Pese a la parcial marcha atrás del Gobierno, que dispuso la reapertura de las exportaciones de maíz pero con un límite de 30.000 toneladas diarias, las entidades agropecuarias que integran la Mesa de Enlace avanzaron ayer con la primera jornada del cese de comercialización de granos anunciado la semana pasada en repudio a la intervención oficial en el mercado.
Según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario, el lunes 11 ingresaron a la zona portuaria de Rosario un total de 1.496 camiones, 50% menos que el lunes de la semana anterior. Si se mira el detalle de cada producto se advierte que en el maíz se registra la baja más pronunciada, con un ingreso de camiones 59% inferior (fueron 313 camiones contra 758).
“La comercialización del lunes 11 contra el promedio semanal del 4 al 8 de enero representó en los puertos de todo el país una baja del 40%. Si se hace la misma comparación sin tener en cuenta el trigo, la caída asciende al 67%”, detallaron voceros de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), en base a datos de la Bolsa de Comercio de Rosario y la plataforma electrónica para la información de operaciones de compraventa y canje de granos Sio Granos. Según interpretaron, existe un “alto acatamiento”, y aclararon que se trata de un diferimiento de ventas que no necesariamente implica pérdidas económicas para el Estado, sino que posterga el ingreso de las divisas.
Desde otro punto de vista, el vicepresidente de la Federación de Transportadores Argentinos, Pablo Agolanti, aseguró que el cese de comercialización de granos “no se siente”, dado que el flujo de camiones en puerto fue ayer —y continúa siendo hoy— “totalmente normal para esta época del año”. En diálogo con elDiarioAR, Agolanti consideró que la baja que efectivamente se ve en los datos oficiales se debe a que en la última semana el flujo de descarga de camiones fue superior al habitual para estas fechas, dado que se venía de un paro de 21 días de aceiteros, que había generado cierta acumulación.
“Para esta época entre 3.000 y 4.000 camiones por día es lo normal, y ayer hubo 3.655 en todo el país entre los que efectivamente descargaron y los que tenían ya el turno validado para hacerlo”, detalló y aclaró que más cerca de la cosecha el flujo aumenta porque productores y acopiadores vacían las plantas y liberan las silobolsas.
La primera de las tres jornadas de lockout fue analizada con distintos matices por las entidades que la propulsaron: la Sociedad Rural Argentina (SRA), Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y la Federación Agraria (FAA). La posición no monolítica de la Mesa de Enlace ya había quedado en evidencia desde el momento del anuncio de la medida, cuando Coninagro, la cuarta entidad que la integra, decidió mantenerse al margen.
“Es una medida leve, porque no hay control de cargas, pero ha habido acatamiento y se ha cumplido el objetivo de que sea una medida indicativa del malestar de la gente”, sostuvo Carlos Achetoni, presidente de la Federación Agraria, en diálogo con elDiarioAR.
Según el dirigente, el canal de diálogo con el Gobierno y los distintos actores de la cadena “está abierto” y se trabaja en la búsqueda de una estrategia para “garantizar el abastecimiento y lograr un equilibrio de precios internos, pero al mismo tiempo aprovechar toda la potencialidad de la exportación y los precios internacionales tonificados que hay, que generen un equilibrio para los productores y más ingreso de divisas para el Estado, que lo necesita”.
Dado que el abastecimiento interno ya está garantizado por el sector, según confirmó el Ministerio de Agroindustria, las entidades de la Mesa de Enlace insisten en el reclamo de que se elimine el cupo de 30.000 toneladas diarias de exportación de maíz. No sólo lo consideran una medida innecesaria, sino que lo interpretan como una señal de retorno al tipo de políticas intervencionistas que signaron los gobiernos de la actual vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner.
“Al momento de cerrar la exportación el Estado presupone tener un montón más de oferta interna de lo que había y busca bajar los precios del maíz. Quizás lo logre, pero en el mediano plazo esto desalienta la inversión y la producción de maíz, con lo cual si baja la cantidad de toneladas producidas podemos poner en riesgo la provisión interna, los precios irían al alza y existiría incluso el riesgo de tener que importar, como ocurrió con el trigo”, argumentó Achetoni.
Además, aseguró que se podría volver hacia atrás con la diversificación de los cultivos -en la última temporada la producción de maíz superó a la de soja- y retomarse una tendencia a la “sojización”, lo que implica que no haya una buena rotación y cuidado del suelo.
En la Federación Agraria prefirieron no conjeturar sobre una posible prórroga de la medida de fuerza o el establecimiento de nuevas. “La idea es llegar al diálogo necesario con el Gobierno para arribar a una solución y que no necesariamente se acreciente el conflicto, que la verdad no nos va a llevar a ninguna parte”, sostuvo Achetoni.
En la Sociedad Rural Argentina, en cambio, señalaron que si bien la entidad “siempre está abierta a dialogar”, en los últimos días no ha mantenido conversaciones con el Gobierno.
Por su parte, en Confederaciones Rurales Agrarias señalaron que “hay presión de las bases” y que las decisiones se tomarán “de abajo hacia arriba”. De hecho, mañana hay una reunión del Consejo Directivo para evaluar el rumbo a seguir. Según anticiparon, se podría prolongar la medida de fuerza o se podrían establecer nuevas para más adelante.
DT