificultadas por regulaciones que no tienen sentido y por impuestos a las transacciones o a los procesos de producción, que no debería haber. Ante cualquier regulación o impuestos que pueda ser by-passeada por sociedades offshore, la forma de resolverlo no es combatir la offshore sino simplificar la regulación. Hasta YPF debió recurrir a una offshore para traer la inversión de Chevron en 2013. Otra cosa distinta es la cuenta offshore, que responde a una planificación financiera y patrimonial. Ahí hay un gran debate sobre cuál es la fuente del impuesto: si tenemos que gravar ganancias, patrimonio o consumo. En la medida en que las personas paguen los impuestos domésticamente, el lugar donde depositan su dinero me tiene sin cuidado. De hecho, buena parte de las cuentas en el exterior se origina por la inseguridad jurídica de los países. Es un concepto distinto a cuando el dinero llega de manera ilegal. Cuando hay lavado de dinero, hay que coordinar acciones y, de hecho, el mundo está haciéndolo. Eso está perfecto. Cada vez es más difícil tener cuentas offshore que pasen por debajo del radar de los países, los acuerdos entre los países son cada vez más extendidos. En el último blanqueo, que hizo Macri, le fue muy bien a la Argentina porque todos los analistas patrimoniales decían que era la oportunidad porque cada vez iba a ser más difícil esconder dinero”.
Tetaz señala que “ahora todo este debate está atravesado por un nuevo actor, el sector de criptomonedas, que en cierto sentido es una offshore”. “Ya no tengo que ir a las islas Caimán a hacer un depósito, ahora puedo tener 100 bitcoins en una wallet (billetera virtual) en mi celular y nadie sabe dónde están”, continúa el economista radical que ha elogiado en campaña a su rival libertario Javier Milei. “La intención de los gobiernos de regular bitcoins es tapar el sol con las manos. Los golpes certeros que le están pegando en Turquía, India o China tienen que ver con dificultar la operación de la clase media, cada vez es más difícil transferir desde mi cuenta bancaria hasta las plataformas, pero eso no elimina el dinero que ya está en mi wallet ni impide que alguien compre en efectivo bitcoins en un acuerdo privado con otra persona”, opina Tetaz. Al candidato opositor tampoco le gusta el impuesto mínimo global del 15%: “No tiene mucho sentido. Es como un cartel de 'máximo 320 km/h' en la ruta. Irlanda tributa 12%. No le movés la aguja”.
El primer candidato de Juntos por el Cambio en Entre Ríos, otro economista, Rogelio Frigerio, se sumó al debate con una visión más moderada: “Por un lado hay dinero de la corrupción, pero se está condicionando mucho por las exigencias que se ponen a las personas políticamente expuestas al abrir cuentas en cualquier lado. Por eso, todo lo que se encuentra ahora son cosas viejas. Por otro lado está el tema de la recaudación, que lentamente se está atacando con los convenios de intercambio de información entre países. Habría que incrementarlos, pero el problema es que a los paraísos fiscales no les calienta la información de otros países”.
“Datos escandalosos”
Myriam Bregman, primera candidata del Frente de Izquierda y los Trabajadores Unidad (FITU) en la Capital, advierte que “los datos que salen a la luz son escandalosos, pero más aún en un país como la Argentina donde los más ricos siempre están llorando por ayudas del Estado, exenciones impositivas, blanqueos”. “Las empresas offshore se conforman para lavar dinero o para realizar maniobras de evasión y elusión impositiva, lo que tiene consecuencias en la falta de recursos para destinar a salud, educación y obra pública, como en el aumento de la carga impositiva al resto de la población, fundamentalmente mediante los impuestos regresivos al consumo como el IVA. A nivel nacional, en primer lugar, hay que establecer mecanismos para implementar el cobro inmediato de los impuestos evadidos y la repatriación de los fondos fugados, o en su defecto tasas impositivas punitorias o expropiación sobre activos en el país”, recomienda la abogada Bregman.
Entre los remedios que sugiere, la postulante del FITU echa mano a la clásica receta trotksysta: “Establecer la nacionalización del sistema bancario y el monopolio estatal del comercio exterior y movimiento de divisas, para limitar la regular ocurrencia de esta sangría que tiene feroces consecuencias sobre la economía del país”. Y agrega: “Las investigaciones del Congreso sobre la fuga de 2001 como las develaciones de Hervé Falciani, del HSBC, y Hernán Arbizu, de JP Morgan, muestran que la evasión de impuestos y fuga de capitales está organizada principalmente por los bancos internacionales. Estamos a favor de impuestos progresivos a las grandes fortunas, estableciendo un piso internacional no menor al 40%, y, considerando que los sistemas tributarios se han vuelto regresivos, con baja de impuestos a los grandes durante el neoliberalismo y suba de los impuestos tipo IVA, condenamos la evasión y maniobras tributarias de los grandes capitalistas. Los paraísos fiscales deberían desaparecer, pero no somos ingenuos, hacen a la esencia del afán de lucro capitalista, y son utilizados por la clase dominante y los ricos y famosos de todos los países, por lo cual la realidad es que los estados nunca van más allá de declaración de intenciones”.
elDiarioAR también consultó a Javier Milei, que derivó la consulta a un abogado que trabaja en el negocio offshore, vivió en paraísos fiscales y cuyo 90% de sus clientes son empresarios latinoamericanos que esconden allí sus fortunas, Martín Litbak. “En mi opinión, y Javi coincide con esto, lo que debería hacer el mundo es permitir la competencia fiscal, es decir el derecho soberano de cada país en establecer los impuestos que desee sin intromisión de los demás países y mucho menos de organizaciones supranacionales como la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, que estableció el megaacuerdo de intercambio de información), el G20, etc.. Si un país, como la Argentina, quiere evitar que sus pagadores de impuestos manden su dinero a paraísos fiscales, debe bajar impuestos y proveer seguridad jurídica”, concluye Litbak.
AR