El último domingo de junio el compositor e intérprete Gustavo Santaolalla ofreció un concierto en Los Ángeles junto a la Filarmónica de esa ciudad. A los pocos días se embarcó en su gira europea. El autor de bandas sonoras como las de Amores perros, 21 gramos, Babel –las tres de Alejandro González Iñárritu– o Brokeback Mountain –de Ang Lee, que le valió su primer Oscar a la “Mejor Música Original” y un Globo de Oro por “Mejor Canción Original”, A Love That Will Never Grow Old– se encontraba en aquel escenario californiano frente a una platea muy joven. El motivo: el concierto estuvo dedicado exclusivamente a The last of us.
El músico argentino es autor de la banda sonora de las dos partes del célebre videojuego y también de la música de la serie de HBO basada en el mismo y protagonizada por Pedro Pascal, una de las sensaciones del año. Con la música de este videojuego en la valija, junto a la de sus famosos filmes y series, además de los temas de las bandas de rock por las que pasó a lo largo de su vida, Santaolalla cruzó el charco y aterrizará en el Festival de la Guitarra de Córdoba, España, el sábado 8 de julio. Lo espera junto a su banda el escenario el Gran Teatro con la gira, Desandando el camino.
-¿Todo suena con orquesta en su cabeza?
-La música no fue concebida de esa manera, con orquestas. En mi forma de trabajar no está la orquesta, aunque tenga varias películas hechas con gran orquesta también, como The Book of Life (El libro de la vida), con noventa músicos, o Brokeback Mountain, con cuarenta de cuerdas. Pero, en general me gusta trabajar de forma minimalista, por mucho que tocar con una orquesta sea muy lindo.
Está la intención y las ganas y lo vamos a hacer: una gira de The last of us Concert alrededor del mundo, que es como un sueño a estas alturas de mi vida poder hacer una cosa así
-Quién iba a decirle que compondría para videojuegos.
-Creo que el de los videojuegos es un universo maravilloso en el que que tuve la suerte de entrar. Yo no soy un buen jugador, soy terrible, pero tengo un hijo que cuando empecé a hacer The last of us tenía quince años, más o menos, y era muy bueno jugando. Siempre me gustaba mucho mirarlo jugar. Y siempre pensé, si algún día alguien hace una conexión emocional con el jugador, algo que se vaya del combate y esto de matar y pelearse, en el momento en que alguien se conecte emocionalmente creo que va a ser un cambio muy fuerte.
-¿Cree que pasó de ser el Gustavo Santaolalla, autor de Brokeback Mountain o de las bandas sonoras de las películas de Iñárritu, al músico de The last of us?
-Sí, sí, es increíble, increíble porque es llegar a los confines del planeta, ¿viste? O sea, que HBO está dando unos números que son increíbles, de todo el planeta. Y de hecho, está la intención y las ganas y lo vamos a hacer: una gira de The last of us Concert alrededor del mundo, que es como un sueño a estas alturas de mi vida poder hacer una cosa así.
-¿Cómo entró en el universo del videojuego?
-Después de los Oscars, de los dos Oscars estos que tuve la bendición de recibir [en 2005 y 2006 por Brokeback Mountain y Babel, respectivamente] se me acercaron varias compañías, una de ellas muy grande, para ofrecerme trabajo en el cine y no era lo que yo estaba buscando. Yo sabía que quería esperar a algo que fuera así como esto, ¿no? Y cuando lo conocí a Neil (Druckmann, el creador de The last of us) y me contó la historia dije: esto es lo que tengo que hacer. Y bueno, viste, tenemos gente que llora jugando. O sea, que tienen momentos emotivos muy fuertes. Y, bueno, luego lo que ocurrió con la serie de HBO que también era un riesgo pasar a eso, como ocurre con quien le gusta más el libro o la obra de teatro que la película o la serie. Pero creo que lo que tiene de poderoso The last of us es que es una gran historia y no es una historia de zombies, es una historia que habla de una complejidad de relaciones entre las personas, sobre todo, en la relación de padre e hija en una situación extrema, apocalíptica. Siempre dije que no siento que hice la música para un videojuego, sino para una gran historia, por lo tanto la podés hacer como videojuego, como teatro de títeres, animación... siempre va a ser una gran historia. Como Romeo y Julieta,. A estas altura de mi carrera tener esta nueva plataforma de comunicación y de expresión me alegra mucho, me sentí muy bien.
Siempre dije que no siento que hice la música para un videojuego, sino para una gran historia, por lo tanto la podés hacer como videojuego, como teatro de títeres, como animación
-Córdoba no será su primer Festival de de la Guitarra. Eric Clapton lo invitó hace unos años al Crossroad Guitar Festival.
-Me invitó de nuevo este año, en septiembre. Y pienso ir.
-¿Le hace especial ilusión tocar en un festival específicamente dedicado a la guitarra?
-Sí, por supuesto. Me hace muchísima ilusión y aparte tengo mucha admiración por otros guitarristas. No me considero un virtuoso ni mucho menos y cuando me invitan siempre voy con la guitarra y también con mi otro compañero que es el roncoco, un instrumento muy particular y que obviamente está ligado con la guitarra. De hecho, proviene de pueblos originarios de Latinoamérica, de las guitarras que venían con los españoles. Y de pronto hacían una jarana o hacían un ronroco o hacían un cuatro, pero está totalmente ligado a la guitarra y a mí me fascina. Tengo una conexión muy fuerte con España, mi abuelo era andaluz, aunque no lo conocí nunca. Y mi abuela, vasca. Yo siempre estuve ocupado con el tema de la identidad, por eso cuando empezamos a hacer rock a mis trece años, influenciado por los Beatles, yo escribía canciones en inglés. Pero me di cuenta que si vivía en Argentina tenía que decir las cosas de una manera que la gente las entendiera. Luego me di cuenta que no bastaba con cantar nada más, sino que había que tocar en nuestro idioma también. Entonces ahí es donde empecé a incorporar ritmos folclóricos de Argentina, de Latinoamérica, instrumentos muy criticados por la inteligencia del rock en el momento, pero después, bueno, el tiempo de alguna manera nos dio la razón. Parte de mi identidad es obviamente ibérica. Yo soy de la tierra y creo que es muy importante recordar de dónde viene uno y hacer un poco ese viaje. Especialmente en los últimos años tuve una necesidad de estar más en contacto con España, entonces estoy muy feliz de poder ir a Córdoba.
Este espectáculo es una especie de viaje por mi vida a través de mi música
-Desandado el camino se titula el show. ¿Qué caminos encontrará el público?
-Por supuesto el rock. Yo en un periodo de treinta años de toda mi larga carrera, que ya son más de cincuenta años, saqué cuatro álbumes solistas, dos instrumentales y dos de canciones y nunca toqué en vivo por distintas circunstancias, sobre todo porque ya tenía mi surco muy exitoso y no podía salir ni a promocionar ni a tocar el disco. Por distintas cosas nunca los toqué, nunca me presenté como solista. Y llegó un momento personal, cosas también de la edad de la vida, que dije ¿cuándo lo voy a hacer? Yo tengo que hacer esto en algún momento. Y ahí es donde sale la idea de hacer este espectáculo, que es una especie de viaje por mi vida a través de mi música. Toco cosas en el show que compuse desde mi juventud hasta ahora, pasando por el primer álbum de Arco Iris, que salió en 1969, hasta lo último de Bajofondo. También pasando por las películas, por los videojuegos, pasando por todo. Es un espectáculo muy personal, muy ligado a mi persona, aunque es muy diverso porque es muy ecléctico y, por supuesto que hay música cantada y música instrumental también, hay una coherencia en todo, que eso también es muy interesante.
Es más, podría desafiar a alguien a que me dijera qué canción corresponde a qué momento o período, porque, de hecho, tengo una canción del primer álbum de Arco Iris que se llama Canción de Cuna para el niño astronauta, que es una de las canciones más modernas que he escrito en mi vida hasta el día de hoy. Entonces, es muy interesante también porque hay gente que me conoce por distintas cosas. Yo tengo fans de la época de Arco Iris, después tengo fans de los ochenta, de Soluna, fans de mis producciones, desde Café Tacuba a Julieta Venegas, Juanes, Molotov o al cuarteto Cronos y, como no, fans de las músicas de las películas y del videojuego. Y es muy interesante lo que pasa porque se produce una conexión muy fuerte con la gente, aunque conozca solo una etapa. Es esa coherencia, ese denominador común a todo.
El rock está presente en todo lo que hago
-¿Se siente un rockero cuando compone para un videojuego o para una película?
-Sí, porque es una actitud de vida la del rock, ¿viste? Es una una forma de plantarte, es una postura como si fuera una postura de Tai Chi o es una una postura frente a las cosas, que puede estar asignada a la fragilidad incluso. Yo vengo de una generación donde el rock and roll era un ritmo de moda. Perdió el roll y quedó solo el rock y en ese rock, bajo esa carpa entraba desde Jimmy Hendrix hasta Donovan con una guitarra acústica. El rock en esa generación se convirtió en el folklore de los jóvenes del mundo. Fue la música que elegimos para manifestar nuestra insatisfacción con el sistema y nuestra crítica al poder. Ese lenguaje abarcaba muchísimo, por eso digo que el rock no es solamente un acorde de guitarra distorsionada, el rock es una actitud que puedes tener también con una guitarra acústica y tocando algo que aparentemente es muy suave. El rock está presente en todo lo que hago.
-Explorando nuevos formatos audiovisuales ¿le gustaría componer música para un podcast?
-Me encantaría poner música para cualquier cosa. Puede ser, de hecho, estoy trabajando en un musical también. O sea, me parece que el sonido, que todo es vibración, todo vibra. Todo son frecuencias. Me parece que el mundo sonoro es algo maravilloso e infinito y me encanta explorarlo en todas sus dimensiones. Tengo una percepción de la realidad muy sonora. Todos lo experimentamos estando en un mercado, por ejemplo. Los sonidos ahí son como muy obvios y todo eso tiene una música también. Me encanta poder explorar todo lo que tenga que ver con el sonido, la música en todos sus formas. El ruido también es música.
-Produjo más de un centenar de discos de artistas muy diversos. Usted que sabe tanto de este arte ¿nos encontramos ante el gran momento de las artistas femeninas?
-Estamos en el mundo en un gran momento de la mujer, pienso. Es un momento que el paradigma ha cambiado y hay un replanteamiento de cómo debemos entender a la mujer que estuvo de alguna manera sometida a una narrativa patriarcal. Entonces, es un momento muy importante en todos los sentidos para la mujer y, por supuesto, eso también se traduce en el arte. Hay una gran artista, voy a ser redundante igual, pero a mí me encanta Rosalía. Me parece que ha traído a la música del mundo, a la escena, al escenario mundial de la música, algo realmente importantísimo y viniendo de la mano de una mujer hispana. Bienvenido sea.
MJ