Las potencias occidentales que dominan el Fondo Monetario Internacional (FMI) preveían ya que la negociación del acuerdo con la Argentina se iba a extender hasta fin de mes, es decir, por lo menos hasta el lunes próximo por las diferencias sobre el recorte de subsidios a la luz y el gas y el consiguiente aumento de tarifas. En ese contexto, la invasión de Ucrania por Rusia, que fue condenada por Estados Unidos, principal socio del FMI, ha sido condenada por el gobierno de Alberto Fernández. A partir de ese posicionamiento, ni el Ejecutivo argentino ni en las potencias prevén cambios en la trama geopolítica de la discusión con el Fondo, pero sí calculan un impacto en el presupuesto de subvenciones energéticas por el encarecimiento del gas que la Argentina deberá importar en invierno.
El gas que el país importa por barco ha subido para julio a US$ 42,29, aunque llegó a tocar US$ 44 ayer ante el estallido de la guerra. Por tanto, la Argentina deberá gastar US$ 6.220 millones más en importaciones gasíferas este año respecto de 2021, según expertos en energía. Ese monto repercutirá en mayores subsidios, dado que difícilmente se traslade a las tarifas. De por sí es la energía la que está trabando un acuerdo, según altas fuentes oficiales argentinas. No sólo se debate cuánto deben subir las tarifas sino a cuántos usuarios se les quitará la subvención. Con el 20% de suba de precios y la eliminación de la ayuda al 10% de los hogares que propuso el Gobierno no alcanza para bajar la partida de subsidios ni, por tanto, el déficit fiscal, según el FMI.
Pero más allá de la discusión energética, que se profundiza por la guerra, el tablero geopolítico de la negociación con el FMI no se altera. “No cambia nada”, opina un alto funcionario argentino. “Hasta ahora, no cambia”, comentan fuentes diplomáticas occidentales. “Creo que no, pero no tengo certeza. Todo depende de cómo avanza la situación”, agregan otras.
Mientras tanto, en el Frente de Todos crece la crítica cristinista al acuerdo. Ayer, la agrupación Soberanxs, donde militan Amado Boudou y Fernanda Vallejos, organizó una charla con Yanis Varoufakis, ex ministro de Economía griego que renunció al gobierno de la izquierda de su país en 2015 por oponerse a un pacto con el FMI. Varoufakis rechaza el preconvenio firmado por la Argentina y propone descartarlo por motivos éticos y políticos. Los primeros tienen que ver con que se renegocia un préstamo récord que tomó Mauricio Macri para permitir la fuga de capitales de los ricos. Los segundos se relacionan con su pronóstico de que el acuerdo dañará la economía y perjudicará al Frente de Todos en las elecciones de 2023. Sin embargo, Varoufakis reconoció que había que felicitar al ministro de Economía, Martín Guzmán, y su equipo, que incluye a Sergio Chodos, Fernando Morra, Roberto Arias y Jorge Carrera, por negociar el “mejor acuerdo posible”, mejor, según su opinión, que el de Grecia o que el cualquier otro país ha logrado hasta ahora con el Fondo.
AR