El Gobierno de México publicó el martes los lineamientos para la producción, investigación y uso medicinal de cannabis y derivados farmacológicos. La reglamentación llega después de la reforma de la ley General de Salud en 2017 y luego de que en el 2019 la Corte Suprema obligara a la Secretaria de Salud a avanzar con el proceso. Con el terreno medicinal despejado, el Congreso mexicano se prepara para legalizar el uso recreativo de marihuana, un movimiento que convertiría a México, que cuenta con una población superior a los 126 millones de habitantes, en el mercado legal de cannabis más grande del mundo.
La nueva regulación permite a empresas farmacéuticas comenzar a realizar investigaciones médicas sobre productos de cannabis con el permiso de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS). Los laboratorios donde se lleven a cabo los estudios serán controlados por las autoridades sanitarias pero tendrán carácter independiente. La norma establece que se deberá tramitar un permiso de siembra de cannabis a través del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA).
“Es un parteaguas que nos va sacando del exilio legal y el exilio médico, que nos cerraban las puertas. Creo que este reglamento obliga a médicos a informarse un poco más”, le dijo al sitio Animal Político Margarita Garfias, integrante del colectivo Familias y Retos Extraordinarios, una asociación de padres que desde hace varios años pelea por la legalización del uso medicinal de cannabis para tratar a hijos con discapacidades. De hecho, fueron los padres de una menor con discapacidad, Graciela Elizalde, quienes abrieron la discusión sobre la aplicación terapéutica del cannabis en México, tras solicitar en 2015 un permiso para importar aceite de cannabis, que fue denegado. La familia luego lo consiguió con un amparo en la Justicia. Dos años después se aprobó una reforma a la ley General de Salud para incorporar el tratamiento con productos de cannabis.
La reglamentación entró en vigor este miércoles y permitirá el desembarco de empresas de producción de cannabis, mayormente de Estados Unidos y Canadá, que aguardaban la habilitación en el terreno medicinal para avanzar con inversiones. Los puntos flojos de los lineamientos anunciados, según activistas mexicanos, es que no resuelven la cuestión del autocultivo y las trabas en el acceso a medicamentos para quienes no pueden importarlos en el corto plazo, dado que la instalación de una oferta de medicamentos en el país llevará tiempo.
La luz verde para la investigación, producción y uso de cannabis en el ámbito medicinal es un paso más en el camino para legalizar la marihuana en México. A fines de noviembre pasado, el Senado mexicano aprobó la legalización y despenalización para uso recreativo, bajo la ley para la Regulación del Cannabis. El proyecto crea un Instituto para la comercialización, importación y exportación de cannabis, y permite a las personas usuarias portar para consumo personal hasta 28 gramos, que por el momento no estará habilitado en espacios públicos. La ley deberá ser aprobada por la Cámara de Diputados, cuyo tratamiento y aprobación se espera a partir de febrero. La Corte Suprema mexicana estableció el 30 de abril como fecha límite para que se acepte el proyecto.
Potencial
De no mediar contratiempos, México se convertirá en los próximos meses en el mercado legal de cannabis más grande del mundo. Empresarios nacionales y extranjeros se preparan para un “boom” económico. Según Guillermo Nieto, presidente de la Asociación Nacional de la Industria del Cannabis (Anicann) y uno de los protagonistas en la discusión económica de la legalización del cannabis, para 2021 podría activarse un mercado potencial de US$5.000 millones anuales. La Anicann nuclea a más de 200 empresarios “listos para invertir” y, según Nieto, el potencial de producción es tres veces mayor al que ostentan las cosechas en Estados Unidos y Canadá.
“Esa competitividad, en un mercado como el que se viene, nos puede volver punta de lanza a los mexicanos en una nueva economía verde. A nosotros nos gusta pensar que México se va a convertir en el principal productor de patentes cannábicas en el mundo”, señaló el empresario el año pasado. “Es el nuevo oro verde. Hoy que estamos pensando en que ya no tenemos petróleo, pues debemos pensar en esto, que aparte es renovable. Cada 20 semanas un agricultor puede volver a sembrar”, agregó.
De acuerdo a Erick Ponce, presidente del Grupo Promotor de la Industria de Cannabis (GPIC), un mercado legal de cannabis podría generar entre 100,000 a 250,000 empleos de forma directa e indirecta, y producir dividendos de entre US$8.000 y 10.000 millones para 2025, según contó en una entrevista a Business Insider México.
No son únicamente los jugadores locales quienes miran con buenos ojos la apertura de un mercado legal de cannabis en México. Según informó Reuters, las gigantes Canopy Growth y The Green Organic Dutchman, de Canadá, junto a una unidad de la californiana Medical Marijuana Inc, están “ansiosas” para acceder al flamante mercado. El interés de estas compañías se ha vuelto un foco de preocupación para activistas mexicanos, que temen que las regulaciones favorezcan mayormente a los intereses comerciales, y sobre todo extranjeros. Esa fue, de hecho, la principal crítica a la publicación del reglamento para la producción y uso medicinal: el mayor fomento a las grandes empresas productoras extranjeras que a las familias de pacientes pobres que hoy no pueden acceder al cannabis medicinal.
La economía no será el único terreno a tener en cuenta en un país donde el narcotráfico causa estragos. En 2019 México vivió el año más sangriento de su historia reciente, con más de 34.000 asesinatos, una gran parte de ellos producto del conflicto conocido como la “guerra del narco”. El interrogante principal respecto a la legalización del cannabis en México se encuentra en este plano. Para los promotores de la iniciativa, legalizarlo podría contribuir a reducir notablemente las muertes que se registran hoy por el tráfico ilegal de marihuana, mientras que la despenalización sacaría de la cárcel a un número importante de consumidores y productores de cannabis.
“Lo primero que va a pasar es que ningún mexicano morirá o irá a la cárcel por esta planta”, dijo Nieto. “Con eso, todos ganan”.
NZ