Cuando Vivi Pozzebón estaba por tomarse un año sabático para repensar un poco su carrera, se ganó un Premio Gardel. Su disco Tamboreras por el Mundo, Vol. 1 fue distinguido en la categoría de mejor álbum instrumental-fusión-world music y entonces todo cambió.
La percusionista, cantante y compositora cordobesa, de treinta años de trayectoria, comenzó a armar una banda nueva en Buenos Aires, a donde se mudó en marzo, y se empezaron a abrir las puertas.
Co-directora de la Escuela Internacional de Tamboreras, Pozzebón se hizo conocida a mediados de los 90 como integrante del cuarteto vocal De Boca en Boca y después como gestora de varios proyectos que buscan empoderar a las mujeres a través de la percusión y como investigadora en ritmos de diversos lugares del mundo.
Esta entrevista se hizo antes de que viajara a Europa, donde está ahora de gira por diversos festivales y mercados musicales.
A Pozzebón la música le llamó la atención desde chica. Y también el escenario. “Me acuerdo que en el jardín de infantes era muy tímida y la cuestión de subir a escena y de estar ahí, enfrentar esa situación, me daba un poderío importante”
Estudió piano desde chica en su pueblo, Los Surgentes, en el sudeste de Córdoba. Luego se mudó a Córdoba capital y en el coro de lo que entonces era el Seminario del Teatro Libertador conoció a quienes serían sus compañeras de De Boca en Boca.
Mientras hacía la carrera de composición musical en la Universidad de Córdoba, iba integrando diversos grupos. “En uno de los primeros grupos, yo hacía coros y empecé muy tímidamente con la percusión, tocando las timbaletas, pero sin saber qué era y sin saber lo que era la música latina ni nada”.
“Después integré un grupo que se llamó Bandula, con los hermanos Rivarola: Pelu Rivarola, percusionista, que vivía en México y que venía de tocar con lo que era el principio de Lila Downs, y Titi Rivarola, que fue un gran referente de la música de rock y de la producción en Córdoba. Fue como el padrino musical de Eruca Sativa. Yo tenía 20 años y absorbía todas esas influencias. Tocaba el teclado pero de una manera ya percusiva. Y Pelu vino con toda esa impronta caribeña. Y lo vi a él por primera vez tocar las congas, que yo nunca había visto en vivo. Ahí empezó mi contacto con lo rítmico y la percusión”.
Después, a partir de un taller de percusión de Esteban Gutiérrez, conoció a un montón de mujeres que siguieron en esa senda. Una de ellas fue Lili Zavala, con la que después encaró el proyecto Tamboreras Mujeres al Tambor (Escuela Internacional de Tamboreras), que está cumpliendo 13 años.
Con De Boca en Boca, la cordobesa tuvo la oportunidad de viajar muchísimo y compartir escenarios con grandes de la música como Cecilia Todd o Rubén Blades. El grupo incluso llegó a grabar un disco con Blades, que ganó un Grammy.
Otros dos hechos marcaron a la cordobesa: integró un grupo de Bam Bam Miranda, percusionista peruano que tocó con la Mona Jiménez y que tenía una banda de latin jazz. Miranda, recuerda Pozzebón, tuvo mucho que ver con los cambios en la rítmica del cuarteto, ese género tan característico de Córdoba. “Justo cuando él llegó, se estaba implementando la rítmica del merengue en el cuarteto. Eso fue a principios de los 90. A partir de eso, el cuarteto cambió su estructura para siempre, porque hoy por hoy no se concibe el cuarteto sin esa formación rítmica de las tres percusiones del merengue que son tambora, las congas y la güira”.
Y en el 2002, Pozzebón se ganó una beca para perfeccionarse en Cuba. “Fue un quiebre para mí, porque fue estar ahí y presenciar todo un montón de cosas que yo venía estudiando y venía viendo, pero una cosa es que te que den las cosas por segunda mano y otra es verlas y vivirla”.
Escuela Internacional de Tamboreras
Un año antes que ella había estado en Cuba su amiga Lili Zavala, que conoció ahí a su compañero y se fue a vivir a Suecia. Pero siguieron en contacto. “Con Lili tuvimos la idea de la Escuela Internacional de Tamboreras a partir de un taller. Fue en octubre del 2010 en Córdoba. Vimos la necesidad de todas las mujeres que estaban ahí de poder tener un espacio solamente de mujeres, un espacio cuidado, donde no hubiera un juicio de valor sobre los cuerpos o sobre cómo tocar, sino que fuera una cuestión más horizontal, más armoniosa, más amorosa. Y a partir de ahí empezamos”.
Cada vez que Zavala viajaba a Córdoba, organizaban unos encuentros de dos o tres días en algún lugar de las Sierras. “Y desde el 2014 empecé a dar talleres de forma regular un domingo al mes, en distintos lugares de Córdoba, hasta la pandemia”.
Todo este proceso está reflejado en el documental Tamboreras - Mujeres al Tambor. “Para el final de ese documental empezamos a implementar un formato que es el Retiro de Tamboreras, que es un poco como esos encuentros que hacíamos pero de más días y con la posibilidad de invitar a otras talleristas”.
Y el que tomó más forma y tiene más convocatoria es el Retiro Internacional de Tamboreras de la Patagonia, que se hace todos los años en verano en Bariloche, en el Camping Musical. El próximo ya tiene fecha: será del 6 al 12 de febrero.
“En esos años también dirigí un grupo de percusionistas de Córdoba que se llamó Tamboreras Ensamble. Es como una comunidad que va creciendo cada vez más. Decimos que la escuela es itinerante porque es donde nos movemos nosotras. De hecho, ahora yo estoy en viviendo en Buenos Aires y doy mis talleres mensuales acá”.
También hay una masterclass de Pozzebón para descargar de la plataforma Louderband. “Así que tenemos hoy por hoy estos tres formatos: talleres, retiros y masterclass”.
El disco 'Tamboreras por el mundo. Vol. 1“
Respecto del disco que ganó el Gardel, nació durante la pandemia. Al comienzo de la cuarentena, Pozzebón hizo un vivo de Instagram con Lili Zavala un domingo al mediodía. Una semana después, hizo lo mismo con Fer Bértola, integrante de La Melaza Candombe de Uruguay. “Y como teníamos que seguir guardados, seguí. Hice 26 o 27 entrevistas todos los domingos. Las entrevistadas fueron mujeres de Chile, Brasil, Perú, Cuba, Panamá, España, muchas percusionistas de acá de Argentina, de distintas provincias. Y a ese ciclo lo llamé Tamboreras por el mundo”.
Con ese concepto, se presentó a una convocatoria de Ibermúsicas. Así nació este EP de cinco canciones. “Invité a algunas de las tamboreras a las que había hecho las entrevistas. Son Yissy García de Cuba, Milagros Blades de Panamá, Lili Zavala de Suecia, SES, una cantautora gallega, La Melaza Candombe de Uruguay, Jenn del tambó y Orito cantora de Colombia”.
El proceso de grabación, que fue todo a distancia, empezó en enero del 2021. “Yo grababa las bases de los temas y les decía a las que participaban: bueno, acá grabá tus cosas. Cada una grababa en su casa o en un espacio más profesional. En algún caso tuve que alquilar lugares, por ejemplo para La Melaza Candombe, que tenían que sí o sí ir a un lugar profesional y grande porque eran como 30 mujeres tocando el tambor”.
El disco terminó saliendo por el sello Los Años Luz. “El año pasado lo presenté acá en marzo en Café Berlín. Lo hemos presentado después en Córdoba. Y a fines del año pasado surgió la posibilidad de venir a vivir acá. Al mes y medio me enteré que el disco estaba nominado. Eso fue una alegría porque yo un poco quería tomarme un año sabático. Justamente el hecho de venir a Buenos Aires era un poco para renovarnos y ver cómo seguir. Porque esta carrera tiene muchos altibajos. De hecho, en los últimos años le he dado mucha energía a los talleres, a la escuela, como una forma de laburo, y la parte de artista en el escenario la tenía un poco relegada”.
La nominación se convirtió en premio y el Gardel le abrió un mundo de posibilidades. “Me puse las pilas y empecé a formar una banda nueva acá en Buenos Aires. Hicimos una presentación en el Centro Cultural Borges, que estuvo hermosa, que fue como una representación del disco. Y estoy muy contenta porque el sonido del trío que estoy armando me gustó mucho. Yo, obviamente, estoy en las percusiones y las voces. Joel Costas, en guitarra eléctrica, y Tuten Mapu, en el bajo”.
¿Va a haber un volumen 2? “La intención es que haya varios volúmenes con distintas tamboreras del mundo. Justamente ahora hay un par de convocatorias en las que me estoy presentando para ver si puedo abordar otro volumen”.
Por estos días, Pozzebón está culminando una gira por Europa, que la llevará en los próximos días al Womex, el festival más importante de world music, que este año se celebra entre el 25 y el 29 de octubre en A Coruña, Galicia. Antes con su compañera y manager Karol Zingali estuvieron en el Mercado de la Música Viva en Vic, cerca de Barcelona, en el Mama Music de París, y en la expo EXIB de Setúbal, Portugal. En el medio, también dio talleres y se presentó en París, Lisboa, Barcelona y Mallorca.
Cuando vuelva a Buenos Aires, ya tiene prevista otra fecha para presentar su disco y además organizará el Festival Tamboreras en la Boca, donde vive ahora. “Vamos a hacer dos días de jornadas de talleres gratuitos y un show que va a ser el comienzo del festival”.
¿Y cuánto cambiaron las cosas para las mujeres en la música en estos 30 años? “Éramos muy pocas las mujeres arriba del escenario, en Córdoba y en la escena nacional también. Ahora, por suerte, se ven muchas más mujeres y disidencias. Han tenido que ver muchísimo, obviamente, todos estos años de visibilización de las mujeres en todos los terrenos profesionales. Y puntualmente en la música todo lo que ha hecho el INAMU con la ley de cupo en eventos musicales, que en realidad fue un esfuerzo federal, porque en cada provincia hubo músicas autoconvocadas que hicieron posible que esto sucediera. Así que el panorama es mucho mejor. Pero si bien hay una ley, siempre hay que ir atrás, porque muchos festivales no la cumplen, sobre todo en el interior. Entonces creo que hay un montón de cosas hechas que están buenísimas, pero hay que seguir porque esto recién empieza”.
“Raíces” fue un programa radial dedicado a la música de raíz de Argentina y Latinoamérica que la periodista entrerriana Blanca Rébori condujo durante más de 30 años en diferentes emisoras. Titulamos esta columna con ese nombre en homenaje a su labor.
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