Con un intervalo de seis años respecto a Spirit, su trabajo anterior, el nuevo disco de Depeche Mode, Memento Mori (Sony), se publicó este 24 de marzo con aroma a despedida, sin que el grupo haya confirmado nada en este sentido, salvo un puñado de indicios que llaman a vivir el último momento feliz antes de la muerte, como señala el título del disco.
El trabajo se publica tras el fallecimiento, en mayo de 2022, de su tercer miembro, Andy Fletcher, cuya aportación compositiva al grupo es mínima pero su presencia fue clave para mantener al grupo unido a pesar de las décadas. Al menos a preservar eso que es Depeche Mode como entidad, como empresa, como maquinaria, a pesar del choque de egos que en algún momento pudieron representar Martin Gore y Dave Gahan, así como las pérdidas de antiguos compañeros, como Vince Clarke pero sobre todo Alan Wilder, y de las posibles desidias o distracciones.
Como es habitual, el disco se acompaña de una gira mundial, que arrancó la noche del jueves en Sacramento (California, EEUU) y en cuyo setlist solo incluyeron cinco canciones de Memento Mori: My Cosmos Is Mine, Wagging Tongue, Soul With Me, Ghosts Again y My Favourite Stranger. Cinco temas de entre 12, que analizamos aquí con detalle.
'My Cosmos Is Mine'
El disco comienza muy lento, árido, arisco, como sonaría una canción creada para ser escuchada en el interior de un coche estacionado de noche en mitad del desierto. Es siempre importante elegir cuál es la primera canción de un elepé porque es una puerta de entrada, una declaración de intenciones. En este caso, Gore y Gahan nos avanzan que se viene un disco lento, muy electrónico, de sonoridad espacial. Decir cósmico sería redundante con respecto al título de la canción, pero es exactamente eso.
Se trata del segundo single del disco, que ya se había publicado. La letra nos habla en primera persona de cómo es el mundo martingoriano en el que vive cuando mira hacia adentro: no hay guerra, no hay temor, no hay miedo, no hay nubes ni lluvia.
'Wagging Tongue'
El segundo paso en el mundo de Memento Mori también es conocido por los fans, al igual que My Cosmos Is Mine, pero esta vez de manera involuntaria, ya que la canción —al igual que el disco, por otro lado— se había filtrado previamente. La obsesión de Martin Gore con los sintetizadores vintage lo lleva a encontrar aquí unas secuencias kraftwerkianas y que recuerdan al krautrock más pop, como el de Neu!, un territorio synthpop que el grupo ya había transitado en sus primeros discos, ya que las programaciones electrónicas vienen acompañadas de una melodía vocal quizás excesivamente simple. Digamos también que iluminada pero no por su genialidad, sino como término opuesto a la oscuridad; lo oscuro como elemento frío, misterioso, difícil, estremecedor, al que nos acostumbró Depeche Mode en sus mejores momentos.
Esta sería la cuarta canción de autoría compartida entre Gore y Gahan en toda la carrera del grupo, una dinámica que viene sucediendo desde el año 2009.
'Ghosts Again'
Llega aquí el que fue el primer single del disco, publicado de manera adelantada el pasado 9 de febrero. Una grandísima canción, de ritmo más rápido de las anteriores, con una brillante actuación vocal de Gahan y una declarada intención optimista, transmitiendo un ímpetu por salir adelante desde algún lugar arrebatado por la nostalgia. No solo es perfecto el desempeño vocal del frontman sino también el de Martin Gore, que aporta unos coros que arropan y sustentan la canción en su justa medida, a diferencia de Wagging Tongue, en donde Gore recurre a su socorrido y forzado vibrato.
Una de las novedades que aporta este disco respecto a la carrera de Depeche Mode hasta la fecha es la inédita implicación de Richard Butler (cantante del grupo británico The Psychedelic Furs) acompañando a Gore en la composición. Esta es su primera aparición en el disco y toda responsabilidad que se le pueda atribuir, no puede ser más que para bien.
'Don’t Say You Love Me'
Al fin aparece una canción desconocida. “Tú serás el asesino, yo seré el cadáver” es uno de los primeros y acerados versos de este tema dulcemente regado con guitarras cristalinas y un Gahan que se pone acertadamente crooner en una bella canción compuesta por Gore junto a, de nuevo, Richard Butler. Le aportan una carismática personalidad en la canción las cuerdas, envolviendo la voz de Dave Gahan, en un tipo de canción extraña en el grupo pero que, en este caso, bordan.
'My Favourite Stranger'
Se inicia con una prometedora línea de bajo sintético, atravesada con latigazos que recuerdan cierta suciedad noventera (a lo Garbage) tímidamente cercana a lo que el grupo ensayó en su disco Ultra (1997).
De nuevo una más que bienvenida colaboración compositiva con Richard Butler que explora una sonoridad algo más glam de lo habitual, siempre en los parámetros de pop electrónico en los que nos movemos.
También es interesante y sugerente la letra de la canción, una extrañeza noir en la que el protagonista encuentra en su reflejo en el espejo a alguien que se le parece pero que le resulta un desconocido, alguien que perpetra un crimen en su nombre.
'Soul With Me'
Llegó 'el momento Martin Gore’, el tema —dos suele ser más habitual pero aquí solo hay uno— que el compositor y segundo cantante se reserva para él: siempre canciones lentas e intensas que él les da una connotación especial, que por algún motivo siente que ha de cantar él y no Gahan, para quien lleva componiendo toda la vida. El extraño arranque de Soul With Me, con coros celestiales y colchones ambientales nos conducen hacia una vaporosa producción que a veces recuerda a las grandes baladas de los 50 —una sonoridad también presente en Don’t Say You Love Me— pero también de los y las baladistas más ampulosos de los 80. A Olivia Newton John le habría encantado cantarla. A Martin también se lo ve encantado consigo mismo de cantarla pero bien podría haber acortado la duración de estos cuatro minutos a la mitad.
'Caroline’s Monkey'
Continúa la colaboración entre Butler y Gore en un tema con un estribillo sorprendente y no precisamente por la mejor de sus connotaciones sino porque resulta extraño tanto dentro de la canción como dentro de lo que podría considerarse sonido depechero. Repiquetea en él un aire setentero pero también New Wave. Las estrofas, en cambio, podríamos atribuirlas a un Nick Cave que hiciera technopop en lugar de oscuro blues tabernero.
'Before We Drown'
La primera aportación compositiva de Gahan llega con ciertos sonidos orientalistas, con unas bases bastante melódicas, cargadas de lirismo, que aparecen salpicadas por algún sonido que recuerda a los gustos y querencias de Gary Numan y que busca crecer, en intensidad y amplitud, como queriendo ser más grande, más honda y más rápida, pero solo un poco. Ese es un problema recurrente en este disco, si es que queremos verlo como problema, y es que se trata de un trabajo compositivo contenido, que no quiere salirse de sus márgenes, que pareciera que no quiere molestar a nadie. Según como se mire puede ser también algo bueno: la voluntad de hacer algo pequeño y precioso que cabe dentro de una cajita. No obstante, quien conoce bien la carrera de Depeche Mode, sabe que es un grupo que buscó salirse de la caja todo lo que pudo, sus momentos más espectaculares suceden precisamente cuando son capaces de desbocarse.
En este tema y como es habitual en Dave Gahan, se hace acompañar en la composición de sus amigos y compañeros de directo Peter Gordeno (teclista) y Christian Eigner (batería).
'People Are Good'
Al igual que pasará más adelante con otra canción, surgió cierta suspicacia ante un título que compartía las primeras palabras con otro incunable, People Are People, lo cual desató teorías sobre si estas canciones conversan, de alguna manera, con el pasado. Tratándose como se trata de un disco capitular, de un posible cierre de carrera, podría tener sentido. Pero una vez escuchada la canción e inspeccionada la letra, no hay mayor indicio de tal cosa. En esta canción compuesta por Gore, su autor hace lo posible por autoconvencerse de que la gente es buena incluso cuando hacen cosas malas.
Sobre unas bases rítmicas contundentes muy influenciadas por Kraftwerk, se pintan unas estrofas convincentes, con un Gahan que se luce en lo coral, y un estribillo bochornoso, así como un puente por el que dan ganas de tirarse (para hacerlo más corto) pero que da paso de nuevo a la estrofa, que se repite excesivamente sin aportar nada en ello. La canción acaba con un eco en el que se repite a sí misma, como si no supiera darse por vencida. Por encima de todo eso, algún incomprensible latigazo de guitarra distorsionada.
'Always You'
Aquí Martin Gore compone en solitario una canción que de nuevo se asienta en la electrónica minimal sobre la que está construida Memento Mori y que le hace a uno preguntarse para qué servirá Christian Eigner sobre el escenario durante las canciones de este disco.
Este es uno de los temas del álbum donde se demuestra de manera más evidente la orfebrería que lo sustenta: la belleza de su intrincada milhoja de sintetizadores.
Nos encontramos ante una típica canción de exaltación romántica de Gore con interpretación vocal a cargo de un Gahan que crece y deslumbra en la segunda parte.
'Never Let Me Go'
Ojo, que asoma la darkwave en el disco en una canción que lanza la caña a momentos pretéritos depecheros que son toda una resurrección del ánimo del fan, sobre todo en este punto del disco donde el elepé empieza a adolecer de uniformidad. A nadie se le pasa por alto que las tres primeras palabras de este título nos llevan a otras tres primeras palabras de uno de los grandes himnos del grupo, lo cual había despertado los recelos cuando se conocieron los títulos, mucho tiempo antes de poder escuchar las canciones.
Musicalmente esta canción no se parece a Never Let Me Down Again y ni de lejos es tan buena como ella, pero sí que es una de las mejores del disco. Voz y música parece que van al unísono en la misma dirección (a diferencia del tema anterior, donde se podría decir que voz y bases son dos canciones diferentes). Esta canción acelera el tempo del disco, lo cual se agradece, e introduce una refrescante guitarra que electrifica el ambiente.
En la cuestión lírica aparece, una vez más, el clásico tema martingoriano de la estrella que luce en la oscuridad, un clásico de la casa.
'Speak To Me'
Termina el disco con una balada atribuida a Dave Gahan en la que han intervenido en su composición, además de Christian Eigner, los productores del disco: James Ford (productor también de Spirit, su anterior disco de 2017) y una recién llegada al equipo depechero, Marta Salogni, una ingeniera italiana especializada en experimentación vintage como la que se usaba en el krautrock alemán de los 70 para crear loops y efectos con aparatos de cinta magnética, por lo que no es de extrañar que Martin la haya reclutado con entusiasmo para Memento Mori.
Una lástima que el que podría haber sido un muy buen disco, sin duda el mejor desde Playing The Angel (2005), haya incluido esta canción, que no debería haber pasado el corte, así como alguna otra que debería haber sido expurgada para así dejar el elepé de vinilo en solo dos caras, y no las tres (con dos discos en total, dejando una vacía) sobre el que se comercializa Memento Mori, además de cedé y, sorprendentemente, una fetichista cinta de casete.
EC