Gustavo Weiss, dueño de Eleprint, volvió a la presidencia de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) en noviembre pasado. Es la tercera vez que la encabeza. Librado de la causa cuadernos, Weiss se enfoca en una coyuntura en la que faltan materiales para construir y se retrasan obras públicas como el gasoducto Néstor Kirchner.
¿Cómo ve la situación política y económica en esta semana de alta tensión?
Con preocupación. Con preocupación porque vemos que hay una crisis política en el seno de Frente de Todos. No es algo que sea nuevo, pero parece que la salida de (Martín) Guzmán produjo una serie de cimbronazos internos que no está claro si están perfectamente saldados, si hay acuerdo sobre qué es lo que tiene que hacer el Gobierno en los próximos meses. La verdad es que como no hay comentarios concretos de las reuniones que se han mantenido entre el Presidente, la vicepresidenta y el presidente de Cámara de Diputados, como hay hermetismo sobre esas reuniones, no está claro el rumbo del Gobierno. Simultáneamente, la ida del ministro Guzmán obviamente provocó un problema económico que todavía lo estamos viviendo durante toda esta semana, con problemas no solamente de aumento de dólar, sino también de aumento de insumos, de faltantes de insumos. Sumado al problema del dólar, sobre todo de insumos importados, estamos en un momento complejo político y económico.
¿Tiene miedo de que vayamos hacia dónde si continúa esta crisis?
La verdad es que es impredecible. Es difícil saberlo. Algunos economistas están muy preocupados por una aceleración de la inflación. Algunos hablan de inflaciones del orden del 7% o más en julio y probablemente del mismo orden también en agosto. La verdad que eso es un tema preocupante porque además, simultáneamente, el otro tema preocupante, que no está claro, es cuál es la disponibilidad de dólares en el Central para importar insumos fundamentales para la industria. Y todas estas incertidumbres se trasladan al día a día económico y producen faltantes de algunas cosas, sobre todo las vinculadas al comercio exterior, a bienes importados. Simultáneamente, muchos formadores de precios, ante la incertidumbre, aumentan los precios o eventualmente incluso retrasan las entregas, ¿no? Este es un clima que no sé cuándo debería terminar. Lo antes posible... pero yo por lo menos no tengo claro cuándo se va a tranquilizar el mercado, ¿no?
En el sector de la construcción faltan materiales hoy en día porque algunos proveedores no quieren venderlos ante la incertidumbre, ¿o por los controles a las importaciones? ¿Aumentan los precios y en cuáles productos?
A ver, por un lado, nosotros ya tenemos faltante de algunos productos importados desde hace tiempo. Por ejemplo, repuestos de maquinaria. Las maquinarias viales con las que se hacen las rutas son todas importadas. Ya teníamos problema de entrega de maquinarias, pero también de repuestos. Tenemos problemas de antes también para importar ciertos productos para algunas obras especiales. Las obras eléctricas tiene mucho equipamiento importado. Las obras de saneamiento, que son las plantas de tratamiento de líquidos cloacales o de potabilización de agua, también tienen gran parte del equipamiento importado. En fin, hay muchos sectores como las vías férreas, también son importadas. Pero además de eso, hay fabricantes locales de determinados materiales que también tienen insumos importados y también tenían problemas de entrega antes y puntualmente esta semana. Lo que pasa cuando no hay precios es que lo primero que hacen muchos proveedores es decir “no tengo precio, no te puedo entregar”. Eso esta semana se agudizó. Esperemos que a partir de la semana que viene empiece a tranquilizarse.
¿En qué productos? ¿En todos o en alguno en particular?
Fundamentalmente en los productos que tienen materiales importados. Te voy a decir un ejemplo cualquiera: carpintería de aluminio. Aluar fabrica el aluminio para fábrica acá, pero lo primero que pasa es que la cadena de entrega y de precios se rompe. Y entonces el proveedor de carpintería, el que es el que provee las aberturas, que se nutre de la materia prima de Aluar, no te puede pasar precio porque a su vez no le pasaron precio a él. No Aluar directamente, si no los mayoristas que entregan ese producto. Es decir, hay un descalabro generalizado en la cadena y entonces el proveedor final no puede entregar porque a su vez no tiene precio de reposición. Y esto se da en muchos productos, no solamente en eso.
¿Esta semana en qué productos hubo más aumentos?
Te puedo decir que hay dos grandes rubros en la industria. Uno es las empresas que compran directamente al fabricante. Ahí, más que grandes aumentos, no ha habido precio. No es que te aumentaban, es que te decían “tengo que esperar para pasarte precio”. Entonces ahí puede haber habido aumentos, depende del producto, entre el 10 y el 20%. Pero donde ha sido mucho más dramático es en el pequeño comprador, que compra en el corralón. Y ahí se han verificado aumentos, depende el lugar y el corralón, pero aumentos del 20, 25 o 30%, cualquier aumento. Digamos que es lo mismo que ha salido tanto en los medios. No es que aumentaron en realidad 20%, es que el comerciante se está cubriendo porque cree que cuando él reponga sus unidades van a venir con un aumento. ¿De cuánto? No sabe, por las dudas pone el 20 y espera que le alcance. Eso es lo que están diciendo muchos. Por eso digo que es imprescindible recomponer la cadena de precios y de entrega lo antes posible.
¿Qué está pasando hoy en día con la obra pública, si sigue andando como estaba planeado? ¿Y qué va a pasar? Porque si uno mira el Decreto de Necesidad y Urgencia del presupuesto de 2022 que sacó Guzmán y mira la primera revisión del acuerdo con el FMI, se ve claramente que va a haber menos obra pública, tanto nacional como giros de la Nación a las provincias para obras públicas.
Efectivamente, el acuerdo con el Fondo preveía una inversión en obra pública de 2% del PBI y el DNU lo bajó a 1,6%. Así que ahí hay un recorte de acá a fin de año. Esto por un lado. Por otro lado, la obra pública ya está empezando a tener problemas vinculados a la actualización de precios. Todos los contratos de obra pública tienen un sistema, una fórmula de determinación de precios que lo que hace es tratar de mantenerlo constante frente a la inflación. Hay que recordar que la obra pública es la única industria que pone un precio y entrega el producto dentro de uno, dos, tres, cuatro, cinco años. Obviamente, en economías inflacionarias es inviable que eso ocurra si no se mantiene el valor del contrato estable frente al aumento de precios. Esas fórmulas de determinación que tienen los contratos no funcionan con estas inflaciones. Tenemos desfasajes muy importantes que hacen que algunas obras empiecen a ralentizarse, algunas a pararse. Esta es una problemática que tampoco es de hoy. Viene ya del año pasado, la estamos hablando con el Ministerio de Obras Públicas y con otras instancias del Gobierno. Pero al día de hoy no hay ninguna solución. Y si encima se empieza a ver estos picos inflacionarios como los que estamos mencionando, va a ser muy difícil que las obras públicas continúen aunque nos quieran pagar. Es el otro problema de futuro. Hoy debo reconocer que nos pagan muy bien. En general, no hay ningún problema de pago al vencimiento de la factura, pero se avizora un problema grave.
En este contexto este viernes justo cerraba la licitación del gasoducto Néstor Kirchner, de Vaca Muerta a la provincia de Buenos Aires. ¿Piensa que se va a poder hacer a tiempo para el invierno próximo?
Yo no estoy empapado de los detalles del gasoducto. Entiendo que lo que dicen aquellos que han seguido el proceso es que va a ser muy difícil llegar a la fecha del 20 de junio [de 2023], la fecha prevista de inauguración del gasoducto. Pareciera bastante difícil, pero independientemente de que se llegue o no, creo que es muy promisorio que ese bendito gasoducto, que se tendría que haber hecho hace muchos años, se haga de una vez por todas. Si no llegamos al invierno que viene, llegaremos al otro, pero tenemos que hacerlo sí o sí. Espero que se pueda terminar.
Por último, quería preguntarle por su regreso a la presidencia de la Cámara Argentina de la Construcción después de haberte retirado del cargo cuando estalló la causa de los cuadernos. ¿En qué quedó esa causa?
Esa causa se dividió en varias partes. Una primera tanda fue llevada a juicio oral. Entiendo que los tribunales se están constituyendo, no sé si para el año que viene o para el otro. La verdad que no es un tema que siga directamente. En otros casos se han dictado falta de mérito o sobreseimiento, como es en mi caso particular, pero también el de muchos otros colegas míos. Así que hay distintas instancias.
En el momento fue la gran noticia y después pareciera que quedó en la nada. ¿Cómo lo evalúa usted?
Creo que primero tuvo un impacto mediático enorme por el procedimiento que este juez [por Claudio Bonadio] hizo en su momento, con cámaras entrando a casas, donde se llevaban esposados a empresarios. Obviamente, eso tuvo una enorme repercusión, como no podía ser de otra forma. Estuvo muy mediatizado el problema, pero después, en definitiva, siguió los tiempos de la Justicia, que, como todos sabemos, no es de una velocidad inusitada, sino todo lo contrario, es una Justicia que, por los motivos que sean, tiene tiempos que no son cortos. Después de la parte espectacular y muy mediática, ahora entró en tiempos de la Justicia, habrá que ver este paso a paso cómo evoluciona.
AR