Desde su llegada al estudio de la TV Globo en Jacarepaguá, zona oeste de la capital carioca, el presidente Jair Messias Bolsonaro se mostró con un perfil contenido, poco amigable pero cortés. La periodista que lo aguardaba le hizo la pregunta de rigor: “¿Qué espera de este debate?”. El jefe de Estado se limitó a responder, con fría cortesía: “Solo quiero poner en evidencia las mentiras del otro lado”. Se refería así a su adversario, pero tuvo el cuidado de evitar insultos, como sí hizo en los debates anteriores.
Junto a sus dos asesores de campaña, Fabio Wajngarten y el ministro de Comunicaciones Fabio Faria, a Bolsonaro lo acompañaba también el aliado íntimo más reciente: el ex juez Sergio Moro, del caso Lava Jato, que fue ministro de Justicia durante el primer año del gobierno bolsonarista. En abril de 2020 renunció al puesto, disgustado con la manipulación de la Policía Federal ejercida en aquel momento por el jefe de Estado. Ahora retornó al redil y desde el debate anterior, en la TV Band, no abandona a su jefe ni por un momento. En los medios especulan que la presencia del ex magistrado podría ejercer un influjo negativo en el competidor Luiz Inácio Lula da Silva.
El ex mandatario, que gobernó entre 2003 y 2010, se presentó en los estudios 15 minutos después. Vino acompañado por su vice, Geral Alkmin, su mujer Janja y sus dos aliadas más recientes: la senadora y ex presidenciable Simone Tebet, y la diputada Marina Silva. Lula exhibió, en el momento de ingresar en la emisora, una imagen al más puro estilo presidencial, con un elegante traje azul y pulcramente peinado. El político sostuvo que él apostaba a que la confrontación con el candidato de la ultraderecha transcurra con normalidad. “¿Cuál es el mensaje que irá a dejar con este debate?” le preguntó la prensa. “El primer mensaje es que el pueblo brasileño tenga esperanza y concurra a votar. Y el segundo es demostrarle que este país tiene un futuro, desde el momento en que sea bien gobernado. Yo goberné Brasil en una época en que llegó a ser la sexta potencia económica mundial. Quiero reestablecer eso”.
El postulante Bolsonaro recibió poco antes del inicio formal un mensaje de “buenos augurios” del ex jefe de la Casa Blanca Donald Trump. En Twitter, y para el mundo, el conservador del Partido Republicano escribió: “Este domingo es un gran día para Brasil y para el mundo. Un gran líder muy respetado que además es un hombre con gran corazón, el presidente Jair Bolsonaro, concurre a su reelección. Su adversario ”Lulu“ (erró el nombre) es un lunático de la izquierda radical que puede destruir su país”.
Tanto el jefe del Palacio del Planalto como su entorno hubieran deseado postergar la fecha del balotaje, para aguardar las elecciones de segundo término de Estados Unidos. En el entorno de políticos bolsonaristas juzgan que el “trumpismo” tiene todas las chances de triunfar el 8 de noviembre próximo; por ese especulaban que si se prorrogaba la segunda vuelta para después de esa victoria, lograrían el impulso que hoy les falta para conseguir el trofeo de la reelección.
Bolsonaro siguió, la noche de este viernes, el mismo script de debates anteriores. Insistió que la Corte Suprema había anulado todos los juicios contra Lula, entablados por el ex juez Moro, porque el ex mandatario “tiene un amigo en el Supremo Tribunal Federal”. Insistió: “Lula no fuiste absuelto. Solo te absolvió (William) Bonner” en referencia al presentador de la TV Globo encargado de conducir el debate. “Él es quien va a repetir aquí que vos fuiste absuelto” insistió el jefe de Estado. Y agregó: “Creo que Bonner va a ser indicado en un imposible gobierno tuyo para ser ministro del STF. Vos fuiste declarado inocente por un amigo tuyo. No eres más que un bandido” volvió a insultar.
El líder petista no vaciló en replicar: “Mi adversario está desequilibrado. Estoy diciendo que el único mentiroso aquí es el presidente Bolsonaro, que mintió 6,498 veces (en fake news) y solo en los programas publicitarios de televisión hemos conseguido 60 derechos a respuesta por sus mentiras”. El nivel de agresión lo llevó a Lula a no querer aproximarse de Bolsonaro, cuando éste le reclamó que se quedara a su lado: “No quiero estar cerca de vos” le replicó el ex mandatario.
Lo que debía ser una confrontación de proyectos se transformó, así, en una exhibición de agresiones personales motorizadas, especialmente, por JMB. Para Roberto Toledo, uno de los analistas convocados por la emisora televisiva, evaluó que “Lula ganó en el primero y segundo bloque”. Thais Oyama, una columnista que acompaña desde hace tiempo las elecciones en Brasil, juzgó que el debate “se convirtió en algo casi infantil, con uno acusando al otro de mentiroso. Pero Lula ganó”. En consonancia, el experto Alberto Bombig juzgó que “no hay ideas ni propuestas. Es un diálogo de sordo, pero a Bolsonaro se lo ve más nervioso; quedó visiblemente más perdido”.
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