¿Te imaginas salir a tu balcón y recoger tus propios frutos? No hace falta hablar de los enormes beneficios que tiene comer lo que sembrás, y de lo gratificante que resulta cosechar tu propia comida. Aunque con evidentes limitaciones espaciales, esta práctica no es solo apta para quienes tienen grandes huertos o viven en el campo. El gesto de añadir a una ensalada unos tomates cherry recién cosechados de tu planta puede ser muy satisfactorio. Y para ello no hace falta mucho espacio ni ser un experto en plantas. Hay un montón de especies que se adaptan a espacios pequeños, como un patio o una terraza y que, con un poco de cariño y agua, te regalarán ingredientes que podrás disfrutar en tus comidas.
Veamos cuáles son las mejores opciones para cultivar tu propia comida en casa durante todo el año, sin volverte loco ni tener que dedicarle demasiado tiempo.
Cinco plantas que darán fruto ideales para sitios pequeños
- Tomates Cherry
Los tomates cherry son idóneos para cultivar en macetas o jardineras, ya que sus plantas son menos vigorosas que las de otras variedades de tomates. Requieren de seis a ocho horas al día de sol directo, además de un riego constante. Si no es tu caso y solo disponés de un rincón que recibe dos o tres horas, te dará frutos pero no tantos. Lo bueno de estos cherry es que no necesitás realizar una poda sobre ellos. Su ADN está preparado para que solo tengas que ocuparte de cuidarlo.
Eso sí, necesitás un contenedor de al menos 30 cm de profundidad, ya que a los tomates les gusta que sus raíces crezcan bien abajo. Hazte con unos soportes tipo cañas y crea una estructura tipo tipi para que la planta crezca alrededor de ella. Es importante que la maceta tenga buen drenaje y que el sustrato sea rico en nutrientes, para que la planta pueda desarrollarse de forma óptima.
- Frutillas
Las frutillas son una opción muy popular para espacios soleados y más reducidos en comparación con los cherry. Crecen perfectos con seis a ocho horas de luz solar directa, pero también son bastante adaptables a zonas con más sombra. Al mismo tiempo, son plantas que no necesitan mucho espacio para crecer, por ejemplo en macetas colgantes o jardineras verticales, lo que te permite aprovechar espacios pequeños.
Además, como son plantas perennes (pueden vivir varios años) podrás disfrutar de frutillas varias temporadas si las cuidás bien. Para ello, protegé las frutillas con un plástico en las noches más frías llegado el invierno.
No es una planta muy delicada, con que reciban un riego regular para mantener el sustrato algo húmedo, especialmente en la etapa de floración y fructificación, será suficiente.
- Pimientos
Hay muchas variedades de pimiento que se adaptan bien a espacios reducidos y soleados. Como los tomates, requieren bastante luz solar para hacer buena cantidad de frutos (mínimo seis horas al día). Podés comenzar con los pimientos italianos, esos alargados que suelen cosecharse verdes y que no crecen más de 60 cm de altura.
Si vas a cultivarlos en macetas, asegurate de que estas tengan una profundidad de al menos 30-35 cm para que las raíces puedan desarrollarse. No son especialmente delicados con el riego. Si pasan sed, verás que sus hojas se muestran algo pochas. Un buen truco en caso de duda es regar cuando los 2-3 cm superiores de tierra se sientan secos al tacto.
En cuanto a cuidados, los pimientos son plantas poco exigentes, pero tienen un problema: si el suelo no tiene calcio disponible verás que la punta de los pimientos se vuelve negruzca. Aplicá un fertilizante especial para este caso (normalmente se aplica pulverizado) y desaparecerá el problema.
- Cítricos enanos (limoneros o naranjos)
Los cítricos en versión enana, como los limoneros (Limequat) o naranjos (Kumquat), son perfectos para macetas en balcones o terrazas, ya que no superan los 1,5 metros de altura. Lo ideal es cultivarlos en macetas de 40-50 cm de profundidad y con al menos ocho horas de sol al día. Si vivís en una zona con inviernos fríos, debés proteger tu cítrico enano del frío extremo, ya que las heladas pueden dañarlo.
Prefieren un suelo ligeramente ácido y bien drenado que sea capaz de retener humedad (sin encharcar) ya que son plantas a las que les gusta bastante el agua. Los cítricos son grandes consumidores de nutrientes, por lo que necesitan fertilización regular.
Usa un fertilizante específico para cítricos, que sea rico en nitrógeno y tenga principalmente micronutrientes como magnesio, zinc o hierro. Si la planta no encuentra disponible este nutriente en el suelo, bien por falta de él o por que el pH es demasiado alto, tornará sus hojas amarillentas.
- Zanahorias, remolachas y rábanos
Como opciones mini, estas plantas de raíces comestibles pueden crecer en sombra parcial. Aunque prefieren algo de luz solar, pueden desarrollarse bien con cuatro o cinco horas de luz indirecta al día –un balcón orientado al norte, por ejemplo).
Lo ideal para cultivar esos ingredientes es disponer de jardineras de 25-30 cm de profundidad.
Por otro lado, el suelo debe estar bien drenado y no demasiado compacto para permitir el buen crecimiento de las raíces. Suelos demasiado compactos o arcillosos pueden deformarlas.
A todas ellas les gusta el suelo algo húmedo, pero no encharcado. Es importante regarlas con regularidad, especialmente cuando las raíces están desarrollándose. Si se secan demasiado, pueden volverse amargas o desarrollar grietas.
Como el tiempo de cosecha varía entre estos tres alimentos; zanahorias 60-80 días desde la siembra, remolacha 50-70 días y rábanos 20-30 días desde la siembra, observa la parte que asoma por encima del suelo y ve testeando según vayan creciendo.
Además de todas estas ideas, puedes probar a cultivar otras alternativas de poco requerimiento en cuanto a sol como lechugas, espinacas o rúcula. Le darán mucha vida a tus estancias a lo largo de las distintas estaciones.