Analistas admiten que será muy complicado que en junio se pueda mostrar un nuevo descenso del costo de vida, como consecuencia de las alzas de tarifas y la suba de alimentos y bebidas.
Esperan una variación de entre el 5 y 6% por la reanudación de los aumentos en las tarifas de luz y gas postergados durante el mes previo, sumado a las señales de aceleración en los alimentos, según la consultora EcoGo.
El Gobierno avanzó en la corrección de precios, que en noviembre tenían un atraso de 42% en términos reales. En mayo hubo una pausa para priorizar la baja de la inflación, a costa de mayor presión futura, según expertos.
El ministro de Economía, Luis Caputo, decidió retomar en junio los aumentos en tarifas de luz y de gas, a partir de una quita de subsidios enfocada en sectores de ingresos medios y bajos.
Las consultoras estiman que el impacto en el IPC será de entre 1 y 2 puntos porcentuales. A eso se sumará un incremento en los combustibles del 4% promedio y el aumento del subte.
Para la Fundación Capital, el sendero de desinflación podría encontrar un freno en los próximos meses.
Los expertos mencionan, además, la dificultad de salir del cepo (con muchos pesos y sin dólares en el BCRA), y la incertidumbre sobre el esquema de salida, puesto que la competencia de monedas con tipo de cambio flexible y la dolarización parecen más una competencia de regímenes cambiarios que pasos secuenciales complementarios.
La inflación se ubicaría en torno a 5,7% mensual en el tercer trimestre, aunque si se decidiera no seguir avanzando con los aumentos de tarifas en el último trimestre, podría retornar a los niveles previos, indicó la entidad.
Las estimaciones privadas, por otra parte, observan una aceleración de los precios de los alimentos. LCG detectó un alza del 1,5% en la segunda semana del mes.
Y EcoGo registró un incremento del 0,5% en la primera semana, una leve suba respecto a la semana anterior.
El reporte de LCG arroja que las verduras, el azúcar –junto con la miel, los dulces y el cacao– y las bebidas y las infusiones fueron los productos que más aumentaron en la segunda semana del mes, con un alza de 3,9%, 2,8% y 2,4%, respectivamente. Le siguieron los lácteos y los huevos, con 2,3%; y los panificados, los cereales y las pastas, con 1,9%.
Para la Fundación FIEL, los precios subieron 3,8% en la primera semana de junio. De esa suba, 1,2 puntos corresponden a los incrementos en las facturas de electricidad y gas, lo que, según la entidad, rompe con la tendencia de descenso. A ello se suma la suba del Impuesto a las Transferencias de los Combustibles, y su traslado al precio de la nafta.
Según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central, en junio subirá al 5,5%, una leve diferencia que marca el freno a la baja y un leve repunte de los precios.
En el último año, los precios de los alimentos subieron 290%. El cambio más relevante en materia de consumo fue que muchos hogares debieron resignar el consumo de carnes y pescados, porque sus precios se convirtieron en prohibitivos.
Esto deprimió el consumo de carne, que cayó 18% en el primer cuatrimestre, según la Cámara de Industrias y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA).
En el caso del pescado, los más onerosos pueden llegar a costar $30 mil el kilo.
También los embutidos se dispararon con fuerza, con precios que llegan a los $40 mil por kilo, como es el caso del jamón crudo.
Las verduras también vienen experimentando fuertes alzas, y amagan con presionar sobre la inflación de junio.
La aceleración de los precios de los alimentos en los últimos días coincidió con la suba de las cotizaciones de los dólares alternativos.
Por eso, encienden una luz de alerta por el impacto que puedan tener en el índice de precios de junio.
“Habría que irse olvidando de que la inflación empiece con un 4 delante. Será con un 5, y habrá que ver hasta donde rebota”, explicó un consultor especializado en consumo.
AB con información de agencia NA.