Pese a la quita del impuesto a las ganancias al 6% de los trabajadores formales que más ganan (sólo tributará el 1% más rico) y las demás medidas de ingresos compensatorios de la devaluación de agosto, Sergio Massa mantiene el objetivo de déficit fiscal primario (antes del pago de deuda) para 2023 en 1,9% del PBI, el comprometido con el Fondo Monetario Internacional (FMI). ¿Cómo se equilibraría el aumento del gasto y los menores ingresos por la eliminación de Ganancias? Por subejecuciones de diversas partidas, por el manejo de la deuda flotante del Estado con proveedores, por la reducción de ciertas erogaciones como subsidios, gastos de funcionamiento, transferencias corrientes a provincias y empresas estatales u obra pública, según alta fuentes del Ministerio de Economía. “Vamos a compensar sin sangre, pero queremos ser cuidadosos del impacto fiscal de las medidas recientemente adoptadas”, agregan. La extensión del impuesto PAÍS a la importación, el empleo que sigue fuerte y la inflación también mejoran la recaudación actual, según las mismas fuentes.
Melisa Sala, economista de la consultora LCG, calcula que todas las medidas anunciadas por el ministro candidato implican un costo del 1,34% del PBI. La quita de Ganancias representa la más onerosa: el 0,47%. Le sigue la devolución del IVA, el 0,3%. Es decir, habrá más recursos para una política impositiva regresiva en términos de distribución de ingresos, como lo es la no tributación de salarios altos, que aquellos destinados a otra que es progresiva, como la exoneración del pago del gravamen al consumo de la canasta básica para quienes menos ganan.
A su vez, por el impuesto PAÍS y el impacto de la devaluación en la recaudación tributaria, el fisco embolsará 0,48% del PBI extra. Por tanto, entre los impactos de las medidas y estos ingresos adicionales, el Estado deberá buscar 0,86% para financiar las nuevas políticas. En Economía prometen en voz baja recortes de gastos variados. Pero economistas como Hernán del Villar, de la consultora Alpha, prevé que se recurra a una mayor emisión monetaria, lo que agravaría la inflación. Otro colega suyo, Hernán Hirsch advierte que el déficit primario trepa al 2,8% “con ritmo a finalizar en 3% el año”.
AR/MG