Moctezuma, a 45 kilómetros de Carlos Casares, es un pueblo bonaerense de 470 habitantes surgido en torno a la estación de un tren que ya no pasa. Recibe a sus visitantes con una gigantografía del piloto de Turismo Carretera Roberto Mouras, la gloria local. También, según cómo sople el viento, los recibe con el olor de los efluentes que emana su gloria más reciente: la fábrica Lácteos Vidal, que provee de muzzarella a las pizzerías más renombradas de Buenos Aires, como Güerrin e Imperio.
La instalación en los años 60 de esta usina láctea, que procesa diariamente 100.000 litros de leche, le dio un impulso vital al pueblo y es el motor que articula gran parte de la actividad local. Leñeros, fleteros, tamberos. Pero desde hace más de dos meses, Lácteos Vidal es también el eje de un conflicto que fue creciendo, en las últimas horas sumó a la firma SanCor y amenaza con paralizar a toda la industria lechera del país.
El conflicto en Lácteos Vidal
El 18 de julio pasado un grupo de trabajadores de Lácteos Vidal representados por la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra) inició una huelga y un bloqueo frente a la planta aduciendo que sus tareas estaban mal categorizadas y, por lo tanto, recibían una retribución menor a la que les correspondía, algo que la empresa niega y asegura que fue certificado por el Ministerio de Trabajo.
El conflicto derivó en el despido de 29 empleados que, según explicó a elDiarioAR Alejandra Bada Vázquez, integrante de la familia dueña de la firma, se decidió “después de varios intentos de que vuelvan a tomar tareas”. “Estaban todos los sueldos y cargas sociales al día; no le debíamos ni un peso ni a los empleados ni al sindicato. Ellos no obstante deciden bloquearon extorsivamente, además de maltratar a compañeros de trabajo que sí entraron a trabajar. Nosotros los despedimos porque se rompió la relación laboral, se perdió toda confianza”, argumentó.
Esta semana una medida cautelar del magistrado José Ignacio Ramonet, a cargo del Juzgado Nacional de Trabajo N° 69 le impidió a Lácteos Vidal concretar esos despidos, así como contratar a otros 10 que habían sido tomados en reemplazo. Bada Vázquez confirmó que la cautelar ya fue apelada por la empresa y además señaló que fueron notificados del fallo “después de efectividad los despidos”. Según consideró, la decisión del Juzgado de Trabajo se tomó considerando solo “la campana del gremio”. “Dice que no podemos despedir ni contratar a nadie. Es decir, que no podemos funcionar y estaríamos condenados a fundirnos”, sostuvo.
Según precisó la empresaria, la empresa tenía 46 empleados en su planta de Moctezuma, de los que fueron despedidos 26. Quedaron 17 y se sumaron luego 10 personas nuevas. Según aclara, los otros tres despedidos (con que se llega al número 29) “no son trabajadores sino delegados gremiales sin tareas en la planta”. Los despidos se concretaron el 16 de septiembre, dos meses después del inicio del conflicto.
Este medio se comunicó reiteradamente con Héctor Ponce, secretario general de Atilra, y Heber Ríos, secretario general de Atilra General Rodríguez, para contrarrestar la versión, pero no obtuvo respuesta. De todos modos, en una carta publicada el mes pasado los trabajadores involucrados en el conflicto aseguraron que se manifiestan siempre de forma “pacífica y legítima” y le atribuyeron a la empresa una conducta violenta y falta de vocación para “sentarse a negociar”.
“Los violentos antecedentes por parte de la empresa Lácteos Vidal están fehacientemente constatados. Hubo uso y exhibición de armas de fuego para amedrentar compañeros por parte de uno de los dueños; la embestida con un camión de reparto conducido por otra de las dueñas, dañó el portón de entrada y provocó la caída violenta de compañeros presentes; el despido de un delegado en violación a la ley, hoy reinstalado por decisión de la justicia, la forma sistemática de cambiar bajo algún pretexto acuerdo del convenio, cuando la ley no deja librada tales cuestiones a la voluntad de las partes, son muchas de las arbitrariedades a que nos somete la patronal”, acusaron.
Bada Vázquez, dueña de Lácteos Vidal, negó esas acusaciones. “Nosotros no amenazamos a nadie ni es cierto que no estemos abiertos al diálogo. Por eso no tenemos causas penales. En cambio, por el bloqueo extorsivo hay dos causas penales: una en Moctezuma y otra en Capital”, argumentó.
Conflicto con SanCor
En las últimas horas Atilra emitió un comunicado en el que denuncian la falta de financiamiento para un fideicomiso creado para el rescate de la láctea SanCor, motivo por el que se tomarán medidas de fuerza que podrían escalar hasta “la paralización total de la actividad en toda la industria lechera”.
En el comunicado señalaron que el “proyecto y compromiso del Gobierno Nacional para reorganizar y recuperar la capacidad productiva de SanCor –que incluyó el armado de un Fideicomiso aprobado por la Asamblea de socios más la promesa de aporte Estatal– se encuentra estancado por falta de respuesta de las autoridades gubernamentales”.
Se refiere a una iniciativa que acercaron en octubre de 2021 un grupo de empresarios –José Urtubey, Marcelo Figueiras, Gustavo Scaglione, el abogado Leandro Salvatierra, Jorge Estévez– para inyectar dinero en la cooperativa láctea y multiplicar su producción actual, muy inferior a la que permite la capacidad instalada. La propuesta fue aprobada en asamblea y se definió poner en marcha un fideicomiso por US$60 millones. En el entorno de los empresarios señalan que sigue en pie, pero confirman que resta el aval de las autoridades del Estado Nacional, porque interviene el BICE y el Ministerio de Desarrollo Productivo.
Según Atilra, esta situación debe ser “soportada” por las y los trabajadores del sector en un contexto de “crisis terminal”, lo que consideran que obliga al sindicato a retomar medidas de acción sindical. “Permaneciendo en estado de alerta y movilización, en los próximos días estaremos comunicando la batería de medidas que iremos realizando en conjunto, hasta la paralización total de la actividad en toda la industria lechera”, anticiparon.