Comenzó hoy el cese de comercialización de carne vacuna que dispuso la Mesa de Enlace para protestar contra la suspensión de exportaciones por 30 días que anunció el Gobierno el pasado lunes y oficializó este jueves en el Boletín Oficial. Ante el temor de desabastecimiento en los próximos días por la protesta de los ganaderos y frente a los rumores de intervención del Ejecutivo en el Mercado de Liniers, se anticiparon las compras en esa plaza mayorista el martes y el miércoles y el precio de la hacienda subió 28% en dos días. Las carnicerías advierten de que esta alza podría encarecer aún más los cortes al consumidor, justamente el objetivo contrario al que persigue Alberto Fernández con el cierre de las ventas externas.
Expertos señalan que el bloqueo de exportaciones puede hacer bajar el precio en el corto plazo, pero provocaría más alzas en el largo. El Gobierno es consciente de ello y por eso sólo habla de suspensión por 30 días. O menos.
El problema de la carne vacuna fue abordado ayer en el gabinete económico, con la presencia de funcionarios que participaron activamente de la decisión contra las exportaciones, como el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y otros que guardaron silencio, como el encargado de Economía, Martín Guzmán. Tras el encuentro, Kulfas dijo a la prensa: “Tenemos una agenda de reuniones en estos días con diferentes actores del sector. El objetivo es ordenar el sector, tomas algunas medidas y lo antes posible, incluso si fuera antes de 30 días, estar reabriendo nuevamente el negocio de exportación”.
“Encontramos funcionamientos que no son transparentes, algunos sectores están presionando la demanda y los precios haciendo un negocio de exportación que se lo ha denominado rulo ganadero, que tiene que ver con comprar el ganado, hacer la faena, exportar la carne y, en muchos casos, con sectores que no liquidan la exportación y lo que hacen es quedarse con las divisas en el exterior para liquidarlas en mercados paralelos que presentan una brecha cambiaria respecto del mercado oficial”, explicó Kulfas.
No se descarta que el Gobierno intervenga en Liniers para evitar que pasen por allí vacas destinadas finalmente a la exportación y para que ese mercado se concentre en el consumo interno. Mientras, importadores de carne argentina en Europa y China alertan que el cierre de exportaciones daña la imagen del país como abastecedor del mercado mundial, lo que termina favoreciendo a otros proveedores como Estados Unidos y Uruguay.
AR