Las devastadoras inundaciones en el sur de Brasil provocaron la muerte de al menos 37 personas en el estado de Rio Grande do Sul, según el último parte de las autoridades divulgado este viernes.
A los fallecidos se suman 74 desaparecidos, 74 heridos y miles de personas desalojadas, de las cuales 7.949 se encuentran en refugios públicos y otras 23.598 en casas de familiares o amigos, según la Defensa Civil de Rio Grande do Sul, estado fronterizo con Uruguay y Argentina.
La mitad de los municipios del estado se vieron afectados, incluida la capital regional, Porto Alegre, cuyo centro histórico está inundado después de que el río Guaíba se desbordara, al alcanzar su nivel más alto en ocho décadas.
Cerca de 200 calles de la ciudad y una decena de centros de salud tuvieron que ser cerrados, y el Ayuntamiento bloqueó todos los accesos al centro histórico.
De hecho, los puentes que cruzan el río en dirección a esta ciudad de 1,3 millones de habitantes también fueron cerrados al tráfico, excepto para ambulancias y vehículos de rescate.
Un día después de visitar la región afectada, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó que esta era “una de las mayores inundaciones” de las que tenía conocimiento y repitió que el Gobierno no iba a escatimar recursos para atender la tragedia.
Las Fuerzas Armadas desplegaron 900 militares y nueve aeronaves para ayudar en las labores de rescate.
Rio Grande do Sul, con una población de 11 millones de personas, sufrió en el último año una serie de eventos climáticos extremos asociados al fenómeno de El Niño, que provoca un aumento de las precipitaciones en el sur del país.
Porto Alegre esperaban la llegada de las inundaciones pero no tan graves
Los habitantes de los barrios próximos al río Guaíba en la ciudad de Porto Alegre esperaban las inundaciones que enfrentan este viernes pero no creían que serían tan graves.
El nivel de las aguas del Guaíba subió a 4,5 metros en la mañana de este viernes, su mayor elevación desde 1941 (4,76 metros), e inundó numerosas avenidas en Porto Alegre, capital de Rio Grande do Sul -estado fronterizo con Argentina y Uruguay- y donde viven 1,3 millones de habitantes).
Las inundaciones tomaron no solo las áreas próximas a la orilla sino también importantes avenidas como Mauá y Conceiçao y hasta la terminal de autobuses intermunicipales y los centros de entrenamiento del Internacional y el Gremio, los dos mayores clubes de fútbol de Porto Alegre.
La alcaldía había alertado que la subida de las aguas sería histórica y algunos habitantes de las regiones más bajas llegaron a prepararse, pero no calcularon que la situación sería tan grave.
Tal fue el caso del comerciante Itamar Adams, de 51 años, que el pasado miércoles ayudó a su cuñada a retirar parte de los muebles del primer piso de una vivienda que sabían que se inundaría pero este viernes tuvo que volver a intentar rescatar lo que creían que habían dejado a salvo en la segunda planta del inmueble.
“La situación es horrible. Aún nos quedan muchas cosas para retirar. El viernes llevamos un camión y retiramos lo que había en el primer piso, incluso la heladera, porque sabíamos que el agua iba a subir bastante”, dijo.
El comerciante agregó que este viernes tuvo que volver, con un barco y una motocicleta acuática, para retirar objetos de valor, como computadores y electrodomésticos, que habían subido al segundo piso, a donde las aguas también llegaron.
“Ya hicimos seis viajes pero la situación se complicó porque la corriente del agua es muy fuerte y cada vez es más arriesgado. Algunas cosas, como los muebles más pesados, ya los perdimos. Afortunadamente todos estamos a salvo”, relató.
Otras personas que habitan en las regiones próximas al río Guaiba no tuvieron tanta suerte y perdieron gran parte de sus pertenencias.
Lo peor es que las autoridades prevén que el agua seguirá subiendo en las próximas horas y que la inundación, con una subida de hasta cinco metros, superará la marca histórica de 1941.
CRM con información de la agencia EFE