El presidente Javier Milei está logrando su objetivo: el índice de precios al conumidor (IPC) de octubre fue del 2,7%, el menor nivel en casi tres años, desde aquel 2,5% de noviembre de 2021. De este modo, la inflación acumula un 193% en los últimos 12 meses y un 107% en lo que va de 2024. Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo, están logrando su cometido sobre la base de la motosierra al gasto público –incluidas jubilaciones y universidades, entre tantos otros, sólo zafan la Secretaría de Inteligencia, las Fuerzas Armadas y la asignación universal por hijo (AUH)–, la emisión monetaria cero que fue posible por el ajuste de las cuentas públicas y la transferencia de la deuda del Banco Central al Tesoro, la recesión que vino acarreada y el atraso en el dólar oficial y en los aumentos de tarifas de servicios públicos –suben fuerte, pero estaban previstos más alzas de las ejecutadas–.
Los rubros que menos se encarecieron y contribuyeron, por tanto, a la baja de la inflación fueron alimentos y bebidas no alcohólicas (1,2%), transporte (1,2%) y telecomunicaciones (2,1%). En cambio, los que más se encarecieron han sido vivienda, agua y energía (5,4%), ropa y calzado (4,4%) y restaurantes y hoteles (4,3%). Curiosamente, algunos de ellos habían sido desregulados por Milei. Aunque el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, sostiene que donde se desregula bajan los precios, eso no acontece en alquileres (9,7%) y prepagas (7%).
“Los resultados son los esperados luego de la desregulación: Gran Buenos Aires (incluye capital) IPC 2,8%, alquiler 7,5%; región pampeana IPC 2,6%, alquiler 13,6%; noreste IPC 2,6%, alquiler 11,6%; noroeste IPC 2,6%, alquiler 7,4%; Cuyo IPC 2,2%, alquiler 10,7%; Patagonia IPC 3,2%, alquiler 14,9%”, advirtió el colectivo Inquilinos Agrupados. “Durante la vigencia de la ley de alquileres, los precios de los alquileres se mantenían por debajo de la inflación, ésta tendencia se revierte a partir del DNU 70/2023”, se refieren los inquilinos al decreto de necesidad y urgencia por el que Milei desreguló totalmente al sector a fin del año pasado. La ley de 2020 establecía subas sólo una vez por año -ahora no hay plazo y suelen aumentar cada tres meses- y por un indicador que combinaba salario e inflación -en la actualidad, los propietarios en general imponen el criterio del IPC-. En el Ministerio de Desregulación intentan ofrecer una explicación a la fuerte suba: “Vemos que el precio por metro cuadrado de departamentos en alquiler publicados está cayendo. Sin embargo, en las variaciones del IPC se refleja un aumento mes a mes en el precio que las personas pagan por alquiler. Esta diferencia podría deberse a que la caída en los precios de los departamentos publicados en Mercado Libre tarda en trasladarse a los precios reportados por el Indec (Instituto de Estadística), ya que estos pueden reflejar contratos vigentes desde hace tiempo. Además, los costos de cambiarse de propiedad, como mudanza, depósito, etc., hacen más difícil que las personas aprovechen de inmediato las caídas en los precios de nuevos contratos”.
Entre los alimentos, los que más suben son el limón (76%), el zapallo (36%) y el huevo (6,7%). Por el contrario, bajan de precio fideos (-1%), carne picada y nalga (-0,3%), paleta y cuadril (-0,2%), pollo (-0,7%), merluza (-1,1%), leche (-2,5%), queso (-0,2%), banana (-2%), cebolla (-18%), lechuga (-15%), tomate (-4%) y azúcar (-1%). El desodorante baja también 0,5%.
A futuro, la merma de la inflación sólo está amenazada por el tipo de cambio. Entre los empresarios, que festejan la baja del alza de precios, persiste la preocupación porque se encarece los productos y servicios en términos de dólares y temen que algún día, tarde o temprano, el dólar salte y la inflación lo acompañe. Pero por ahora, mientras eso no sucede, el Gobierno festeja y no se descarta que incluso basado en este éxito anuncie que el dólar oficial dejará de subir 2% mensual, como desde enero pasado, y comience a elevarse sólo 1% mensual, de modo tal de que reduzca todavía más el IPC.
El consultor Hernán Hirsch atribuye la menor inflación en tres años al “ancla fiscal, cambiaria y monetaria” y a la “recesión”. Sí, por más que Milei ya festeje que se terminó, algunos economistas sostienen que deben darse dos trimestres consecutivos de mejora de la actividad económica para dan por terminada la crisis. Es decir, al tercer trimestre de recuperación debería sumarse el cuarto. Y claro que eso sería apenas el inicio de una reactivación que podría demorar todo 2025 hasta volver al nivel de fines de 2023, que tampoco era bueno. De todos modos, Hirsch pronostica un futuro con menos inflación.
“La reducción de excedentes monetarios y las menores expectativas de inflación y del aumento del dólar vienen desacelerando los aumentos de precios desde meses atrás, algo que se profundizó en octubre con la caída de los dólares financieros y el blue”, explica el vicerrector económico de la Universidad del Salvador, Juan Miguel Massot. “En octubre hay que sumarle el enfriamiento acumulado del consumo masivo, así como algunas tarifas sin aumentos y menores alzas en productos estacionales. En noviembre no deberíamos esperar una baja pronunciada y en diciembre, quizás, cierto repunte; sin embargo, la tendencia de la tasa a mediano plazo es descendente”, vaticina Massot.
AR/MG