De paso lento al trotecito: el Banco Central acelera un poco el alza del dólar mayorista tras las elecciones

El ministro de Economía, Martín Guzmán, y el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, impulsaron durante su primer año de gestión subas del dólar oficial al ritmo de la inflación para evitar que se perdiera competitividad en la producción argentina de bienes y servicios. Pero después de 2020 y con el alza del índice de precios al consumidor (IPC) de principios de 2021 esa estrategia comenzó a recibir cuestionamientos en el propio oficialismo, desde el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, hasta actores del propio equipo económico, con lo cual fue disminuyendo la marcha de la moneda norteamericana en el mercado mayorista, a donde compran y venden exportadores, importadores o empresas con deudas en el extranjero. Pasadas las elecciones legislativas del 14 de noviembre y con la baja de la inflación del mes pasado al 2,5%, el Central volvió a cambiar el ritmo devaluatorio, de paso lento al trocecito, pero aún lejos del trote intenso que se espera y todavía más de la devaluación que pregonaban algunos inversores y analistas.

En enero, el dólar mayorista había subido casi 3,50 pesos, desde los $84,15 con que había cerrado 2020. En febrero y marzo el alza se redujo a poco más 2 pesos. En abril, a $1,50. Y desde mayo hasta octubre sólo se elevó un peso por mes, por más que la inflación rondara el 3% mensual. Es decir, la mayoría de los precios de la economía subía más que el dólar, lo que no suele ser buen presagio en la historia económica argentina que en estos casos anticipa devaluaciones. En noviembre se aceleró un poco el ritmo, a 1,23 pesos y en lo que va de diciembre lleva $1,28 pesos, pero aún faltan varios días por delante. Ahora cotiza a $102,24.

“Cambio de paso”

Guzmán descartó una y otra vez una devaluación después de las elecciones o como fruto del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), pacto aún esquivo. El ministro siempre tachó de irreales los tipos de cambio paralelos: el dólar blue o ilegal, a $ 199; el MEP (Mercado Electrónico de Pago, para comprar vía bonos en el mercado local), a $200,59 o el contado con liquidación (para girar al exterior), a $211,13. Pero sin llegar a dar un salto que duplicara el valor, se esperaba que tras los comicios el Central retomara el ritmo de depreciación del peso de 2020 y soltara el mayorista dos o 3 centavos por mes. Quizás no lo haga hasta que se firme el convenio con el FMI.

Por lo pronto, Pesce ha dicho hace pocos días en la Unión Industrial Argentina (UIA) que el dólar subirá más rápido, pero cuando la inflación comience a bajar. El 2,5% aislado de noviembre aún no constituye tendencia de una baja sostenida de niveles superiores al 3%.

“No hay una aceleración, hay un cambio del paso”, describen en el equipo económico la suba del mayorista en noviembre y diciembre. “Se va a ir moviendo, teniendo como referencia el margen que deja la política antiinflacionaria, combinada con la evolución de las monedas en la región, la inflación y la tasa de interés en Estados Unidos, la inflación en Brasil. Puede sostenerse este ritmo este mes, pero no garantiza que siga así en enero. Si se ve que el contexto lo permite, se hará y sino, se tirará el freno de mano”, aclaran.

“Los ejercicios muestran que el peso no perdió competitividad y la idea es mantenerlo en este rango, un poco más o un poco menos apreciado según el momento”, concluyen. No obstante, el tipo de cambio real (ajustado por inflación) multilateral (en relación al dólar, el real, el euro y el yuan), que tiene como referencia el valor $100 de diciembre de 2015, cuando el gobierno de Mauricio Macri salió del cepo cambiario y devaluó, ahora está en $102,73, es decir, más competitivo que entonces. Pero había arrancado 2021 en 124,11 y fue bajando en la medida en que el peso se fue apreciando en términos reales, lo que encarece a nivel internacional la producción argentina.

¿Cuán bajo estaba el tipo de cambio real multilateral antes de las últimas devaluaciones? A $98,57, no mucho menos que el nivel actual, en noviembre de 2013, en el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. A $75,43, en octubre de 2015, antes de la liberación del cepo con Macri. A $92,26, en abril de 2018, cuando ocurrió la segunda devaluación del gobierno de Cambiemos, que terminó pidiendo auxilio al FMI. Al mes siguiente subió a $101,54 y desde entonces nunca estuvo tan bajo como ahora. Pero Guzmán ha convencido al Fondo de que este nivel es adecuado, competitivo, sólo hay que evitar que se atrase, pero para lograrlo sin impactar en la inflación se aguarda a que esta baje y a que se selle el acuerdo en los próximos meses.

AR