Nos tocó quedarnos en casa. Y así la adicción fue ver series. Y así no quisiéramos verlas, tocaba: el televisor nos abduce.
En Netflix lo mejor pasó por Poco Ortodoxa (genial, potente, diferente y corta, sólo de 4 capítulos); Gambito de dama (de lo mejor del 2020 con Anya Taylor-Joy: contundente y convincente); Peaky Blinders (ya es un clásico por su música y esa historia que nos cuenta cómo la mafia conquista la realeza); repetir Mindhunter (que vale la pena para conocer nuestros peores instintos); Algo en que creer (de lo mejor... es nórdica y nos lleva a pensarnos como creyentes en un dios tiránico y poco empático) o Borgen (noruega sobre comunicación política, todo un manual ahora que estamos en campaña).
Fascinante y maravillosa After Life, que nos pone de frente a sobrevivir con sentido cuando el amor nos abandona; Lupin, que dicen es una historia real pero parece de lo más ficcional sobre sofisticados modos de robar; Sex Education, que es encantadora por su modo atrevido de jugar con las hormonas del sexo juvenil; Amor y anarquía es leve, sexualita y divertida y ya; The One, que nos pone en modo del amor científico y serie policíaca; Maid (“Las cosas por limpiar”) es un exitazo; The Crown, que después de su genial temporada 1 y ahora su última fue impecable, nos convirtió en expertos en eso de los reyes; Ten Percent, jocosa y divertida; Stranger Things que encantó en su primera temporada con amores retro.
Love, Death & Robots nos lleva a imaginar lo imposible y soñar con lo real en modo animado, y en ese mismo modo está The Midnight Gospel , que nos invitan a pensarnos distintos; mi heroína preferida por no ser perfecta como heroína que es Jessica Jones. Repetir Alias Grace, una gran historia para mostrarnos los modos perversos de la sociedad del bien que cuenta en literatura Margaret Atwood; Orange Is The New Black nos muestra cómo las mujeres son el último rango de la dignidad; Sense 8, un espectáculo visual y una obra orgánica sobre lo humano; House of Cards y los modos cínicos e indolentes de nuestros políticos; Godless, una obra maestra en visualidades y sonoridades en modo coral femenino; Freud, que convierte en policía investigador a ese ser que se convirtió en el dios del vernos pa´ adentro; La casa de las flores en su primera temporada fascinante por la marihuana de Verónica Castro, la balada romántica y ese personaje de Paulina de la Mora; El reino nos cuenta en modo argentino cómo la religión y la política se casan para matar. Y están además otras que dicen son buenísimas pero que me aburrieron, como Ozark, Better Call Saul, Outer Banks, Bridgerton, Casa de papel. Y en ese mundo de estilos de vida seductores pero drogos están Have a Good Trip, Take Your Pills, Goop lab. Y el encanto de la película más tierna que nos acoge en la cumbia aguada de Ya no estoy aquí.
En HBO ha fascinado Sucession que habla de los hijos de los ricos y cómo son incompetentes en reemplazar a los creadores de los emporios de medios; de lo mejor por cotidiana y contundente Mare of Easttown, con una actuación soberbia de Kate Winslet; el misterio propio de esta plataforma está en I Know This Much Is True; fascinación de alto Nueva York con la bella Nicole Kidman y el galán eterno Hugh Grant en The Undoing; feminista, poderosa y con suspenso de estos tiempos en I May Destroy You; la fascinación de los futuros posibles que va casi desde la ciencia ficción a los mundo digitales está con Devs; me emocionó y puso a pensar Visitantes, que habla de gente de otra época que llega a este mundo y su estilo de vida se pone de moda; The Flight Attendant es misterio, porque es eso que pasa cuando el día anterior la rumba se fue de conciencia y los recuerdos son apenas flashazos.
Muchos me dicen que lo mejor de todo lo mejor y que es imperdible es Primal, animación y filosofía juntas y mejores, y que no debemos perdernos Warrior de Bruce Lee. Y repetir las icónicas Los Soprano sobre la mafia que deja de ir al cura para ir al analista, The Wire para entrar al cinismo e indolencia del poder político, Game of Thrones y su saga de peleas, traición, sexo y muerte; adentrarse en la paranoia de ser gringo y creer que puede hacerse el mundo a su semejanza en Homeland; gozar la primera temporada de Big Little Lies. Y repetir Westworld, esa maravilla que nos muestra cómo habitamos nuestro universo como un parque temático del matar por placer; True Detective, que en modo simple nos mete en el suspenso de “la maldad”; Euphoria, con esa historia fascinante y alucinante de los jóvenes y las drogas; El cuento de la criada, ese relato a lo Atwood: pura distopía que nos ha creado en esta sociedad de los cinismos como clase; Girls que nos muestra cómo las mujeres ironizan sobre su estar en la vida atractiva; In Treatment ese homenaje a la fragilidad que nos habita y a celebrar el conversar como modo de vida; The Deuce y cómo se inventaron la industria del porno en la capital de mundo donde todo está permitido; Watchmen es espectacular en su modo en que nos mete en el mundo de los comics; la brasileña Hard, que nos hace reír del porno con sabrosura.
En Amazon no se pierda las películas La asistente, que nos lleva a vernos desde otras miradas, y Trascender, para los amantes de la ciencia ficción. Tampoco hay que perderse los superhéroes como seres como nosotros llenos de egos, deseos y traiciones en The Boys; Utopia es como si estuviéramos viendo en vivo y en directo la pandemia que nos habitó en esta época; Soul Mates te pone en modo encontrar el amor no por vos, sino por la programación digital; Undone para explorar entre lo real y lo ficcional jugando en modo animación adulta y comedia trágica.
En Directv lo mejor son los documentales como la entrevista sobre esa estrella de nuestros deseos que fue Lady Di y esa belleza fascinante que es The Palace y The Press, los documentales Tiger ,sobre ese fenómeno del golf que cayó en desgracia, Maradona y su época de hacerse ídolo, la belleza y fuerza femenina, pop y popular de Lila Downs: el son de chile frito. Y en series goce Years and Years, el mejor relato que nos cuenta lo que nos espera en la política: cada vez más seremos gobernados por inútiles, indolentes e incompetentes, parecía era ciencia ficción, pero no: mire a nuestros gobernantes. Además tiene a la genial Emma Thompson como protagonista.
Y si agotamos todo el portafolio. Podemos terminar viendo de nuevo Yo soy Betty, la fea o Escobar el patrón del mal o La niña.
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