El equipo de segundas líneas del viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, y del jefe de asesores del Palacio de Hacienda, Leonardo Madcur, viajó este jueves a Washington en la desesperada búsqueda de adelantos de desembolsos del Fondo Monetario Internacional (FMI) para aliviar la escasez actual de dólares por la caída de un tercio de la cosecha de soja y maíz por la sequía. Al final, Rubinstein y Madcur se quedaron en Buenos Aires, no volaron, lo que constituye una señal que desconcierta. Claro que aquellos giros pueden reforzar ahora las reservas, pero deberán usarse en la segunda mitad del año para repagar el préstamo récord que el FMI otorgó en 2018 al gobierno de Mauricio Macri. Sólo vendrían a ayudar en la transición hasta las elecciones primarias de agosto próximo. Lo que suceda después ya se verá. Quizás aquellos candidatos que salgan fuertes de las urnas deberán comenzar a cogobernar con la administración de Alberto Fernández y negociar nuevas medidas, según analistas económicos.
Por lo pronto, el programa que se acordó en 2022 ya quedó en papel mojado. La semana pasada se conoció que el ministro de Economía, Sergio Massa, incumplió con la meta de ajuste fiscal del primer trimestre. Además, este martes, ante la corrida cambiaria, el jefe del Palacio de Hacienda avisó al Fondo que comenzaría a intervenir en el mercado de bonos con el Banco Central a costa de perder reservas pero con el objetivo de frenar los dólares financieros. Este tipo de operaciones estaba prohibida en el acuerdo.
A cambio de un adelanto de fondos, el organismo pedirá condiciones, según economistas como Martín Rapetti, socio de la consultora Equilibra. En diálogo con Radio Con Vos, Rapetti anticipó que el FMI pedirá más ajuste del gasto público, “habrá que ver dónde cortar sin afectar las chances electorales del oficialismo”; una política monetaria “más exigente”, es decir, suba de tasas de interés; y una “corrección cambiaria”, es decir más devaluación del peso oficial, “pero no tan grande como para perder las elecciones”, por ejemplo, “pasar todos los servicios, tanto de exportación como importación, a un tipo de cambio libre y también las importaciones de ciertos bienes finales” que no impacten en la canasta básica.
AR/MG