Las elecciones en Brasil se dirimen en las urnas pero antes en la arena de los videojuegos. En Kandidatos, juego lanzado el 2020, y que sigue ganando gamers desde entonces, pelean cuerpo a cuerpo varios políticos brasileños entre los que destacan las figuras de Luiz Inácio Lula da Silva y Jair Bolsonaro, encarnados en dos poderosos golpeadores: “Bolsonaryo” y “Lulo”. Desde su aparición, la aplicación ha sido descargada más de 170.000 veces y es un ejemplo significativo de las relaciones entre la política y los videojuegos en un país con millones de gamers y con una peculiar historia en relación al entretenimiento virtual.
El videojuego ha sido un éxito desde el primer día. En la semana de su lanzamiento Kandidatos registró 50.000 descargas en la tienda online Steam. Varios informes registran más de 75 millones de gamers en Brasil, sexto país con mayor tiempo de juego diario
El videojuego ha sido un éxito desde el principio. En la semana de su lanzamiento registró 50.000 descargas en la tienda online Steam. En un país donde la popularidad de los juegos virtuales es enorme –varios reportes registran más de 75 millones de gamers y según el informe de Kantar Ibope Media, “O mondo dos jogos”, es la sexta nación con mayor promedio de tiempo de juego diario-, “Kandidatos” ha sido una de las principales aplicaciones, pero no la única, que ha llevado la lucha política a las contiendas virtuales.
El excepcionalismo brasileño, entre booms, restricciones, indies e industrias
El desarrollo de los videojuegos en Brasil ha tenido una historia particular. Las restricciones para las importaciones en la década 1980 y los elevados impuestos aplicados a la industria desde entonces han influido en la constitución de una cultura local y popular expresada en una enorme variedad de juegos indie –productos virtuales diseñados por pequeñas compañías con pocos desarrolladores- y adaptados a través de mods –versiones modificadas de juegos originales aplicadas al mercado local-.
En la edición del documental Red Bull Parallels dedicado a Brasil, en tres episodios se muestran ejemplos concretos de este proceso desde los años setenta del siglo pasado: copias propias de máquinas de pinball, clones de Nintendo y miles de versiones piratas de juegos en CDs y DVDs.
Posiblemente la adaptación más exitosa y popular sea "Bomba Patch", una adaptación del mítico juego de fútbol japonés Pro Evolution Soccer aplicada a la realidad brasilera con equipos y jugadores locales que todavía se actualiza anualmente. A su vez, la industria de desarrolladores locales crece a pasos constantes con el diseño de una variedad de juegos importantes como Dandara, Adore, Dogurai, Star Valor y muchos otros.
Estos procesos han tenido como resultado una vibrante escena de videojuegos en el país y, lo que es más importante, un proceso creativo desde abajo que crea o interviene juegos para hacerlos más cercanos al contexto. Esta es una de las principales fuentes para acrecentar el vínculo entre videojuegos y política.
Videojuegos y política, a la derecha y a la izquierda
Hay una tradición de juegos políticos en la industria de los videojuegos. Los ejemplos más paradigmáticos, entre otros, son Oddworld, la recreación de la revolución de un grupo de obreros en una fábrica; This War of Mine, donde se experimenta la brutal experiencia de la guerra para los civiles; Path Out, sobre la dramática odisea de un refugiado sirio y Papers Please, centrado en la burocracia en regímenes autoritarios.
En Brasil, la cantidad de videojuegos políticos, particularmente los satíricos, son más números y populares que en cualquier otro país del mundo.
La mayor parte de la sátira se vincula con posiciones de derecha. En el estudio “Quiénes son y en qué creen los votantes de Jair Bolsonaro”, emprendido por la Fundação Escola de Sociologia e Política de São Paulo en 2018 y coordinado por la antropóloga Isabela Kalil a partir de más de 1.000 entrevistas, se identifica a los “Nerds, gamers, hackers y haters” como uno de los grupos importantes en el apoyo al político brasilero. Compuesto en su mayoría por hombres entre 16 y 34 años, se concentran en foros restringidos y juegos en línea donde despliegan discursos radicalizados e intolerantes. Según el estudio: “Este grupo fue uno de los principales responsables por difundir la imagen de Bolsonaro durante su precampaña, lo que contribuyó considerablemente a su actual ‘popularidad’”. La izquierda, sin embargo, empieza a responder. En Brasil, Guilherme Boulos, candidato a la alcaldía de São Paulo por el Partido Socialismo y Libertad (PSOL) transmitió sus partidas de Among Us con una audiencia de casi millón de personas y más de 4 millones de visualizaciones en páginas de Youtube posteriormente.
AGB