Sin diálogo no hay política pero tampoco hay economía. Si el Gobierno central y los provinciales no se armonizan una hoja de ruta fiscal, se empezarán a ver conflictos generalizados en todas las provincias y en todos los municipios, conflictos que podrían evitarse si los responsables de las administraciones se sientan a una misma mesa a trabajar en acuerdos.
Es el diagnóstico del economista Nadin Argañaraz, presidente del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) y exasesor del Gobierno de Córdoba durante la gestión de Juan Schiaretti, que dialogó en Radio Con Vos con los periodistas Hernán Cappiello, Ariel Cohen y Juan José Domínguez, en el programa Gambito de Datos, acerca de los desafíos fiscales de los nuevos gobiernos, tanto del nacional, encabezado por Javier Milei, como los de las provincias.
—Mirando sus últimas publicaciones, usted advierte que en enero las transferencias de capital enviadas a las provincias son las más bajas de los últimos 31 años.
—Así es, el ajuste de gasto que se hizo en enero es el ajuste más grande que se haya hecho en un mes durante los últimos 30 años. O sea, el Gobierno nacional bajó en enero el gasto público un 40% con respecto a enero del año pasado. Obviamente, después de inflación. Otros gastos también fueron los más bajos en los últimos 30 años en el mes de enero.
—O sea que hay que irse al periodo previo a la convertibilidad para ver un ajuste semejante.
—Sí, y no sé si existirá un nivel de ajuste de esta magnitud en la historia. Prácticamente, decidieron que se gasta 60, que sería la reducción del 40. No sé si hay un antecedente. En 30 años, no.
—¿En este periodo las provincias qué es lo que reciben?
—Reciben la coparticipación, que es el dinero que va automáticamente, que les gotea diariamente y que básicamente es la recaudación de IVA, la de Ganancias, la del impuestos a los Combustibles y varios impuestos nacionales que son coparticipables. Pasa que en diciembre del año pasado se aprobó una ley de Ganancias que prácticamente eliminó el pago de Ganancias de las personas humanas en la Argentina, y eso significa una caída importante de recaudación, tanto para Nación como para provincias, pues en las provincias ya arrancaron con esa pérdida de ingresos, y a esa pérdida de ingresos nacionales que suman lo que se está perdiendo por recesión, por la caída de la actividad económica, por la caída del consumo. Entonces las provincias en enero tuvieron una reducción de transferencias automáticas del orden del 10% real, 10-12% real, y eso es significativo. Cuando uno pondera en todo medio del país las transferencias nacionales, eso significó a lo mejor una caída de ingresos del 5%. O sea, cayó un 5% de todo el ingreso de una provincia, debido a que cayó la coparticipación. Eso es muy importante. A eso se le suma lo no automático, porque si Nación avanza en búsqueda de un ajuste fiscal al eliminar el déficit, el 20% de ese aporte necesario se lo pueden hacer las transferencias no automáticas a provincias. Si se eliminan eso, aportarían el 20% del ajuste. En enero hubo una virtual eliminación de las transferencias no automáticas a las provincias.
—No les dieron nada.
—No les dieron un peso, literalmente, ni un centavo. Otras sí recibieron pero unas cifras menores. Por ejemplo, no se recibió nada del Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID). Si eso continúa, obviamente, el impacto va a ser en todas las jurisdicciones, pero va a ser mayor en aquellas que más dependen de esos fondos.
—Arrancó Chubut, ¿cuál sigue en la lista?
—No, si eso continúa, el impacto va a ser en todas las jurisdicciones, pero va a ser mayor en aquellas que más dependen de esos fondos. Van a ir recrudeciendo conflictos en las distintas provincias, porque las provincias van a tener que decidir: qué hago con este gasto que yo tenía y que venía una plata no automática de Nación; lo corto al gasto o lo sostengo; si lo sostengo, a quién le saco; subo los impuestos provinciales; subo Ingresos Brutos; bajo este otro gasto; dejo de hacer una ruta, una escuela... Ahí vamos a ir viendo, creo yo, de manera generalizada, conflictos en todas las provincias, en todos los municipios, cuando se vayan generando estas cuestiones que, obviamente, se van a seguir dando en la medida en que Nación sostenga esta virtual eliminación de las transferencias no automáticas; que no son todas discrecionales, y es bueno aclarar eso porque muchos creen que las no automáticas son discrecionales, que dependen de un funcionario.
—Están establecidas por ley.
—En algunos casos. Otros casos son los subsidios al transporte, por ejemplo, que están en el Presupuesto, que es una ley.
—El Gobierno nacional dice: nosotros en enero llegamos al déficit cero y redujimos el gasto, ¿por qué no lo pueden hacer las provincias? ¿Este es un argumento válido?
—Sí, sí, sí, es válido.
—Pero las provincias iban a administrarse con un dinero con el supuestamente que ya contaban. Y ahora se encuentran con que les cambiaron esa disponibilidad de fondos.
—El Gobierno lo dijo en diciembre: vamos a ir, de esta forma, a la eliminación del déficit. Y ya puso ahí a las provincias aportando una parte de eso. Bueno, si se sanciona un nuevo presupuesto, para el 2024, ese presupuesto ya debería incorporar —y para mí sería central eso— cuál es la hoja de ruta fiscal, para disminuir la incertidumbre, para tener más previsibilidad. Y creo que la vía es la vía de la coordinación, la vía del diálogo, no la vía de una puja, de una disputa. Porque Nación y provincias deberían sentarse, coordinar esa hoja de ruta fiscal, de modo tal que se logren los objetivos, pero de la mejor manera posible. Ejemplo: si las provincias recurren a aumentar Ingresos Brutos, para financiar los baches y demás, después es más problema. más carga tributaria, más distorsiones, cuando creo que lo que se busca es lo contrario. Entonces, ahora sube el impuesto a los Combustibles, un 640% en estos meses, porque estaba atrasado, porque no se subió antes. Eso genera recaudación coparticipable. Todo eso tiene que ser, a mi criterio, discutido, y acordar una hoja de ruta conjunta. Discutir qué hacer con las transferencias no automáticas, si se eliminan de cuajo o se sostienen, y cuáles.
—A propósito de las decisiones que toman las provincias para poder surfear en un momento de ajuste generalizado, qué impacto puede tener la emisión de cuasimonedas, a partir de la decisión de La Rioja, y si esto se extiende a otras jurisdicciones.
—La información anual completa, la última que hay disponible, es del año 2022 y La Rioja tenía un leve superávit primario. No tenía déficit, al igual que casi todas las provincias de Argentina. Solamente tenían déficit Buenos Aires, La Pampa y una tercera provincia que ahora no recuerdo cuál era, del sur. Excepto esas tres, todas eran superávitarias. La cuasimoneda es un bono de cancelación de deuda que la provincia emite, sanciona, por lo cual va a pagar parte de los sueldos y a su vez los va a receptar para todo lo que sea recaudación propia, cobro de tasas y demás. Si uno lo toma como una cuestión transitoria —porque si La Rioja dice, bueno, como a mí no me están dando esa plata no automática, me están debiendo esto, yo voy a emitir esto— y La Rioja se compromete a rescatar esas cuasimonedas apenas la Nación le dé la plata, no debería haber grandes complicaciones.
—Claro pero el contexto es de ajuste y Milei ya dijo que la Nación esta vez no las va a rescatar, como lo hizo Eduardo Duhalde en 2002.
—Milei no va a rescatar nada. Ahora, si la provincia rescata ese bono en tiempo y forma tampoco habría una complicación. Pero si lo que se pone en circulación es mucho más alto que lo que la provincia recauda, puede generar que ese bono pierda valor; o sea que si uno paga con bono tenga que pagar más que si paga con pesos. Si los bonos que circulan son dos, tres, cuatro veces la recaudación propia de esa provincia mensual, esos bonos tienden a valer menos en esa provincia.
—Los fondos coparticipables son de las provincias pero la Nación los recauda, ¿quiénes son los dueños de esos recursos?
—Las provincias son preexistentes a la conformación de la Nación. Son impuestos nacionales que se coparticipan. Hay que hacer una discusión de fondo. Si las provincias tienen que arreglarse con lo suyo, lo suyo es toda la recaudación que generan. Vos tenés provincias que son aportantes netas, como el caso de Córdoba, que aportan más recaudación de la que reciben, y tenés provincias receptoras netas, que son aquellas provincias chicas, donde lo que generan es menor a lo que reciben. Hay que dar una discusión de fondo sobre esto.
—Bueno, es la famosa discusión pendiente desde 1994: la nueva ley de coparticipación.
—Por eso digo: si vamos a hablar en serio, hay que empezar a discutir en serio un nuevo esquema de reparto de recursos y una definición de roles. Este bien público lo presta Nación; este lo presta la provincia. Quién gasta, cuánto gastamos, cuánto necesitamos recaudar, cómo recaudamos, cómo distribuimos la recaudación entre Nación, provincias, municipios; de modo que esto sea sostenible, y que se sea eficiente en la prestación de bienes públicos.
JJD