Los inversores se preguntan a cuánto puede irse el dólar contado con liquidación (CCL), legal y usado para girar al exterior, si Javier Milei, con su proyecto dolarizador, se consagra presidente en la primera vuelta el 22 de octubre. El candidato libertario ha dicho que el tipo de cambio de conversión del peso al dólar sería el de mercado y citó al CCL, hoy a $740, pero uno de los principales operadores bursátiles de la Argentina advierte que ese no es el valor libre de la moneda norteamericana.
Sucede que el cepo cambiario impide que bancos, aseguradoras, fondos comunes de inversión (FCI) y empresas exportadoras e importadoras que operan en el mercado oficial puedan recurrir al CCL. “Si gana Milei, quizá algunos de esos inversores que hoy no pueden comprar dólares salgan a comprar. O el mercado ordena la transición, con una hiperinflación que no es gratis para todos, o Milei se sienta la noche del 22 con (Sergio) Massa, como ministro de Economía, a ordenarla”, evalúa un broker. En la visita de los emisarios económicos libertarios Juan Nápoli y Darío Epstein a Wall Street hace una semana, reconocieron que si Milei triunfa en primera vuelta, podría sobrevenir una híper -más del 50% de inflación mensual- que licúe todo antes de asumir el poder el 10 de diciembre, según uno de sus interlocutores.
Una de las consultoras más expertas en el mundo financiero y más consultadas por los bancos, 1816, que dirigen Adrián Rozanski, Mariano Skladnik, Martín Defilippo y Gustavo Cerezo, publicó hace una semana un informe con una serie de conclusiones. La primera: “Los números nos llevan a pensar que, salvo que haya un incremento espectacular en la confianza del mundo en Argentina, solo vemos factible dolarizar la economía en 2024 previa licuación masiva de los stocks de pesos y/o con una reestructuración de los stocks en moneda local”, advierte sobre la moneda circulante, los depósitos, la deuda del Banco Central (las Letras de Liquidez, Leliq, que los bancos toman con la plata de los depositantes) y la del Tesoro.
“Una forma de abaratar el rescate de pesos es dolarizar a un tipo de cambio más alto”, comentan al comienzo del informe, evalúan una hipótesis de $1.500 por dólar, el doble que el actual. Y aclaran: “Eso es probablemente una híper”. También al inicio observan que es distinto si la dolarización ocurre con liberación del cepo y unificación cambiaria previas, porque en ese caso el dólar llegaría a $3.500, casi cinco veces más que ahora, es decir, una híper mucho peor, pero si primero se dolariza y después de terminan los controles cambiarios, la divisa quedaría por debajo de ese nivel, aunque tampoco calculan a cuánto.
Segunda conclusión de 1816: “Reconocemos que es demasiado temprano para evaluar la aceptación que podrían llegar a tener los planes de Milei entre los inversores globales que en 2024 deberían financiar su programa. Pero, a juzgar por la reacción inmediata del mercado post PASO (primarias abiertas, simultáneas y obligatorias), no vemos por el momento indicio alguno de entusiasmo por partes de los institucionales offshore. Tras la aguda corrección (N. del R.: léase baja) posprimarias y la recuperación parcial posterior, los (bonos) Globales y Bonares operaron en sintonía con el contexto emergente (países en vías de desarrollo), que explicó gran parte del desempeño de la deuda argentina desde 2021 para acá. Con el paso de las semanas, y el diálogo del equipo de Milei con inversores estadounidenses, quizá podamos hacer conjeturas más informadas con respecto a la viabilidad de conseguir el financiamiento externo necesario para dolarizar sin pérdidas patrimoniales significativas para los tenedores de activos en pesos”.
El índice de riesgo país, que refleja la desconfianza de los inversores en la deuda en dólares y con legislación extranjera, subió de 1.911 puntos básicos el viernes antes de las PASO del 13 de agosto a un pico de 2.187 la semana siguiente. Para el 23 de agosto ya había bajado a un piso de 2.035. En la jornada del 7 de septiembre, antes de que ese día Nápoli y Epstein cenaran con inversores de Wall Street, estaba en 2.131. Una semana después, este viernes, cerró sin grandes cambios, a 2.169. Es decir, los bonos argentinos en el exterior siguen cotizando igual de poco que antes de los comicios, a un tercio de su valor nominal (es decir, como que un billete de $100 lo tomaran a $30).
Tercera conclusión de Rozanski, Skladnik, Defilippo y Cerezo: “A grandes rasgos podemos esbozar tres escenarios: 1. Aparece el interés de afuera. A priori parece muy difícil, pero tampoco podemos descartarlo del todo. Dicho escenario sería positivo para el peso y los bancos. 2. Milei se echa para atrás con la dolarización. Si el libertario considera que los riesgos de dolarizar en las condiciones actuales son demasiados altos, podría abandonar la idea o bien posponerla, convirtiéndola en una 'reforma de segunda generación' a implementar cuando estén dadas las condiciones. Este escenario sería al menos en lo inmediato positivo para la deuda en dólares y su impacto sobre la deuda en pesos y bancos dependerá de los pormenores del plan de estabilización alternativo. Los problemas, en ese caso, serían dos. Primero, con un plan alternativo Milei difícilmente pueda bajar la inflación en el corto plazo y sería difícil mostrar logros concretos en materia económica de cara a las elecciones de medio término. El otro problema es que si se estabiliza la economía sin dolarizar, podrían acumularse reservas, pero también se apreciaría el CCL en términos reales y la economía se remonetizaría: por ende, dolarizar en 2025 o 2026 sería más caro que hoy. 3. Milei intenta una dolarización con pocos dólares. Si, por los factores antedichos, Milei considera que la dolarización es 'ahora o nunca' y que ofrece la mejor chance de cumplir su mandato popular, entonces podría proceder a pesar de los riesgos. En este escenario, podemos esperar una creciente volatilidad nominal y de precios de los activos, que, a diferencia de lo que hemos visto en las últimas semanas, deberían estar crecientemente correlacionados: a mayor confianza inversora en Argentina, más chances de conseguir financiamiento para dolarizar a un tipo de cambio más bajo y viceversa”.
Conclusión cuatro: “¿Existe el escenario de 'híper sanadora' que resuelve el problema de stocks sin caos social y político? No puede descartarse, pero la posición de Milei en el Congreso supone un desafío inédito. La Constitución habilita a que dos tercios de los legisladores destituyan a un Presidente vía juicio político”. Última conclusión: “Que sea complejo el panorama para la economía argentina en general con una dolarización no significa que exista un plan económico alternativo que tenga chances claras de éxito. La dolarización probablemente sea el plan más difícil y riesgoso de implementar, dadas las condiciones económicas actuales, pero reconocemos que también es el que rendiría frutos más rápido en materia de estabilidad nominal si todo resulta acorde a lo planificado”.
Ecuador dolarizó su economía en 2000, después de un 1999 con una inflación del 52%, mucho menor al 124% de la Argentina actual, y con un derrape del PBI per cápita de US$2.200 a US$1.500. El año 2000, en que adoptó el dólar, el índice de precios al consumidor (IPC) subió todavía más, 96% y el PBI per cápita tocó fondo, US$1.400, para después empezar a recuperarse en las décadas siguientes. La inflación en 2001 fue 37%, a pesar de la dolarización; en 2002, 12% y recién al cuarto año del proceso, en 2003, cayó del 10% y se consolidó desde entonces, por 20 años ya, en este nivel bajo. La renta per cápita es ahora de US$6.300. Es decir, la mitad que la Argentina, que está en US$13.600. Nuestro piso fue en 2002, cuando explotó la atadura del peso al dólar, la llamada convertibilidad: US$2.500. Sólo ese año fue cercano a Ecuador, que para entonces estaba en US$2.100.
Los pronósticos de bancos, aseguradoras y empresas
elDiarioAR consultó a grandes bancos, aseguradoras y empresas nacionales, de las 50 de mayor tamaño, si comprarían dólares vía CCL en caso de que Milei ganara en primera vuelta. En una de estas firmas, el dueño contestó: “Hoy no podemos porque está regulado. Si se libera el mercado, puede haber voluntad de comprar dólares, pero entiendo que quedarán en el sistema bancario argentino. Si hay confianza, eso debería ocurrir”.
Otro propietario, en cambio, busca dar tranquilidad: “No vamos a comprar dólares en ninguna de las alternativas”. Un tercero en discordia aclara primero que ningún candidato despierta confianza sino que desconciertan: “Lo que uno prioriza es la inversión. La colocación del efectivo de corto plazo apunta a llegar a esa inversión, no a especular con el tipo de cambio. Hoy la mayor protección está dada en aumentar los stocks de producto final y materia prima. Si te vas a cubrir al extremo y te lo permiten, tendríamos que salir todos a comprar dólares libres, con lo cual vas a tener una avalancha de demanda, sin ningún oferente, y eso es una híper. Lo que habrá que analizar es cómo uno prioriza la supervivencia, no la mezquindad”.
El CEO de otra compañía reflexiona: “No compraríamos dólares en el CCL porque no podríamos seguir comprando en el mercado oficial y nosotros necesitamos importar mes a mes. Además, el CCL está caro. El dólar libre debería estar a $550, a mitad de camino entre el oficial y el CCL”. El director de una gran empresa también descarta recurrir al dólar: “No lo vemos como alternativa de inversión”. El gerente de otra firma comenta: “Está claro que todas las empresas buscan minimizar sus riesgos y sus exposiciones a efectos negativos siempre dentro de los limites legales permitidos...”. Un par suyo de un banco aclara: “Los bancos no pueden quedar comprados en dólares”.
Entre los agentes de liquidación y compensación (ALYC), los que antes se llamaban sociedades bursátiles, uno de los que más volumen moviliza, Cocos Capital, su CEO, Ariel Sbdar, advierte que el que deja sus pesos en una caja de ahorro pierde por día el 0,3%, a razón de $3.000 por cada millón que tenga. Lo compara con el rendimiento de un plazo fijo. Y aclara que si el dólar no sube $2 por día, la tasa del depósito a plazo también le gana a esa opción.
Su app fue descargada por 170.000 usuarios desde que nació Cocos, en 2020, y busca llegar a 5 millones: “Hoy la gente está muy conservadora, está en dólares, en ON (obligaciones negociables, que es deuda de empresas nacionales) o Cedear (acciones de compañías extranjeras). El que podía dolarizarse ya se dolarizó, no es como en 2018, cuando había muchos pesos. Sólo se quedan en pesos los que no pueden ir al dólar, como las empresas que acceden al oficial o los bancos. Por eso cuesta que la brecha cambiaria suba del 100%, se mantiene como se mantuvo en todo este gobierno y en el de Cristina. No tenés una brecha como en la híper de 1989, de 1.000%. Por eso, pese a la transición muy compleja, hoy está todo muy tranquilo frente a lo que puede pasar. Pero los valores de acciones y bonos siguen muy golpeados, no es como en 2015 (con la expectativa de triunfo de Mauricio Macri) que los inversores de afuera venían a ver qué pasa. Hoy el hot money (capital especulativo de rápido movimiento) y los hedge funds (fondos de alto riesgo) van a esperar un año o dos de gobierno para venir, cualquiera que gane”. ¿A cuánto estará el dólar el 23 de octubre si gana Milei? “No somos expertos en qué va a pasar sino en instrumentos para operar”, aclara Sbdar, en su oficina con vista al cruce de Panamericana y General Paz.
En otras ALYC elucubran a cuánto puede irse el CCL en caso de que el 22 de octubre el libertario triunfe. En la última encuesta de Raúl Timerman, Milei está con 34%, frente a 30% de Massa y 26% de Patricia Bullrich. En una ALYC arriesgan: “El dólar se va a $950 o $1.200, depende de cuánto intervenga el Gobierno en ese mercado”. “No tenemos idea”, responden en otra. Su colega Pablo Bachur, de Tomar Inversiones, arriesga: “Podría irse a $1.000 tranquilamente si el escenario es de mucho pánico. Pensá que se deben US$30.000 millones de importaciones... Igual todo precio es relativo en este país, más si falta un mes para las elecciones”.
En un banco extranjero advierten que ya hoy en día el CCL a $740 “está caro, es un disparate, está como en 2002”, cuando el dólar subió de $1 a $4. Lo compara con la serie histórica y sólo en el Rodrigazo de 1975 y la híper de 1989 estuvo más alto que ahora en términos reales (ajustado por inflación). “El precio actual está determinado por una altístima incertidumbre. Cualquier escenario electoral va a ser mejor que este, porque lo incierto es peor que lo malo. Milei está enfermo, pero va a tener apoyo de peronistas, como José Luis Barrionuevo, y macristas y al menos por un tiempo va a poner un Norte. El dólar puede llegar a $1.000, pero la inflación lo va a alcanzar”. En cambio, uno de los consultores económicos que más acierta considera que, con la actual política de Massa, a $740 “está barato y por eso tienen que reprimir la demanda al oficial con cepo y al paralelo con controles cruzados”. “Con un programa consistente puede bajar”, agrega. En cambio, en un banco nacional descartan especulaciones sobre el dólar poselectoral: “No tenemos ese cálculo. Eso sería futurología cuasi fenomenológica...”.
AR/DTC