El partido de extrema derecha Agrupación Nacional (AN) ha sido la fuerza más votada en la primera vuelta de las elecciones legislativas francesas que se ha celebrado este domingo. En segunda posición se ha situado el Nuevo Frente Popular, la alianza de las principales formaciones de izquierda, mientras que la coalición de centro construida alrededor del partido de Emmanuel Macron (Juntos por la República) queda en tercer lugar, según las estimaciones de los institutos demoscópicos.
Según Ipsos, la extrema derecha y sus aliados de derecha se han hecho con el 33,5% de los votos, mientras que la alianza de izquierdas cosecha un 28,1%. A continuación está la coalición presidencial, con el 20,7%, seguida del partido de derecha Los Republicanos, con el 10%.
Los resultados de la primera vuelta sirven para definir qué candidatos han recibido suficientes votos para acceder a la final en cada circunscripción, que se disputará el próximo 7 de julio. Solo entonces se conocerá el nombre definitivo de los diputados que ocupan cada uno de los 577 escaños de la Asamblea, que se deciden de manera individual en cada circunscripción.
En base a esas estimaciones de voto, los institutos de sondeos han comenzado elaborar las primeras proyecciones de cómo eso podría traducirse finalmente en escaños. Con estos resultados, la proyección de Ipsos otorga a los de Le Pen una horquilla de 230 y 280 escaños en la Asamblea Nacional tras la segunda vuelta, lo que no se traduciría en una mayoría absoluta (que se sitúa en 289). El Nuevo Frente Popular se haría con entre 125 y 165 asientos. La mayoría presidencial enviaría de 70 a 100 diputados (actualmente cuenta con 250), y Los Republicanos se moverían en una horquilla de entre 41 y 61 escaños.
Sin embargo, los propios institutos de sondeos explican que estas proyecciones deben tomarse con precaución. Con probablemente cerca de 300 duelos triangulares en las circunscripciones, cualquier baja o retirada de candidatos de cara a la segunda vuelta cambiaría considerablemente la situación en cada territorio. Lo mismo ocurre con la participación, que será un factor clave. A modo de ejemplo, en 2022 los sondeos daban a Agrupación Nacional entre 10 y 40 escaños tras la primera vuelta de las elecciones legislativas de 2022; finalmente, el partido obtuvo 89 escaños.
Las reacciones de Macron, Le Pen y Mélenchon
En la semana que separa las dos votaciones serán fundamentales los movimientos y las consignas de voto, y los movimientos han empezado nada más conocerse los resultados. En particular, la decisión que toman los candidatos que han terminado la primera vuelta en tercera posición, que ahora tienen que decidir si se retiran de la carrera y piden a sus votantes que apoyen a un partido rival para bloquear una victoria del candidato del partido ultra de Marine Le Pen y Jordan Bardella, en aquellas circunscripciones en las que la extrema derecha haya llegado a la final.
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha pedido “una unión amplia claramente democrática y republicana” frente a la extrema derecha en la segunda vuelta de las legislativas, en una declaración enviada a la agencia AFP.
De momento, la coalición presidencial ha pedido a aquellos candidatos que hayan llegado en tercera plaza a retirarse “en favor de candidatos [de otros partidos] que estén en condiciones de derrotar a AN y con los que compartamos lo esencial: los valores de la República”. En un comunicado, Juntos por la República señala que “frente a la amenaza de una victoria de la extrema derecha, hacemos un llamamiento a todas las formaciones políticas para que actúen con responsabilidad y hagan lo mismo [bloquear a la extrema derecha]”.
No obstante, la mayoría presidencial considera también que los candidatos de Francia Insumisa (LFI), partido de izquierdas integrado en el Nuevo Frente Popular, no comparten esos valores republicanos. “El Nuevo Frente Popular está pagando su alianza con Francia Insumisa, un partido conocido por provocaciones antirrepublicanas [referencia a los valores de la República]”, dice el comunicado, y asegura que por eso la coalición progresista no está en condiciones de ser una alternativa de Gobierno.
“La democracia ha hablado”, ha sentenciado una victoriosa Marine Le Pen desde su feudo de Hénin-Beaumont, en el departamento de Paso de Calais, ante un auditorio lleno de seguidores agitando banderas tricolores, a los que anunció haber sido reelegida en su circunscripción en la la primera vuelta. La líder del partido declaró que la ventaja de AN demuestra que los electores “en un voto sin ambigüedades, [han] demostrado su voluntad de pasar página tras siete años de gobierno arrogante y corrosivo” de Macron.
Tras conocerse los resultados, Le Pen ha pedido una mayor movilización de cara al próximo domingo. “Nada está ganado y la segunda vuelta será decisiva, para evitar que el país caiga en manos de la coalición Nupes, una extrema izquierda con tendencias violentas”, ha asegurado la líder ultra, llamando por su antiguo nombre al Nuevo Frente Popular. Para Le Pen, la cita del domingo próximo será “decisiva para dar a Jordan [Bardella] la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, para lanzar desde la próxima semana la recuperación de Francia y el restablecimiento de la unidad y la concordia nacional”.
El propio Bardella se ha expresado en esta misma línea desde París, donde siguió la noche electoral en un salón de actos en uno de los barrios más exclusivos de la capital, en la avenida Wagram. “Si los electores nos dan la mayoría absoluta para volver a poner en pie este país , tengo la intención de ser el primer ministro de todos los franceses”, ha asegurado.
Retransmitidas por una pantalla, las palabras de Le Pen han sido recibidas con algún abucheo aislado en el edificio donde la formación de izquierdas Francia Insumisa sigue los resultados, en el 10º distrito de París. Subido al estrado, en unas palabras que han despertado una ovación de los aquí congregados, el fundador de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, ha anunciado la retirada de los candidatos que han quedado terceros en las circunscripciones en las que la extrema derecha ha quedado en cabeza. “Ni un voto más, ni un escaño más para AN. Nuestras instrucciones son claras”, ha dicho.
Mélenchon ha señalado que el país “debe elegir”. “¿Agravará lo peor de sus divisiones, las de las desigualdades sociales y las diferencias religiosas, o se unirá para formar un solo pueblo, consagrado a la ayuda mutua y al bien común sin condiciones previas?”, ha preguntado en un discurso en el que también ha celebrado la “dura e indiscutible derrota” infligida al bando de Macron. Mélenchon se ha marchado rápidamente nada más terminar sus palabras, flanqueado el coordinador del partido, Manuel Bompard, quien en una entrevista televisiva ha deplorado el “mecanismo político que intenta poner a AN y LFI al mismo nivel”. “Es inaceptable e insoportable”, ha dicho.
La participación se dispara
Conscientes de la importancia de estas elecciones, los votantes se han movilizado en cifras que no se habían alcanzado desde hace varias décadas. Dos millones de electores habían solicitado el voto por procuración (en Francia no es posible votar por correo) y 410.000 franceses residentes en el extranjero habían votado en línea antes del domingo. La participación a las 17:00 se situó en el 59,39%, muy por encima del 39,4% que se había registrado a esa misma hora en 2022.
Cerca de las 13:00, los ciudadanos esperaban pacientemente su turno en la fila que se había formado en uno de los colegios electorales del barrio de Saint-Louis, al este de París. Entre cuentos infantiles y rotuladores, muchos iban directamente a por la papeleta del Nuevo Frente Popular. Una tendencia que también reflejaron la mayoría de las personas entrevistadas por elDiario.es. “Yo voto aquí siempre y es la primera vez que hago cola. Me alegro de que haya tanta gente”, decía Max, un trabajador del sector de la música de 30 años que se ha inclinado por la coalición progresista. “Lo he hecho para defender el modelo social al cual le debo todo, porque estudié con becas y mi madre trabaja en un hospital”.
Lo mismo ha votado Nasreddine Bachir, que tiene 59 años y trabaja como asesor legal en una gran empresa francesa. “Necesitamos un cambio económico y social importante. Cambiar el presupuesto, el poder adquisitivo, los regalos que se le hicieron a los más ricos. Hay que aumentar el salario mínimo. Yo no tengo problema con ello, pero para muchos es importante”. “Como a todo el mundo”, aseguraba el vecino de Saint-Louis, le da miedo una victoria de la extrema derecha, sobre todo por sus políticas migratorias. Nasteddine Bachir tiene raíces argelinas. “Yo tengo la nacionalidad francesa por el derecho de suelo, esta es una de las cosas que quiere quitar Agrupación Nacional”. Martine, que trabaja como portera de un edificio del barrio, también se ha decantado por el Nuevo Frente Popular. “He dudado con otro candidato ecologista pero hay que poner un muro contra la extrema derecha”,.
“¡Ni los unos, ni los otros!”, se limitaba a decir una señora mayor con el pelo canoso y bastón que venía a votar con su hija. Martine depositó la papeleta de la coalición alrededor de Macron al igual que la vecina que venía con ella, Nicole. “Hoy es un día importante, porque el país puede bascular. No teníamos otra opción, porque no queremos la extrema derecha y en la izquierda está Mélenchon, que no nos gusta”, contó a este medio.
Y ahora qué
La tradición parlamentaria francesa marca que el partido que detenta la mayoría de la cámara baja es el encargado de formar y dirigir el gobierno. No obstante, en el contexto actual un elemento añade incertidumbre: el presidente de AN, Jordan Bardella, ha declarado que no aceptará ser primer ministro si no obtiene la mayoría absoluta en la Asamblea, haciendo sobrevolar la hipótesis de un bloqueo institucional sin posibilidad de repetir las elecciones hasta dentro de un año.
La unidad de los partidos de izquierda ha permitido construir la alternativa con más posibilidades de evitar una mayoría de extrema derecha. La alianza progresista abarca desde figuras socialdemócratas, como François Hollande, hasta partidos anticapitalistas. Las encuestas situaban a la alianza progresista muy por delante de la coalición presidencial construida alrededor de Macron, que ya perdió la mayoría absoluta en 2022 y a la que todas las encuestas situaban ahora como tercera fuerza política.
La unidad de la izquierda ha contrastado con la división de la derecha tradicional francesa, que representa el partido Los Republicanos. Su presencia en la Asamblea ya quedó muy reducida en 2022 y ha vivido la campaña más convulsa a causa de la decisión del presidente de la formación, Éric Ciotti, de aliarse con Marine Le Pen, en contra de la voluntad de la mayoría de figuras del partido. De hecho, la mayoría de sus candidatos ha encarado la campaña centrándose en la política local para tratar de convencer a los electores, a distancia de las polémicas de sus dirigentes.
Racismo y discriminación
Los líderes de los principales bloques han intentado centrar sus discursos en cuestiones sociales, especialmente ligadas al poder adquisitivo. De hecho, la economía fue una de las temáticas dominantes en los dos debates televisados de esta semana. No obstante, la cuestión de las discriminaciones que se encuentran en el núcleo del programa de AN rápidamente ocuparon un lugar preponderante en la actualidad: varios medios de comunicación, en particular Libération, analizaron la actividad en redes sociales del casi medio millar de candidatos del partido de Marine Le Pen, desvelando decenas de contenidos publicados y compartidos de carácter racista, homófobo o antisemita.
Por otro lado, la propuesta de Bardella de impedir que los franceses con doble nacionalidad no puedan acceder a ciertos puestos estratégicos, en un país con millones de personas binacionales, ha protagonizado una de las principales polémicas de la campaña. Especialmente cuando uno de los líderes del partido lepenista, Roger Chudeau, afirmó que la exministra socialista Najat Vallaud-Belkacem –con nacionalidad francesa y marroquí– no debería haber ocupado nunca ese puesto, declaraciones que Marine Le Pen intentó rápidamente desautorizar.
En todo caso, ni esta cuestión de los binacionales ni los diferentes cambios de postura sobre la posible anulación de la reforma de las pensiones parecen haber desestabilizado al electorado de extrema derecha, que confirman la dinámica de crecimiento constante mostrada por la lista encabezada por Bardella en las elecciones europeas.
DM