Entrevista

Eduardo Hecker: “Tapamos el agujero que nos dejó Vicentin en apenas un año”

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Podría decirse que Eduardo Hecker vive a contramano de la realidad. En diciembre de 2019, en medio de la algarabía por la llegada del nuevo gobierno, el licenciado en Economía de la Universidad de Buenos Aires caminaba por calle Florida con cierta cara de agobio. Recién asumido, Alberto Fernández acababa de nombrarlo presidente del Banco Nación, el más grande de la Argentina. Pero Hecker, lejos de transmitir euforia por su nuevo cargo, lucía agobiado, casi devastado por la nueva responsabilidad.

Quien fuera titular de la Comisión Nacional de Valores entre 2006 y 2008, y anteriormente del Banco de la Ciudad de Buenos Aires entre 2004 y 2006, regresaba a la función pública para encontrase con la peor de las noticias que puede recibir un banquero: un pufo, es decir, un quebranto. La empresa Vicentin, una de las supuestas ganadoras del modelo de exportación agrícola con bajas retenciones que había impuesto Mauricio Macri, había anunciado tres días antes de la salida del gobierno de Juntos por el Cambio que no pagaría sus deudas, estimadas en US$1.500 millones. El principal afectado era el Nación. La familia Vicentin había lastrado al banco estatal con una deuda de $18.000 millones, equivalentes a US$300 millones.

El agobio en la cara de del exsecretario de Desarrollo Económico de la Ciudad de Buenos Aires entre 2000 y 2003 estaba justificado: llegaba al Nación para desarrollar una política de fomento y asistencia crediticia para las pequeñas y medianas empresas, pero se encontraba con que el banco no tenía dinero para prestar.

Un año después de aquella caminata por Florida, Hecker recibe a elDiarioAR en su despacho del banco, y pese a que el dinero adeudado por Vicentin está todavía en el limbo de un concurso preventivo de acreedores y que la pandemia lo obligó a reformular sobre la marcha su estrategia inicial, se lo ve exultante, casi desbordando felicidad. “Vamos a terminar el año con un resultado operativo positivo que va a ser por lo menos el doble del resultado negativo que tuvo el Banco el año pasado,” dijo con alegría. “Dimos vuelta el Banco en apenas un año,” aseguró.

Lo que sigue es un resumen de la entrevista donde cuenta cómo lo hicieron, asegura que se podrá cobrar el dinero de “la estafa” que realizó Vicentin, pronostica un crecimiento de la economía Argentina de dos dígitos para el 2021, adelanta que luego del acuerdo entre la Argentina y el FMI, la brecha entre los dólares paralelos y el oficial tenderá a desaparecer, y se anima a sugerir que el Estado debe fomentar subsidios para que la universidad pase a ser un título de grado necesario para ingresar a la fuerza laboral.

¿Cual es el balance de este primer año? ¿Qué encontraron y qué consiguieron?

Encontramos un banco con problemas importantes. Básicamente dos: un resultado operativo negativo de $17.000 millones en el 2019 y serios problemas de liquidez. Entre 2015 y 2019, es decir en los cuatro años del gobierno de Mauricio Macri, el banco tuvo una pérdida del patrimonio neto de casi la mitad. Nos enfocamos en resolver primero el tema de la liquidez y ordenamos rápidamente esa cuestión, y a resolver los temas de rentabilidad del banco, de solvencia. El resultado operativo cambió rotundamente, y más que lo dimos vuelta. De hecho, tuvimos un resultado operativo tan importante que vamos a poder previsionar una parte para tenerr un banco más sólido, previsible y estable. Al mismo tiempo, por otro lado, tuvimos que responder a lo que fue la pandemia. De entrada nomás tuvimos que poner en marcha la tarjeta Alimentar a pedido del Ministerio de Desarrollo Social. Enseguida vinieron los IFE. Sólo para tener una idea del trabajo que se hizo: en la última tanda de la IFEs, que yo creo que con buen criterio la Anses dijo que solamente los bancarizados podrán cobrar, nos obligó a bancarizar a 1,3 millón de personas en apenas tres semanas. Nosotros solos. Reabrir las sucursales en la pandemia fue otro desafío complejo. Son más de 700 sucursales en todo el país. Y para los jubilados, para los beneficiarios de planes sociales, pero también para las pymes, era importante que el banco estuviera abierto. Todo eso forma parte del balance complejo de este año. Pero yo creo que es un balance muy positivo en términos de tres cosas básicas: recuperamos liquidez y solvencia, por un lado, funciones importantes un banco. Y recuperamos la política crediticia a las pymes, que es el corazón ahora de la política crediticia del banco junto con los prestamos personales.

Vicentin fugó $1.000 millones. El balance muestra bienes de cambio que no se han transformado en productos, ni en dinero, ni en nada. Han desaparecido. Se evaporaron".

¿De cuánto será ese resultado operativo tan importante?

Todavía es pronto para decirlo. Entre otras cosas, porque seguramente vamos a hacer previsiones importantes, porque en el momento más caliente salimos a dar créditos para la nómina salarial y demás, porque si no, no se iban a poder pagar muchos sueldos en la Argentina. Pero se va a recuperar todo el resultado operativo negativo el año pasado y se van a consignar resultados largamente positivos.

¿De qué cifra hablamos?

Seguramente vamos a tener un resultado operativo, que es el doble de lo negativo que fue el año pasado, pero en sentido positivo. O sea que qué va a ser un resultado importante…

Podría llegar a 40.000 millones de pesos…

No puedo comentar el resultado final antes de que termine el período y, por otro lado, seguramente haremos previsiones importantes. Pero va a ser un resultado importante y todo eso va a ir a mejorar el patrimonio.

¿Qué se hizo mal en esos cuatro años anteriores donde se perdió la mitad del patrimonio neto?

Una mezcla de cosas. Por un lado, hubo tasas de interés pagadas a depósitos públicos muy altos. Por el otro, el gobierno nacional le quitó utilidades y patrimonio al Banco Nación para resolver sus  temas fiscales.

¿Por qué la propiedad privada de 200 personas que son miembros de las familias propietarias de Vicentin, que estafaron por US$ 1500 millones a bancos públicos y privados,es más defendible que la propiedad privada de los ahorristas y productores estafados?"

¿Tomaban mucho dinero?

Sí. El macrismo, en términos netos, le saco al banco alrededor del 55% del patrimonio y le quitó la capacidad crediticia. No solamente es un tema de solvencia, de riesgo, sino también de capacidad prestable de la institución. Por suerte, en el último año, hemos fortalecido al banco. A ese agujero que nos dejó Vicentin lo hemos podido cubrir a partir del crecimiento y pudimos reorientar la política de préstamos hacia las pymes, lo que nos permite segmentar el riesgo. Nunca más, en mi mandato seguro y espero que en el futuro tampoco, va a haber una exposición a un riesgo tan grande en una sola empresa. Claramente, sin menospreciar la importancia que tienen las empresas grandes, nos hemos enfocado a la pequeña y mediana empresa para fomentar la base primero de la resistencia en la pandemia, para que la economía argentina no se resienta más de lo que naturalmente se resintió y, a partir de aquí, para la reconstrucción y el desarrollo. Ese es el eje.

¿Va a haber consecuencias por el caso Vicentin?

Espero que sí. Ocurre sin embargo que los grupos mediáticos, en su afán de atacar al gobierno, manipularon a la opinión pública muchas veces en su contra usando falsamente la idea de la propiedad privada.

¿Cómo es eso?

Presentaron el legítimo derecho de los acreedores como una ofensiva encubierta contra la propiedad privada en forma errada. ¿Por qué la propiedad privada de pocos que tienen mucho es más valiosa que la propiedad privada de los muchos que tienen poco? ¿Por qué la propiedad privada de 200 personas que son miembros de las familias propietarias de Vicentin, que estafaron por 1500 millones de dólares a bancos públicos y privados de la Argentina y del exterior y a productores, cooperativas y acopiadores es más importante y más defendible que la propiedad privada de los ahorristas de los bancos estafados y de los productores, los acopiadores que se vieron estafados porque nunca les pagaron? ¿Por qué una propiedad privada vale más que otra propiedad privada? ¿Por qué ese 0,001% de la población puede gozar de un apoyo mediático publicitario? Se entiende sólo desde la lógica de que esos medios querían pegarle al gobierno.  ¿Pero y la propiedad privada? Por eso nosotros nos enfocamos en recuperar la plata para que no estafen a nuestros ahorristas.

¿Podrán recuperar el dinero?

Yo soy optimista. Creo que sí. Estamos haciendo todo lo necesario para recuperar la plata. De hecho, eso es lo principal: recuperar el dinero. ¿Para qué? Para dar créditos. Tenemos, desde el punto de vista legal todos los frentes abiertos para defender nuestro nuestros créditos y hemos establecido vinculaciones con productores, con los sindicatos, con otros bancos, con los bancos extranjeros, como para mancomunar las acciones siempre en el marco de buscar los acuerdos necesarios para el beneficio común.

¿Su convicción íntima es que hubo una estafa?

Todo parece indicar que sí. Si uno tenía fuertes sospechas, el balance del 2019 largamente ocultado, presentado con todos los plazos vencidos, termina siendo un hecho escandaloso. Con un informe de una auditoría externa que renuncia, que era KPMG, y que no responde a las dudas que suscita el propio balance. La verdad es que distintos estudios que se han hecho dan cuenta de que hay un agujero de por lo menos unos US$800 millones que no se sabe a dónde fueron. A mi entender son $1.000 millones los que se han fugado del país. El balance muestra bienes de cambio que no se han transformado en productos, ni en dinero, ni en nada. Han desaparecido. Se evaporaron.

¿Qué falló dentro el banco?

Hubo una decisión de la política de, por las razones que sea, aumentar y sostener esa exposición al riesgo de Vicentin. Después, bueno, las intencionalidades son difíciles de juzgar, pero los hechos son estos hechos.

¿Y la decisión política que tiene el banco hoy cual es?

Las pymes. En lo que va del año otorgamos en créditos para pymes solamente unos $65.000 millones. A un promedio de $2.200.000 por empresa, dimos crédito a casi 30.000 empresas.

¿Cómo ve la economía?

Lo digo con prudencia, se está recuperando a tasas muy positiva, no de una manera pareja. Desde hace un tiempo uno advierte sectores que empiezan a demandar dinero para inversión. Están mirando un poco más lejos que el capital de trabajo, dicho en términos de un banco. Soy muy optimista respecto de que el año que viene vamos a tener una tasa de crecimiento de la economía importante. No me voy a poner a pronosticar ahora, ya hace tiempo que no hago proyecciones macroeconómicas, pero estoy convencido de que va a haber mucho más que un rebote. Hay un crecimiento en la economía, en parte por rebote, pero en parte también crecimiento genuino en muchos sectores.

¿Cuáles?

Todo el sector de la metalmecánica, la industria automotriz y textil se están recuperando. Es decir, sectores que estuvieron muy paralizados en los años de Macri, empezaron a tener tasas de crecimiento positivo.

¿Cuáles son los sectores que siguen golpeados?

El sector del turismo, la gastronomía. Recuperar esa actividad va a llevar más tiempo. Pero ya se están abriendo. Lo que hay dejar en claro es que la sostenibilidad de la recuperación tiene que ver con lo que es la preocupación fundamental, que es la superación de la pandemia. Mientras exista riesgo, el crecimiento va a estar supeditado al tema sanitario, porque ese es el tema que, en mi opinión, con criterio absolutamente acertado, adoptó el gobierno, que es primero está la salud. Por eso, en la medida en que empiece la vacunación y evitemos recaídas en los brotes de Coronavirus, la economía va a tener un impulso importante.

Cuando habla de tasas de crecimiento importantes, ¿estamos hablando de alrededor de dos dígitos?

Puede estar cerca de dos dígitos. Insisto, no quiero hacer proyecciones macroeconómicas. Y va a ser muy importante que se salga de la situación de pandemia.

¿La inflación sigue siendo un riesgo?

La economía en la Argentina tuvo en el 2019, con recesión, una tasa de inflación del 54%. Ahora, vamos a terminar el año con 20 puntos menos de inflación. Estará en el orden del 34%. Yo soy de los que piensan siempre que la inflación es un tema muy importante, que no hay que subestimar. Me parece que cumplible el objetivo del presupuesto de la inflación del 29 por ciento para el 2021. Mi opinión es que hay que tener menos inflación que esa, pero irá bajándose paulatinamente.

¿Y cómo influyen los distintos precios del dólar?

Creo que el acuerdo con el Fondo Monetario internacional puede ser muy importante para dar certidumbre en el frente fiscal y cambiario, y eso también va a hacer que el dólar o las cotizaciones alternativas a la del mercado único y libre de cambios, tanto las del mercado de capitales como el dólar blue, caigan. Es decir, que esas brechas, disminuyan, notoriamente.

Tenemos que lograr que el ingreso de los jóvenes al mundo del trabajo se haga a una edad más avanzada, no a los 18, ni a los 17, sino mucho después, a los 22."

¿Sólo por el acuerdo? ¿Por qué ocurriría?

La Argentina es un país que produce, que tiene exceso de ahorros, pero no los canaliza hacia el sector productivo. Va a ser muy importante que aumente el uso de sus ahorros, no para la fuga, como paso en el gobierno anterior, sino todo lo contrario. Que se canalicen tanto por el canal del mercado de capitales como por el bancario para proyectos de inversión. Durante el gobierno anterior, se vivió el festival del carry trade. Es decir, traían dólares y los cambiaban por pesos para aprovechar tasas de interés excesivamente altas que partían de un diagnóstico de que la inflación se iba a combatir con esa tasa de inflación muy alta. Ese diagnóstico errado era un incentivo para la entrada de capitales de corto plazo. Ese carry trade todavía se está desarmando, y es lo que generó estas brechas gigantescas. En la medida en que se terminen de desarmar las posiciones del carry trade y que se se termine de construir como se está haciendo, muy bien, en mi opinión, una curva de rendimiento de pesos adecuada y compatible con el escenario fiscal y financiero de la Argentina del año 21, esas brechas van a ir cayendo. La economía va a ir tornándose más lógica. Por ese camino hay una racionalidad para alcanzar una mayor tranquilidad en la economía y también en el mercado de capitales.

Hemos hablado de coyuntura. ¿En qué temas de largo plazo está pensando ahora que logró tapar el agujero de Vicentin y poner en marcha la política de créditos a las pymes?

Un tema que me atrae y del que se habla poco es cómo ayudar desde el Estado a que la mano de obra se califique. Soy de la idea de que poco a poco la educación universitaria tiene que convertirse en la nueva secundaria. Tenemos que lograr que la universidad y otros estudios terciarios se conviertan en una cosa más habitual, y que el ingreso de los jóvenes al mundo del trabajo se haga a una edad más avanzada, no a los 18, ni a los 17, sino mucho después, a los 22.

¿Para qué?

Por un lado, para que la presión en el mercado de trabajo sea menor. Por el otro, para que la retención en la matrícula educativa de la gente que se va a seguir formando haga que ingresen más productivos al mercado laboral. Debería haber una política de Estado a largo plazo para formar más a los jóvenes. Con eso se va a lograr una baja la tasa de desocupación y, al mismo tiempo, se va a aumentar la productividad de la fuerza de trabajo. Si en algún momento se pensara que la edad de la jubilación se extendiera, sería lógico que al mismo tiempo, se extendiera la edad de ingreso a nuestro mercado laboral.

¿En qué tipos de carreras piensa?

Argentina ya tiene para la industria 4.0 una base muy importante y una inversión hecha, que es, por ejemplo, una gran camada de ingenieros electrónicos, por dar un caso concreto, que se han formado especialmente en las universidades públicas. Es una inversión que el Estado viene haciendo desde hace muchísimo tiempo y que es la base para el desarrollo técnico. Lo que le falta a la Argentina es ser consciente de que tiene esa fuerza de trabajo súpercalificada, competitiva y que incrementarla le permitiría avanzar en un desarrollo, al menos a nivel medio, de la industria del conocimiento y que generaría enorme cantidad de ingresos, tanto con valor agregado, como en una balanza comercial de superávit alta. No solamente por lo que está implícito en los mismos sectores de la industria electrónica sino también en agregación de valor y en una generación de exportaciones de sectores vinculados como el agro. La agricultura de precisión, por ejemplo, sería una de las beneficiarias de esta industria que permitiría también ganar innovación en procesos y en productos. Permitiría tener ahorros sustantivos en logística y transporte. Permitiría tener ahorros sustantivos en combustibles, y en eficiencia energética en las empresas. El Gobierno ha encarado para ese lado en áreas específicas de industria del conocimiento y tiene que avanzar. 

PG