A falta de menos de un mes para las elecciones generales en Alemania, los carteles de propaganda electoral ya forman parte del paisaje germano. Para la firma alemana de batidos de frutas True Fruits, sirvió para inspirar su última ofensiva mercadotécnica. Pero casi más que publicidad de su marca, lo que generaron es polémica.
La campaña de True Fruits identifica cada botella de un sabor con un partido político con representación en el Bundestag, la Cámara Baja del Parlamento alemán cuya sede es el Reichstag. Hay, por tanto, ordenando ideológicamente de izquierda a derecha, botellas con un sabor designando al partido izquierdista Die Linke, otras a Los Verdes, al Partido Socialdemócrata Alemania (SPD), a liberales del FDP, a la conservadora la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).
En True Fruits esa debió parecer una buena idea para vender productos en estos tiempos, marcados por la retirada de la política de la canciller Angela Merkel tras los comicios del 26 de septiembre. Pero no sólo pueden hablar en True Fruits de ventas asociadas a su campaña. También hubo enfrentamiento entre la marca de jugos con uno de sus puntos de venta más importantes.
Porque la cooperativa de supermercados Edeka no siguió el juego de True Fruits. Al menos, no del todo. Edeka, perteneciente al grupo homónimo, es el mayor actor del sector de venta minorista de alimentos en Alemania. Suyo es un 27,1% del mercado teutón, según datos del portal Statista.
La cadena, que emplea a unas 402.000 personas, se negó a presentar a sus consumidores los jugos de True Fruits con la etiqueta de AfD. “La extrema derecha no tiene lugar en nuestras estanterías”, afirman desde Edeka a través de sus redes sociales. Así explican por qué no están vendiendo estos días botellas con su jugo “sabor” AfD.
“Gracias por el suministro de jugos True Fruits. Las botellas de AfD no las pedimos, las devolvemos”, se lee en el mensaje publicado por Edeka hace unos días con el que se desató la polémica. Al ver contrariada su campaña, True Fruits, compañía con sede en Bonn, firmó una dura respuesta contra Edeka.
“Querida Edeka, sí, para nosotros AfD es una mierda [sic]. Pero la formación es más importante que el señalamiento social, que es lo que están intentando”, se lee en la reacción en redes de la firma de bebidas. A esto, en Edeka respondían: “En nuestras estanterías no hay lugar para la formación política”.
En True Fruits se escudan en estar dando “formación” en las botellas de sus jugos porque en ellas se planteaban, supuestamente, algunos puntos de los programas de los principales partidos políticos alemanes. Sin embargo, los fragmentos de los programas publicados en esos recipientes no aguantan una lectura atenta. A nadie que se haya parado un poco a comparar botellas y programas se le escapa ese detalle. Así lo destacaban estos días las páginas económicas del diario Frankfurter Allgemeine Zeitung.
Por ejemplo, en la botella del partido conservador CDU, el de la canciller Merkel, se lee que “las bebidas y alimentos con mucho azúcar tendrán más impuestos”. En las de los liberales del FDP, se lee que “el salario mínimo será abolido”. Pero ni conservadores ni liberales plantean eso, según apuntaba recientemente la edición alemana de la publicación económica Business Insider.
Para el caso de AfD, en True Fruits sí atinaban a apuntar dos de los puntos de su actual programa electoral que más llaman la atención. A saber, la salida de la Unión Europea y la vuelta del servicio militar. Acertar en esto no exime a True Fruits de estar facilitando dudosa “formación política” en su campaña.
Porque si bien defienden en la empresa de jugos que ellos se limitaron a plantear información relativa a todos los partidos presentes en el Bundestag, lo cierto es que se olvidaron de la también conservadora Unión Socialcristiana de Baviera (CSU). Esta formación está hermanada a la CDU de Merkel y cuenta con sus propios diputados en la Cámara Baja teutona. No hay entre las botellas de True Fruits recipientes en los que se lea lo que ofrece la CSU a sus electores de cara a la cita con las urnas de septiembre.
Para la formación política de verdad, los alemanes cuentan, entre otros organismos, con instituciones específicas como la Agencia Federal para la Educación Cívica (BpB, por sus siglas alemanas). Por su formato, y sus destacados errores u omisiones, las botellas de True Fruits no parecen estar a la altura de los productos que publica la BpB.
Sin embargo, al menos en redes, es la cadena de supermercados Edeka la que tuvo que enfrentarse a reproches como el de un “entendimiento de la democracia deficitario”, según recogía el diario berlinés Der Tagesspiegel. Por no querer vender las botellas de AfD, a Edeka también se la acusó de adscribirse a la “cultura de la cancelación”.
Sea así o no, en AfD parecen celebrar la decisión de Edeka, por un lado, y la campaña de True Fruits, por otro. La campaña la ven como “publicidad” en este partido que entró en el Bundestag tras las elecciones de 2017 con un discurso marcadamente xenófobo.
AfD es la formación más extremista del Parlamento alemán. La Oficina de Protección de la Constitución, nombre que reciben los servicios de inteligencia del Ministerio del Interior de Alemania, valora desde hace tiempo poner al partido de ultraderecha bajo vigilancia por “anticonstitucional”. Esa vigilancia ya es una realidad en varios Länder alemanes, especialmente en los del este germano, donde el partido cuenta con mayor arraigo.