En Alcobendas, a las afueras de Madrid, a mediados de los años 80, una niña soñaba con ser actriz. Lo hacía desde el living de su casa, espiando a las señoras que acudían a la peluquería de su madre, imaginando que las calles de su barrio eran un decorado en el que imaginaba otras vidas y visitaba otros mundos. Aquella niña recibía, este sábado, el Premio Nacional de Cinematografía de España convertida en la intérprete española más premiada en la historia. Penélope Cruz tiene todos los premios, trabajó con los mejores directores y, sin embargo, como destacaba el ministro Miquel Iceta, hasta ahora no le había tocado a ella la mayor distinción que se otorga desde las instituciones públicas de ese país.
Cruz recibió el galardón emocionada, llorando, y dedicando el premio a su familia y a aquellos directores que le abrieron las puertas. También anunciando que la dotación económica del galardón (30.000 euros), irá destinada a causas sociales. Un tercio irá para la Plataforma de los afectados por la Hipoteca, tema que le toca de cerca y del que habla la película En los márgenes, que produce y protagoniza, otro tercio para la unidad CRIS contra el cáncer de La Paz y el último para el fondo asistencial para actores en precariedad de AISGE, una iniciativa que fue creada por su suegra, Pilar Bardem.
La actriz explicaba a la prensa tras recoger el premio que era importante para ella donar la dotación y elegir bien las causas. Por ello eligió a tres que conoce bien. Destacó la labor de la PAH y cómo después de rodar este filme conoce “con nombres y apellidos” a personas afectadas y lo mucho que este dinero les puede ayudar. Igual pasa con la unidad CRIS, que explicó que trató a personas cercanas a ellas. También conocía de primera mano ese fondo para actores en situaciones difíciles, “especialmente mayores”.
Por supuesto se acordó de sus padres, que “tuvieron la generosidad” de apoyarla en una elección difícil. Entrar en un mundo que no conocían. “No teníamos ni un cine cerca, ni un pariente dedicado a esto, sólo un betamax de 300 kilos”, recordaba con los ojos vidriosos tras la entrega. Hubo una mención a sus maestros, Cristina Rota y Juan Carlos Corazza, y también para Bigas Luna, y Fernando Trueba, pero sobre todo para Pedro Almodóvar, “una de las personas que mejor ha relatado nuestro país, una figura imprescindible para entender el cine”. También a su representante desde que tenía 15 años, Katrina Bayonas, a la que agradeció que no la echara la tercera vez que siendo una adolescente se presentó en su oficina.
Antes que ella hablaron dos de sus grandes amigos, la actriz Goya Toledo y el actor Luis Tosar, que habló de “todas las Penélopes, la madre, a la hermana, a la hija, a la compañera, a la amiga, a la vecina”. “Las conozco a todas y todas sois poderosas, firmes, entusiastas, solidarias, empáticas, simpáticas, revolucionarias, comprometidas, graciosas y todas ellas sois la misma, y la única. Seguramente no eres consciente de lo que supones para nuestra industria y nuestra cultura la influencia para miles de personas aquí y fuera por mucho tiempo. O quizás no pretendas hacerlo, pero tu bondad, compromiso, amor y trabajo hablan por si solos. Esas características no son solo de la Penélope actriz, sino de las otras. Creo sinceramente que para ser una extraordinaria actriz, hay que ser antes una extraordinaria persona. Y a esa la conozco”, dijo el intérprete con el que actúa en En los márgenes.
JZ