La inflación de enero se conocerá hoy y ya se da por descontado que marcará un alza respecto de lo que fue diciembre, lo que complica los objetivos del plan del ministro de Economía, Sergio Massa, para calmar la escalada de precios.
Los propios dirigentes del Gobierno ya lo reconocen atribuyéndole a los servicios y los factores estacionales del turismo parte de los aumentos, mientras el comienzo del impacto de las subas de la carne también se hizo sentir sobre el final del mes, aunque pegará de lleno en febrero.
Las proyecciones entre analistas locales y extranjeros arrojaron un avance promedio del 5,9% para el IPC enero, acelerando 0,8 décimas respecto de diciembre.
En el caso de Econviews, proyectan un 5,6% mensual para el primer mes del año.
Según Isaías Marini, economista de la consultora: “La inflación de enero estuvo impulsada principalmente por aumentos en los regulados. En ese sentido, la mayor incidencia vino de la división ´vivienda, electricidad, gas y otros combustibles´ por el aumento de las tarifas de luz, gas y agua en el AMBA (Capital Federal y alrededores)”.
También tuvieron su impacto en el índice el ajuste de las tarifas de transporte público en el AMBA (por lejos la región con mayor peso en el índice) y la suba de combustibles (ambos en la división de Transporte), de la Salud y las Telecomunicaciones.
Por lo que la consultora proyecta que, para febrero y marzo, va a ser muy difícil bajarlo, mas bien las probabilidades son que suban un poco más y no descartan que “algún mes inicie nuevamente con 6 adelante”.
Por su parte, la Fundación Libertad y Progreso estimó la inflación en un 6,3%, apoyada también sobre los rubros de “Vivienda, Agua y Electricidad” dada la quita de subsidios energético y los aumentos de alquileres, también, “transporte” con la suba de los boletos de colectivo en AMBA y el acuerdo de las naftas del programa Precios Justos.
“De cara a febrero, por ahora la ausencia de subas importantes de precios regulados contribuiría a una moderación en la suba del IPC. Sin embargo, la dinámica inflacionaria seguirá por encima del 5% mensual, lo que llevaría a que se cruce la barrera del 100% anual en el IPC general”, alertan.
“El problema no está en las góndolas, sino en la depreciación constante de nuestra moneda causada por la desconfianza en los funcionarios y el exceso de oferta monetaria. Por el momento, no hay razones teóricas para pensar que la inflación va a bajar y la incertidumbre en un año electoral puede incluso empeorar la situación”, señaló Lautaro Moschet, economista de esa fundación.
Las estimaciones de los analistas oscilaron entre un avance mínimo del 5,2% y un máximo del 6,5% para la inflación de enero.
Para C&T Asesores Económicos, el número estará alrededor del 6,3% debido a las subas de precios programadas, el salto estacional del turismo y el incremento en alimentos y bebidas no alcohólicas, que habrían aumentado a un mayor ritmo que en diciembre, en torno al 5,3%.
La inflación de los trabajadores, que realizan la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y el Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD), se ubicó en un 5,5%, alcanzando el 98% en los últimos doce meses, máxima marca desde 1991.
La suba fue impulsada por “productos estacionales como turismo, frutas y verduras, acelerándose en 0,2 puntos porcentuales respecto a los 5,3 registrados en diciembre”.
Por su parte, Ecolatina espera un valor de 5,5% debido a la dinámica de los alimentos y los servicios regulados. En tanto que Ecogo, arribó a 5,6% y Analytica mide un 5,8%.
El Gobierno reconoce que el control de precios no va a bajar la inflación
El secretario de Comercio, Matías Tombolini, reconoció que hubo una aceleración en enero dada por “la estacionalidad y el peso del rubro servicios en estos meses que es más turismo y recreación”. Entre otras cosas, reconoció que el control de precios no va a bajar la inflación, sino que el objetivo es “cerrar la brecha fiscal y el financiamiento monetario del déficit, emitir menos y acumular reservas como una de las herramientas complementarias los programas de precios que no pueden existir en el vacío. Es un programa de precios que intenta operar sobre expectativas de inflación, pero basado en el cierre de la brecha fiscal y la acumulación de reservas”.
En tanto, el secretario de Industria, José Ignacio de Mendiguren, admitió que la inflación será “más alta que la de diciembre”.
“La gente compra igual, con precios que no debería convalidar y eso no nos ayudó. También hubo algunos problemas estacionales durante el primer mes del año”, explicó el funcionario.
“Esto sucede entre otras razones porque en la temporada hubo un movimiento de turismo y abusos de precios, el límite lo pone muchas veces la capacidad de compra de la gente”, indicó.
Por su parte, el flamante jefe de asesores presidenciales, Antonio Aracre, dijo que entre enero y febrero jugaron una mala pasada la sequía y el cambio de lógica de la retención de ganado, impactando el aumento de carne. Reconoció que en marzo, con el inicio de las clases, estarán los ajustes del colegio y los útiles, por lo que va a resultar complicado llegar al 3,8% que prometió el ministro Massa, pero señaló que en abril existe “toda la oportunidad de llegar a ese escalón”.
NB con información de NA.