El círculo rojo en pleno: las influencias de Eurnekian, Elsztain, Musk y otros empresarios en Milei

8 de diciembre de 2023 00:01 h

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Hace una semana almorzaron en el restaurante Piegari Carnes, en Retiro, el futuro ministro del Interior, Guillermo Francos, que se maneja como si fuera un jefe de Gabinete; su exempleador Eduardo Eurnekian, dueño de Corporación América (Aeropuertos Argentina 2000 (AA2000) y Compañía General de Combustibles (CGC), entre otras empresas); los presidentes de las Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), Gustavo Weiss, y de la Bolsa de Comercio porteña, Adelmo Gabbi, y el asesor especial de la Organización de Estados Americanos (OEA), Gustavo Cinosi. “Charla de amigos”, comentaron. Pero fue simbólica de la redefinición del poder a partir de que este domingo jure como presidente de la Nación Javier Milei, otro exempleado de Eurnekian que promete alineamiento con Estados Unidos e Israel y reemplazar la obra pública por la financiada por el sector privado.

Un lobista que no es Cinosi pero frecuenta a los empresarios del círculo rojo da por hecho que Eurnekian aportó a la campaña de Milei, por más que en Corporación América lo nieguen y que no figure en los registros declarados. También comenta que el empresario de 91 años y de origen armenio colocó a tres de los ocho ministros del nuevo gabinete, otra versión desmentida en sus filas. En la corporación se desentienden de que a la asunción de Milei venga el presidente de Armenia, Vahagn Jachaturian.

Antes de las primarias del 13 de agosto el economista libertario venía trabajando ya con Nicolás Posse, futuro jefe de Gabinete, que estrechó una amistad con el nuevo presidente cuando eran compañeros de trabajo en Corporación América. Pero Posse, que se desempeñó allí en un frustrado proyecto de corredor bioceánico de ruta y tren con Chile, después había quedado relegado a dirigir los aeropuertos patagónicos de AA2000 (lo que excluye los de Ushuaia, El Calafate y Trelew, en manos de London Supply). Pero tras la victoria sorpresiva de Milei en las primarias, Eurnekian habría intentado proveerle de un equipo.

Unos días después de aquel triunfo, Infobae informó que Guillermo Francos dejaba el gobierno de Alberto Fernández, al que representaba en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Washington, y se sumaba al plantel de La Libertad Avanza (LLA). Tomás Eurnekian, sobrino del poderoso empresario, es dueño del 20% de Infobae América, controlado por Daniel Hadad. A su vez, la esposa de Hadad, Viviana Zocco, fue socia de la futura canciller Diana Mondino en una calificadora de riesgo, Risk Analysis, que después adquirió la norteamericana Standard & Poor's (S&P). Más tarde, Mondino fue directora de empresas como Pampa Energía (de Marcelo Mindlin), el banco Supervielle, la cementera brasileña Loma Negra o Bodegas Bianchi.

Francos puso orden político al armado improvisado de Milei en la campaña. Le queda mucho más trabajo por delante cuando arranque el gobierno. Pero, además, llevó al gabinete al próximo ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, que había sino uno de los varios abogados de Corporación América. En un principio, el economista libertario confiaba esa área a Santiago Viola, pero cuando se alió con Mauricio Macri tras la derrota en primera vuelta del 22 de octubre el expresidente empezó a presionar por Germán Garavano y Bernardo Saravia Frías. Finalmente, el jefe de Estado electo optó por aquel abogado que se hizo mediático en los años 90 cuando defendió a Guillermo Coppola, el representante de Diego Maradona que había sido acusado por drogas.

El tercer supuesto ministro sugerido por Eurnekian es Guillermo Ferraro, en Infraestructura. Allí también Milei resistió el lobby de Macri por Guillermo Dietrich, quien había sido su ministro de Transporte y que como tal había discutido fuerte la renegociación contractual de AA2000. Ferraro, en cambio, estuvo durante 13 años al frente de la consultora KPMG y desde allí asesoró a Corporación América en dos proyectos que finalmente no se concretaron, el corredor bioceánico y la hidroeléctrica Chihuido. ¿Resucitarán esas iniciativas? ¿Se excluirá Ferraro de intervenir por eventual conflicto de interés? Vaya a saber. Su ministerio está loteado entre funcionarios que no son de su riñón, como el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, que viene de ser consultor en España, y la eventual responsable de Minería, Flavia Royón, que quería volver a su Salta natal después de dirigir la política energética con Sergio Massa, pero el gobernador salteño, Gustavo Sáenz, la está convenciendo de quedarse en Buenos Aires.

Los partidos provinciales que gobiernan Salta, Misiones, Río Negro y Neuquén pueden ser claves para las leyes que quiere aprobar Milei. Y La Linda es el epicentro del boom del litio: es sólo cuestión de andar por las destrozadas rutas 17 y 27, entre ripio y arena, desde el límite con Catamarca, en el Salar del Hombre Muerto, pasando por el de Pocitos, y hasta San Antonio de los Cobres, el pueblo del Tren de las Nubes, para toparse con camiones y pick ups que van y vienen por los proyectos que comenzarán a producir pronto en este provincia. Royón, ex empleada de los Brito en un frigorífico, llega impulsada por uno de los inversores argentinos en litio, José Luis Manzano, que pasó rápido del apoyo a Massa a mostrar en una jornada de Econojournal su interés por las privatizaciones que planea Milei. ¿Le interesará comprar parte de YPF? Entre las petroleras extranjeras apuntan a otros dos interesados por la rival estatal: Eurnekian y los Bulgheroni, dueños del 20% de Pan American Energy (PAE), otros ilusionados con el nuevo gobierno.

No hay muchos empresarios que conozcan demasiado al economista que a los gritos se hizo famoso en televisión, se metió en política hace dos años como diputado y ahora llegará a la Casa Rosada. Varios de ellos lo conocieron en persona en 2023. Uno de ellos fue Eduardo Elsztain, que lo recibió en su hotel Llao Llao cuando en abril fue a exponer ante el foro de grandes hombres de negocios que lleva el nombre de ese establecimiento de Bariloche. El judaísmo y las ideas económicas liberales los unen. Desde hace 50 días que Milei está alojado en otro hotel de Elsztain, el Libertador, su búnker, primero para la campaña y después para la formación del gobierno. Hace 10 días visitaron juntos la tumba del rabino Menachem Mendel Schneerson, referente del movimiento judío Jabad Lubavitch, en Nueva York.

Habrá que ver si el dueño de la desarrolladora inmobiliaria IRSA se muestra interesado por el nuevo modelo de iniciativa privada para las obras de infraestructura que plantean Milei y Ferraro: podría atraer a los financistas que conoce en EE.UU para proyectos que levanten las constructoras tradicionales que integran la Camarco. Otro que podría acercar capitales a esas obras es Mindlin. El presidente electo ha visitado varias veces el Museo del Holocausto, que preside el propietario de Pampa Energía y la constructora Sacde y que rinde homenaje a los 6 millones de víctimas de la Shoá, incluidas la tía abuela de este cronista, Henriette Deligdisch.

De la visita del sepulcro del rabino en Nueva York también participó, aunque en un segundo plano, Gerardo Werthein. Su nombramiento como embajador en Washington fue adelantado por el medio de su amigo Hadad. Werthein negó que él haya pagado los US$250.000 que costó el avión privado con el que viajó junto a Milei, su hermana Karina, el nuevo ministro de Economía, Luis Caputo, su sobrino y estratega de marketing político Santiago Caputo, Posse y el embajador estadounidense en Buenos Aires, Marc Stanley.

Werthein se separó en 2020 de sus primos del grupo Los W, formó un fondo de inversión con el banquero brasileño Edmond Safra y se mudó a Uruguay -como tanto millonarios huidizos del impuesto de bienes personales-. Contó que cada pasajero del avión abonó su parte, es decir, US$41.000, salvo Stanley, a quien él invitó. Se supone que tampoco pagó por el almuerzo que Milei compartió con el ex presidente norteamericano Bill Clinton. Lo que es seguro es que Werthein también puede acercar inversores. Esperemos que esta vez sean más concretos que aquellos con los que el nuevo jefe de Estado supuestamente había pactado ya en campaña para financiar la frustrada dolarización. “Mientras nos atacan, difaman, operan, etc., nosotros estuvimos avanzando en negociaciones y ya conseguimos los dólares para dolarizar la economía al valor del dólar de mercado”, chamullaba Milei en junio por la red social X. El designado embajador es nieto de Gregorio Werthein, que durante años presidió el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp).

Milei fue este año al Cicyp -también asistió allí un conocido de él, el presidente de la Cámara de Comercio Argentino Israelí, Mario Montoto-, al Foro Llao Llao, a la Sociedad Rural Argentina (SRA) y a la Cámara de Comercio de Estados Unidos en la Argentina (Amcham, según sus siglas en inglés), pero no quiso visitar la Unión Industrial Argentina (UIA) o la Asociación Empresaria Argentina (AEA) y descalificó a la Camarco con el mote de Cámara Argentina de la Corrupción. El presidente es selectivo a la hora de relacionarse con los hombres de negocios, supuestamente no les gustan aquellos cerrados a la competencia o corporativistas, pero ya su ministro del Interior dio muestras de ser más proclive a relacionarse con ellos, almorzó con Weiss y asistió a la reciente conferencia anual de la UIA.

El G6 -que agrupa a la UIA, Camarco, SRA, la Bolsa porteña, la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba) y la Cámara Argentina de Comercio (CAC)- esperan una cita con Milei y Caputo, el hombre que a su vez le abrió contactos en el mundo financiero de Wall Street. Para eso lo sumó al gabinete: para conseguir préstamos para el inicio de su gestión y desarmar así lo que muchos economistas como Carlos Melconian consideran que no es urgente, la bola de deuda del Banco Central.

Quien elogia seguido a Milei por sus ideas es el dueño de X, el sudafricano Elon Musk, también de nacionalidades estadounidense y canadiense, propietario además de la fabricante aeroespacial SpaceX -que ha lanzado satélites hechos por el Estado argentino-, de la de autos eléctricos Tesla y de la firma de Internet satelital Starlink. Antiprogre como el dueño de Mercado Libre, Marcos Galperin, Musk charló este miércoles por teléfono con Milei.

En el equipo que asesora al nuevo presidente reconocen que es difícil que el mayor millonario del mundo vaya a poner una fábrica de coches o baterías de litio en la Argentina, dado que se requerirían inversiones de miles de millones de dólares, para lo cual debería asegurarse que el proyecto político de LLA sea duradero y que el mercado regional se deshaga más rápido de lo pensado de los más baratos vehículos a petróleo. Pero admiten que, al igual que Toyota, General Motors (GM) o Stellantis, a Tesla también le puede interesar asegurarse la propiedad del litio, más allá del acuerdo que hoy en día tiene con la norteamericana Livent para proveerse del Salar del Hombre Muerto. La Argentina debería firmar un acuerdo con EE.UU para abaratar la exportación del mineral a ese país e incluso elevar así su procesamiento en el terreno local: dejar de enviar carbonato de litio y mandar hidróxido. Además, quizá Starlink llegue un día a la Argentina. En el equipo de Milei no se descarta su interés por la privatización de Arsat y su red de fibra óptica nacional. Sería un desafío para los proveedores locales de Internet. Uno es Telecom, de Héctor Magnetto, entusiasmado con el nuevo gobierno, pero inquieto para que no le vete su acuerdo de provisión de tecnología 5G con la china Huawei, objetada por EE.UU. Otro es Claro, del mexicano Carlos Slim, que mantuvo una videollamada con Milei tras su victoria. Por último está la española Telefónica en el letargo.

Hace dos semanas, en la última reunión de AEA, Magnetto elogió a Milei y el dueño del grupo Techint, el italiano Paolo Rocca, pidió a sus colegas empresarios que hablen con los diplomáticos extranjeros que conozcan para mejorar su imagen en el exterior. Entonces, el ítaloargentino Cristiano Rattazzi admitió que la prensa foránea había sido hostil con el próximo presidente, aunque empezaba a cambiar. Los socios de AEA respondieron destacando que Milei no es proteccionista como Donald Trump ni militarista como Jair Bolsonaro. Invitado, el ex ministro de Economía Domingo Cavallo se sumó a ensalzarlo: “No es un economista sino un político que usa la economía para acumular poder”.

Rattazzi es de los pocos de AEA que apostaron por Milei desde el principio. Techint financió primero a Patricia Bullrich y sólo en la segunda vuelta, al libertario. El nuevo jefe de Estado le devolvió el gesto nombrando al CEO de su petrolera, Tecpetrol, Horacio Marín, al frente de YPF. No fue Rocca quien se lo impuso sino que Milei buscó a quien había encabezado la inversión privada más grande de Vaca Muerta y además valora el perfil exportador de Techint.

Mientras, buscan acercarse a Milei dos inversores preocupados por el futuro de la industria electrónica de Tierra del Fuego: Nicolás Caputo, primo de Luis y tío de Santiago, y Rubén Cherñajovsky. Galperin y muchos otros empresarios emigrados a Uruguay estarán atentos a ver si la ley ómnibus deroga Bienes Personales y terminan regresando a la Argentina, aunque algunos de ellos esperarán a ver que funciona el experimento libertario antes de empacar. ¿Al dueño de Mercado Libre le llamará la atención la privatización del Correo? Con el tiempo se irán resolviendo los misterios.

AR/DTC