Estados Unidos vetó este viernes una resolución presentada por Emiratos Árabes Unidos al Consejo de Seguridad en la que se pedía un alto el fuego humanitario inmediato en Gaza tras el llamamiento urgente del secretario general de la ONU. La resolución fue rechazada con el veto de EEUU, la abstención de Reino Unido y 13 votos a favor.
El proyecto de resolución exigía además el cumplimiento derecho internacional y la protección de la población civil, la liberación de todos los rehenes y el acceso ayuda humanitaria, según explicó José Manuel Albares, el ministro de Exteriores de España, que copatrocinaba la propuesta, apoyada por los países árabes.
El Consejo de Seguridad continúa, así, bloqueando a la hora de abordar el conflicto en Gaza. Para ser adoptada, una resolución necesita al menos nueve votos a favor y ningún veto de los cinco miembros permanentes: EEUU, Rusia, China, Francia o Reino Unido. Pero Washington, aliado de Israel, ya había arrojado un jarro de agua fría a las expectativas de que el Consejo apruebe el documento cuando su representante ante Naciones Unidas, Robert Wood, afirmó que no apoya “el llamamiento a un alto el fuego inmediato” dado que “solo sembraría las semillas de una próxima guerra, porque Hamas no quiere ni una paz duradera ni la solución de los dos Estados”.
En los dos meses de guerra, el Consejo de Seguridad votó en varias ocasiones otras resoluciones para pedir el fin de la misma, con vetos cruzados de Estados Unidos y de Rusia, y solo el pasado 15 de noviembre logró consensuar un llamamiento a “pausas humanitarias” para entregar ayuda a la población civil de Gaza. La única tregua declarada en estos dos meses (de siete días) fue fruto de negociaciones indirectas entre Israel y Hamas con mediación de Qatar, Egipto y EEUU para intercambiar rehenes en manos de la milicia por presos palestinos en cárceles israelíes.
El Consejo de Seguridad de la ONU convocó este viernes a una reunión en Nueva York después de que el secretario general, António Guterres, activó el artículo 99 de la Carta Fundacional para pedir un alto el fuego en Gaza y evitar una “catástrofe” humanitaria en medio de la intensificación de la ofensiva israelí en el enclave palestino. Se trata de la primera vez desde que comenzó su mandato en 2017 que Guterres invoca el artículo 99 de la Carta fundacional de la ONU, que establece que el secretario general “puede llamar la atención al Consejo sobre cualquier tema que en su opinión puede amenazar el mantenimiento de la paz y seguridad en el mundo”.
Al comienzo de la reunión, Guterres advirtió de que la población de Gaza “se asoma al abismo”. “La comunidad internacional debe hacer todo lo posible para poner fin a su calvario”, agregó. “Los ojos del mundo –y los ojos de la historia– están mirando. Es hora de actuar”.
Guterres alertó de que existe un “alto riesgo de colapso total” del sistema de ayuda humanitaria en Gaza, “lo que tendría consecuencias devastadoras”. “Anticipamos que resultaría en una ruptura total del orden público y una mayor presión para el desplazamiento masivo hacia Egipto. Temo que las consecuencias podrían ser devastadoras para la seguridad de toda la región”. En este sentido, enfatizó que, en su opinión, “existe claramente un grave riesgo de agravar las amenazas existentes al mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales”.
Durante su discurso, el secretario general de la ONU insistió en la idea de que no existe una “protección eficaz” de los civiles, que viven “una espiral de pesadilla humanitaria”. “A los habitantes de Gaza se les dice que se muevan como bolas de pinball humanas, rebotando entre zonas cada vez más pequeñas del sur, sin ninguno de los elementos básicos para la supervivencia”.
Un movimiento poco común
El político portugués tomó su decisión de invocar el artículo 99 “dada la magnitud de la pérdida de vidas humanas en Israel en tan corto periodo de tiempo”, en referencia a los dos meses de guerra desde que el 7 de octubre Hamas atacó por sorpresa a Israel, matando a más de 1.200 personas y llevándose a más 240 rehenes. Desde entonces, más de 17.000 personas murieron en Gaza, –el 70% de ellas mujeres y niños, según las autoridades– totalmente asediada por las fuerzas israelíes y sometida a constantes bombardeos. Decenas de miles de personas resultaron heridas y muchas están desaparecidas, presumiblemente bajo los escombros. Casi 1,9 millones de personas en Gaza está desplazadas dentro de la franja, o lo que es lo mismo, el 85% de la población.
En respuesta al movimiento del secretario general, el ministro de Exteriores de Israel, Eli Cohen, dijo que el mandato de Guterres supone “un peligro para la paz mundial”. “El mandato de Guterres es un peligro para la paz mundial. Su petición de activar el artículo 99 y el llamamiento a un alto el fuego en Gaza constituye un apoyo a la organización terrorista Hamás y un respaldo al asesinato de ancianos, el secuestro de bebés y la violación de mujeres”, dijo en la red social social X. “Cualquiera que apoye la paz mundial debe apoyar la liberación de Gaza de Hamás”.
Según explicó el portavoz de Guterres, el artículo 99 no se invocó “en décadas”. “Varias cartas han invocado amenazas a la paz y la seguridad internacionales, pero la invocación real del artículo no se ha producido. Creo que estamos llegando a un punto de casi parálisis de nuestras operaciones humanitarias (...). [Guterres] No utiliza la palabra catástrofe a la ligera. Y esperamos de todo corazón que el Consejo de Seguridad atienda su llamamiento”, dijo Stéphane Dujarric.
Este viernes, Guterres expresó su condena “sin reservas” los atentados de Hamas, pero reiteró que “la brutalidad perpetrada” por la milicia “nunca podrá justificar el castigo colectivo del pueblo palestina”.
“Y si bien el lanzamiento indiscriminado de cohetes por parte de Hamás contra Israel y el uso de civiles como escudos humanos contravienen las leyes de la guerra, esa conducta no absuelve a Israel de sus propias violaciones”, agregó, antes de señalar que el derecho internacional humanitario “no puede aplicarse de forma selectiva”.
No se dan las condiciones para entregar ayuda
La agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA) advirtió de que se está llegando a un “punto de no retorno” en Gaza, “donde el flagrante desprecio por el derecho internacional humanitario marca nuestra conciencia colectiva”, dijo su comisionado general, Philippe Lazzarini. En una misiva al presidente de la Asamblea General de la ONU publicada este jueves, Lazzarini urge también a un alto el fuego y dice que en sus 35 años de trabajo en emergencias “nunca habría esperado escribir una carta así, prediciendo el asesinato” de su personal y el “colapso del mandato” que debe cumplir.
La ayuda humanitaria prácticamente se detuvo en Jan Yunis, ciudad del sur de Gaza adonde se trasladó durante estos dos meses buena parte de los civiles del norte de la franja forzados por Israel pero que ahora se convirtió en principal foco de las hostilidades después de que el Ejército israelí amplió sus operaciones a esta zona. El ritmo de ataque en el sur es una repetición de lo sucedido en el norte del enclave, según el jefe humanitario de la ONU, que alertó de que el “programa humanitario dejó de funcionar”.
Este viernes, el secretario general de la ONU reiteró que la situación en Gaza se está volviendo “insostenible” e informó al Consejo de Seguridad de que, en las condiciones actuales, el mandato de satisfacer las necesidades de la población civil de la franja “se volvió imposible”.
“Ya no existen las condiciones para la entrega efectiva de ayuda humanitaria”, recalcó antes de indicar que el cruce de Rafah es un importante “cuello de botella” y los intensos bombardeos y hostilidades, las restricciones israelíes a la circulación, la escasez de combustible y la interrupción de las comunicaciones “hacen imposible” que las agencias de la ONU y sus socios lleguen a la mayoría de las personas que lo necesitan. “La gente está desesperada, temerosa y enfadada”, aseguró.
En su informe diario, la Oficina de Coordinación de Ayuda Humanitaria de Naciones Unidas subrayó que ya solo está pudiendo distribuir ayuda en Rafah, en el extremo sur de Gaza y junto a la frontera con Egipto. Allí llegaron decenas de miles de desplazados internos, la mayoría de Jan Yunis, en los íltimos días. “La zona media de Gaza está virtualmente desconectada del sur, debido a las restricciones de movimiento de Israel en las principales carreteras”, indicó el informe, recordando que el acceso al norte está paralizado desde el fin de la tregua el 1 de diciembre.
Organizaciones como Save the Children alertaron también de que no hay ningún seguro en la franja y de que la intensidad de la ofensiva y el asedio de Israel socavó la capacidad de proporcionar asistencia humanitaria. “La intensidad de las hostilidades y la militarización de la ayuda por parte de las autoridades israelíes, incluido el suministro de alimentos, agua y medicamentos a cuentagotas a una población sitiada, significa que no podemos llegar a los niños y niñas de toda Gaza. Nuestra capacidad para cumplir con nuestro deber de mantener la seguridad de nuestros equipos ha quedado destruida. Nuestra responsabilidad colectiva de proteger a los niños se ha visto frustrada”, dijo la ONG, que exige un alto el fuego definitivo.
Según informa Reuters, fuentes estadounidenses dicen que Israel acordó abrir el cruce fronterizo de Kerem Shalom para el control e inspección de la ayuda humanitaria a Gaza. Este jueves, el coordinador humanitario de Naciones Unidas, Martin Griffiths, aseguró que la ONU sigue negociando con Israel, con “algunas señales prometedoras”, para la apertura del paso fronterizo, situado en la intersección de Gaza, Egipto e Israel y al este de Rafah, el único cruce por el que está permitido actualmente meter ayuda en la franja.
EEUU, que elevó el tono en los últimos días pero mantiene su apoyo a Benjamin Netanyahu, afirmó que hay una brecha entre las intenciones declaradas del gobierno israelí de proteger a los civiles y las crecientes víctimas observadas sobre el terreno. “Cuando llevamos casi una semana de campaña en el sur... sigue siendo imperativo que Israel dé prioridad a la protección de la población civil”, declaró el jueves el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, en una rueda de prensa en Washington. “Y sigue habiendo una brecha entre... la intención de proteger a los civiles y los resultados reales que estamos viendo sobre el terreno”.