El golpe inflacionario provocado por la devaluación del peso que dispuso el Gobierno nacional hace dos semanas, apenas horas después de conocerse el resultado de las PASO nacionales que consagraron a Javier Milei como el candidato presidencial más votado, afecta a la cadena comercial, y, especialmente, en los consumidores, que despliegan todo tipo de estrategias nuevas de compras y modifican sus hábitos a diario para llegar a fin de mes.
“Nosotros, porque conocemos a nuestros clientes, sabemos que el salario se gasta muy rápido. El día 15, por ejemplo, se terminó el efectivo y empiezan a pagar con tarjeta de crédito. Imaginate lo que fue después de la devaluación”, comentó a elDiarioAR Eduardo, dueño de un almacén ubicado en el barrio de Almagro.
“Bronca” y “sorpresa” mostraron los clientes que entraron al almacén de Eduardo el día siguiente de la devaluación del 22% del tipo de cambio —llevó el valor del dólar oficial de $288 a $350 e hizo trepar, en un primer momento, a $780 el paralelo— decidida por el Banco Central (BCRA). La medida, según dijo a la prensa el ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria (UxP), Sergio Massa, fue impuesta por el Fondo Monetario Internacional (FMI) a la Argentina como condición para avanzar con el esquema de desembolsos pactados con el organismo.
“No se enojaron conmigo sino con la situación en general. El viernes anterior a las PASO, por ejemplo, el kilo de yerba estaba a $750 y cuatro días después valía $900. O el café, que es importado. Casi todos los productos subieron entre 15% y 25%”, destacó el comerciante.
Este domingo, 14 días después de las primarias, Massa anunció un paquete de medidas contempladas en el llamado “Programa de Fortalecimiento de la Actividad Económica y del Ingreso”, que incluye sumas fijas no remunerativas a cuenta de futuros incrementos y créditos para trabajadores, mejoras para monotributistas, aumentos para jubilados y empleadas de casas particulares y la suspensión de los aumentos en la medicina prepaga por un lapso de 90 días para trabajadores y familias con ingresos mensuales menores a $2.000.000.
Carolina es propietaria de una panadería ubicada a unas 15 cuadras del almacén de Eduardo y a 100 metros de un hospital público. “Nosotros sabemos que en algunas casas del barrio el pan, acompañado por un mate cocido, es el almuerzo y también la cena”, dijo a elDiarioAR. Cuando el lunes posterior a las PASO abrió su negocio temprano el precio del kilo de pan estaba $650; al día siguiente, producto del aumento de la harina -la bolsa de 25 kilos tuvo una alza superior al 30%- y otros insumos, había subido a $800. “El cliente que llevaba 500 gramos, por ejemplo, pasó a llevar 250, y el que compraba una docena de facturas empezó a llevarse ocho”, destacó. Bárbara mencionó que una semana antes de la devaluación las empresas molineras planteaban problemas para entregar harina y en los supermercados mayoristas “no encontrabas los paquetes de azúcar por ningún lado”. Tras el reacomodamiento del valor del dólar, ambos productos volvieron con aumentos. “Nosotros tratamos de amortiguar lo más posible el impacto para que no se nos vayan los clientes, pero estamos todos en la misma”, contó
Según la consultora Focus Market, el consumo de los argentinos ya había caído un 16% en la primera semana de agosto, la previa a las PASO y a la devaluación. El dato demostró la aceleración de una tendencia manifestada en julio, cuando la baja en las compras había sido de 15,8% en comparación con el mes anterior. La muestra indicó que la contracción tuvo una mayor incidencia en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), donde fue de 7,6%, que en las provincias (5,6%). Los alimentos y los productos de cuidado personal y limpieza son los que sufrieron un mayor retroceso en el consumo en lo que va de 2023. En los supermercados, las ventas cayeron en junio casi 1%, según el último reporte interanual del rubro difundido por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
“Para mantener su nivel de compra la gente trata de aprovechar las promociones que ofrecen los bancos, las billeteras virtuales, la tarjeta descuentos que tiene el supermercado y los 2x1…”, asegura Carla, a cargo de un supermercado de cercanía situado sobre una avenida del barrio de Barracas. Entre el lunes 14 y el miércoles 16 de agosto las remarcaciones de precios en el comercio fueron una constante. “Los clientes trataban de anticiparnos. Iban a las góndolas por las que todavía no habíamos pasado a actualizar los precios y adquirían algún producto que necesitaran para consumir ese día o guardar. Parecía una competencia”, bromeó resignada.
Carla resaltó que los aumentos aplicados producto de la devaluación “llegaron a una altura del mes en la que la gente ya tiene menos plata. No cualquiera tiene la posibilidad de decidir que en lugar de comprar, por ejemplo, un kilo de azúcar se va a llevar dos para stockear. La mayoría, después de la primera quincena, no elige los fideos que quiere comer sino los que puede pagar”, afirmó.
Franco es propietario de un comercio de productos de limpieza en la localidad bonaerense de Avellaneda. “La caída en las ventas viene de mucho antes de la devaluación y el último aumento de precios. En lo que va del año vendí entre un 10% y un 20% menos, a lo que se suma que no tuve nuevos clientes”, explicó. Franco también suele vender productos de limpieza a consorcios de edificios ubicados en la zona, que “desde principios de año fueron reduciendo los presupuestos y compran menos”, sostuvo.
El impacto de la devaluación también afectó a los cuentapropistas. “Los repuestos aumentaron 30%, pero lo peor es que recién empezaron a entregarlos hace una semana”, comentó a elDiarioAR Rubén, que lleva 28 años instalando aires acondicionados. Si bien todavía no comenzó la “temporada alta” de instalaciones, que suele ser entre noviembre y diciembre, Rubén estima que podrían registrarse nuevos aumentos tras las elecciones nacionales del 22 de octubre próximo. “Y en este negocio no hay cuotas, sino que se paga todo en efectivo. ¿Quién tiene tanta plata en la mano?”, se preguntó.
La mayoría de las empresas automotrices también aumentaron un 20% los valores de los vehículos 0 KM nacionales, en una tendencia similar al reacomodamiento que tuvo el precio del dólar oficial el primer día posterior a las primarias. Algunas compañías habían establecido nuevos valores a comienzos de agosto, que se vieron afectados luego de la jornada de votación y las medidas económicas del Gobierno. El mismo panorama se dio en el rubro de importados. “Pero al que tiene dólares guardados, al momento de comprar un importado, no le importa mucho si aumentaron 10% o 20%”, mencionó a elDiarioAR Daniel, trabajador de una concesionaria de vehículos importados ubicada en la localidad de Vicente López.
Lejos de las concesionarias, según informes privados, el precio de la carne culminaría el mes de la devaluación con el mayor aumento mensual de los últimos 18 años, una tendencia que impactará entre 3,2 y 4 puntos porcentuales en el índice inflacionario del mes. En la tercera semana de agosto el precio promedio en las carnicerías llegó a $3.100 por kilo, con un alza de 55% a 60% en comparación con el comienzo de agosto. “Asado a 5 dólares”, escribió Marcelo Capobianco en una pizarra enfrente de su carnicería de la localidad bonaerense de Florida. “Algunos vinieron a comprar con dólares y otros, con pesos”, dijo en declaraciones a Radio Con Vos. El comerciante, admitió, había votado a Milei en las PASO.
“Lo primero que intenté en los días siguientes a la devaluación fue mostrar empatía con el cliente”, comentó a elDiarioAR Alfredo, dueño de un corralón de productos para la construcción en Balvanera. A raíz de la devaluación, las nuevas listas de precios que recibió tras las PASO incluyeron, por ejemplo, un aumento del 22% en el cemento y de 15% en la arena. Alfredo también vende artefactos sanitarios. “Todo subió entre 20% y 25% pese a que la mayoría de lo que vendo es de producción nacional. Sin embargo, los proveedores aducen que la materia prima es importada. En fin…”, completó.
También los laboratorios de medicamentos “aumentaron los precios considerablemente”, entre un 15% y 28%, explicó Alejandra Gomez, presidenta del Colegio de Farmacéuticos de la provincia de Buenos Aires, en declaraciones radiales. “En muchos de los tratamientos crónicos las obras sociales tienen planes de coberturas de 100% o casi de la totalidad de los gastos, pero los clientes sintieron el golpe de los aumentos. Hay personas que no pueden dejar de consumir ciertos medicamentos porque de ellos depende su vida”, sostuvo.
El presidente de la Federación Argentina del Comercio en Artefactos para el Hogar y Afines (FACA Hogar), José Lilino, relató en declaraciones al canal C5N que los aumentos fueron desde el 10% hasta un 50% según los diferentes productos. Para no trasladar semejantes alzas a los clientes, Lilino dijo que muchos comerciantes optaron por perder rentabilidad y de esa manera mantener el consumo. “Si al cliente no le alcanza para la cuota del microondas, nosotros estamos muertos”, agregó.
Por su parte, Sergio Angiulli, presidente de la Cámara de Ferreterías de la República Argentina (Cafara), indicó que se registraron incrementos de hasta 30% en los comercios del rubro. Además, estimó que la inflación en el sector rondará un 200% interanual. Los aumentos se dieron, explicó, porque “todo lo que se produce en el país siempre tiene componentes importados” en dólares. “Las ferreterías aparecen en toda la cadena de valor, va más allá del comercio. Trabajamos con industrias, con la construcción, con instituciones. Pero si pensamos en el usuario final, que puede ser alguien que está haciendo un arreglo en su casa, aumentar un 20% quizás implica que no lo pueda pagar”, destacó Angiulli al diario Rosario 12.
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