En una jornada de masivas movilizaciones contra el Gobierno, decenas de miles de brasileños salieron este sábado a las calles en varias de las principales ciudades del país para protestar contra la gestión de la pandemia del presidente Jair Bolsonaro, pedir que implemente una estrategia nacional de contención y ayude a acelerar la vacunación.
“Fuera Bolsonaro”, “Bolsonaro genocida” y “Vacunas ya” fueron algunas de las consignas que se escuchaban y leían en las primeras marchas en Río de Janeiro, uno de los estados más golpeados por el coronavirus, la capital Brasilia, Bahía, Minas Gerais y Pernambuco, según la agencia de noticias AFP.
La jornada de protestas fue convocada por sindicatos, organizaciones de izquierda y movimientos sociales, entre otros, en todos los estados del país, y se espera que se replique en al menos 135 ciudades a lo largo de todo el día. Los organizadores pidieron que todos usen tapabocas, respeten un distanciamiento mínimo y en algunos casos, como en Río, se vio a personas repartiendo alcohol para higienizarse y evitar contagios masivos.
En la ciudad de Recife, la capital de Pernambuco, la policía militar reprimió a los manifestantes lanzándoles gases lacrimógenos, lo que provocó que las movilizaciones terminaran temprano, informó el portal de noticias G1.
En otras ciudades, en tanto, la policía desplegó cientos de oficiales para seguir las movilizaciones de cerca, pero el clima fue tranquilo, con inflables gigantes con la cara del mandatario y un decorado de carteles muy variados.
En Río, Salvador y Brasilia, los manifestantes pidieron acelerar la campaña de vacunación, volver a aprobar ayudas directas por la situación excepcional y revalorizar la educación y salud públicas.
En las movilizaciones hubo claras referencias a las denuncias que reveló la comisión del Senado que investiga la gestión de Bolsonaro. En las últimas semanas se supo que el mandatario frenó el inicio de la vacunación masiva por su negativa a apoyar una vacuna china, aparentemente solo por su origen, y financió y priorizó la distribución de medicamentos no probados para el coronavirus en vez de ayudar con oxígeno medicinal o camas extras a los estados que se colapsaron en el último año y medio, una escena que se repitió varias veces en Brasil.
Las marchas de hoy también buscan ser una contracara a las de hace dos fines de semanas, cuando miles de personas se manifestaron en varias ciudades del país, convocadas por el presidente, para expresar su rechazo a las cuarentenas y al escepticismo frente a las medidas preventivas impulsadas por gobernadores, alcaldes y expertos científicos en Brasil.
Bolsonaro decidió hacer esa convocatoria mientras enfrenta una serie de malas noticias a nivel interno: a las constantes denuncias desde la comisión investigadora del Senado se suma la rehabilitación de los derechos políticos del expresidente y líder opositor Luiz Inácio Lula da Silva, quien crece cada vez más en las encuestas, en paralelo a la caída constante del apoyo al actual mandatario, hasta un nivel histórico del 24%, según el último sondeo de Datafolha.
Este escenario no para de empeorar para Bolsonaro, especialmente de cara a las presidenciales del año próximo, ya que Lula sigue sumando aliados políticos y profundiza la polarización preelectoral, y mientras referentes científicos de Brasil ya pronostican una posible tercera ola de contagios, que sin duda traerá nuevas restricciones y choques con gobernadores y alcaldes de todo el país.
CB con información de agencias