El próximo 2 de junio, más de 97 millones de mexicanos están convocados a las urnas para elegir al sucesor de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Todas las encuestas apuntan a una victoria abrumadora de Claudia Sheinbaum, su sucesora de máxima confianza, quien es exjefa de Gobierno de Ciudad de México y una eminente científica. Su proyecto propone 'continuidad con cambio'. Representando al Movimiento Regeneración Nacional (Morena), que domina tanto la política nacional como la gran mayoría de las regiones del país, Sheinbaum se perfila como la potencial primera presidenta mujer de la historia de México. Enfrentará a Xóchitl Gálvez, mujer de negocios y exsenadora, que representa la coalición de los principales partidos de la oposición —PAN, PRI y PRD—. Durante un recorrido entre dos mítines, desde el estado de Guerrero hasta Michoacán, Sheinbaum concedió una entrevista conjunta a elDiario.es y SDP Noticias, en la que analizó los ejes y desafíos de su potencial presidencia. La entrevista, realizada en el coche durante el trayecto, tuvo un cierre inesperado y emotivo cuando la comitiva fue amablemente detenida por la comunidad indígena de Zacatula que quiso reconocer su visita dedicándole una canción inspirada en un tema del mítico Juan Gabriel.
–Usted afirma que con el gobierno de AMLO terminaron 36 años de neoliberalismo y que el suyo estará fundamentado en un humanismo mexicano.
–Tenemos un modelo propio que incluye disciplina fiscal, la autonomía del Banco de México, y las ventajas que proporciona el Tratado de Libre Comercio con EEUU y Canadá. Nuestro interés actual es mantener estos aspectos y, al mismo tiempo, dedicar la mayor parte de los recursos públicos a la consolidación de los derechos, a un Estado de Bienestar, a la recuperación de la soberanía energética, y a las obras estratégicas que desarrollan el potencial de la nación.
–¿Modelo propio?
–En México, la corrupción de los de arriba, con vínculos con el gobierno y los intereses de la oligarquía, era tan fuerte que prácticamente se habían fusionado. El presidente AMLO no propuso subir los impuestos, sino asegurar que los ya establecidos por ley se paguen y erradicar la corrupción en todos los niveles, liberando así recursos para el desarrollo de la nación y el estado de bienestar. Se inspira en Benito Juárez, “no puede haber gobierno rico con pueblo pobre.”
–AMLO termina su presidencia como uno de los líderes más populares del mundo. Los principales partidos políticos —PRI, PAN, PRD— se han unido frente a su candidatura, pero según las encuestas ganará con holgura. ¿Cómo lo explica?
–México se ha movido, por eso el presidente AMLO habla de la “revolución de las conciencias”. El pueblo de México ha aprendido la fuerza del voto y de su propia historia. Los partidos opositores han perdido la autoridad moral, si alguna vez la tuvieron. Ahora los vemos defender programas sociales que siempre criticaron, porque sin ellos tendrían incluso menos apoyo. Su reivindicación es contra nosotros, no tienen un proyecto concreto.
–¿Qué reivindican?
–Un amasijo de propuestas incoherentes. Dicen que van a bajar los impuestos para ampliar el bienestar, pero no dicen de dónde sacarán los recursos.
–Como primera mujer presidenta de México, ¿cuáles serían sus políticas hacia las mujeres?
–En México, el movimiento más importante es la cuarta transformación, que incluye un fuerte movimiento feminista liderado principalmente por jóvenes que exigen una vida libre de violencia, el pleno goce de los derechos para todas las mujeres y continuar trabajando y construyendo para hacerlo realidad.
–La derecha en numerosos casos ha desestabilizado gobiernos de izquierda, incluso con golpes de estado. En Brasil instrumentalizaron a los jueces para derrocar al de Dilma Rousseff. –¿Algo similar podría ocurrir en México?
–Estamos trabajando en la renovación del poder judicial, todavía hay mucha corrupción vinculada a los viejos intereses. La mejor defensa es siempre el pueblo, y nuestro compromiso es no fallarle, defender los intereses de la nación. Nuestro movimiento está muy fuerte y, si seguimos trabajando, cuidando al pueblo e informándolo, no veo la manera en que puedan detener el desarrollo de la democracia.
–¿Cómo serán sus relaciones con España?
–Van a seguir siendo buenas, con base al respeto mutuo. No somos colonia ni protectorado de nadie. Cuando el presidente pide un perdón, es porque los pueblos indígenas se lo merecen; la Conquista fue muy violenta. El acto de pedir perdón es beneficioso para los pueblos, permite avanzar. Más allá de esto, mantenemos fuertes lazos comerciales y culturales que continuaremos preservando, pero siempre defenderemos a nuestro país.
–La presidencia de AMLO ha sido muy activa en la escena internacional. Salvó la vida y libertad de Evo Morales durante un golpe de estado en Bolivia, ha solicitado a la Corte Penal Internacional enjuiciar la posible comisión de crímenes en Palestina. Más recientemente, el Presidente Lula da Silva se solidarizó con México tras el violento asalto a su embajada en Ecuador, y avanzó que la visitará para trabajar con usted una vez que sea elegida.
–Sí, y así será. Daremos continuidad a la política exterior activa, abandonada durante mucho tiempo, que siempre tuvo México, aunque a veces decíamos “candil de la calle, oscuridad de la casa”, refiriéndonos al autoritarismo en la época de Echevarría. Sin embargo, personalidades como Salvador Allende vinieron y México prestó apoyo a los latinoamericanos que huían de los golpes de estado. Seguiremos manteniendo esa política, que además es la marcada por nuestra Constitución.
–Melanie Joly, ministra de exteriores de Canadá, está trabajando en “un plan de acción” ante la posibilidad de un giro autoritario tras las elecciones en EEUU en noviembre. ¿Qué escenario contempla usted?
–Independientemente de quién gane en EEUU, habrá entendimiento, pues hoy somos el principal socio comercial de EEUU y a ambos países les interesa una buena relación. Siempre defenderemos nuestra soberanía y nunca agacharemos la cabeza. Hubo entendimiento entre el presidente AMLO y Trump, y creo que lograremos lo mismo en el caso de que Trump sea elegido nuevamente.
–¿Cuál será su brújula en la confrontación entre EEUU y China?
–Tenemos un tratado comercial con EEUU y una integración económica que, de cierta manera, debe ser privilegiada, ya que somos socios. Coincido con el planteamiento del presidente AMLO de que debemos trabajar desde la perspectiva de América, desde el Norte hasta el Sur y el Caribe; nuestro polo económico. No debemos caer en la lógica de un enfrentamiento directo entre EEUU y China. Siempre hay que estar abiertos a todos los países, pero creo que la mayor integración debe darse dentro de América.