Un fuerte terremoto desata la catástrofe en Turquía y Siria

elDiario.es

6 de febrero de 2023 05:51 h

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Un fuerte y extenso terremoto ha dejado esta madrugada más de 3.400 muertos, miles de heridos y numerosos daños materiales en Turquía y la vecina Siria, inmersa en una guerra desde hace más de una década. El epicentro del seísmo se ha localizado en el sureste de Turquía, cerca de la frontera entre ambos países. Miles de personas se han quedado sin hogar en pleno invierno y las autoridades temen que el número de víctimas siga aumentando, mientras continúan las tareas de rescate.

El sobresalto sacó de la cama a las 1.17 GMT a miles de personas a ambos lados de la frontera, con el seísmo derribando edificios en un área amplísima de cientos de kilómetros que va desde el norte de Siria, desde ciudades como Alepo, hasta el sureste de Turquía, donde ha resultado afectada la mayor ciudad turca de la región, Diyarbakir. Se ha sentido también con fuerza en Líbano, incluida Beirut.

A lo largo del día, la región se ha visto golpeada por importantes réplicas, incluida una sacudida casi tan fuerte como el terremoto inicial. 

Gobiernos de todo el mundo han expresado sus condolencias y han respondido a las solicitudes de asistencia internacional, desplegando equipos de rescate y ofreciendo ayuda. Turquía ha declarado siete días de luto nacional.

Ali Ziraatçi consiguió salir de su edificio antes de que se derrumbara la fachada. “Nos despertó el temblor y tardamos en reaccionar pero conseguimos salir de casa todos”, ha explicado por teléfono a elDiario.es, aún sin llegar a asumirlo. “Vivimos en un segundo piso. No nos dio tiempo a coger nuestras cosas, parte de nuestro edificio se ha derrumbado. Todas nuestras cosas siguen allí”, dice desde Gaziantep, en Turquía.

Con diez provincias afectadas, desde las llanuras de Adana en la costa mediterránea hasta la cumbre de 2.500 metros de altitud en Malatya, el terremoto ha sido uno de los más extensos en décadas en Turquía. “Es el seísmo más fuerte desde el terremoto de Erzincan de 1939”, ha dicho el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien lo ha calificado como un desastre histórico. 

En Turquía, al menos 2.316 personas han perdido la vida y unas 12.000 han resultado heridas, según han informado las autoridades turcas y y recoge la agencia Anadolu. Más de 5.600 edificios han quedado destruidos y 7.340 personas han sido rescatadas de los escombros.

El número de muertos en Siria asciende a más de 1.100, según la agencia Associated Press, que combina las cifras de las autoridades en las zonas controladas por el Gobierno con las del grupo de rescate Cascos Blancos, que opera en las áreas de Siria controladas por la oposición y ha indicado que cientos de familias han quedado atrapadas entre los escombros.

En este país, la provincia noroccidental de Idlib, último bastión opositor en Siria y una zona en la que residen 4,6 millones de personas –casi tres millones de ellas son desplazados por la guerra– y partes de la vecina Alepo son las zonas del país más cercanas al epicentro del terremoto.

Las bajas temperaturas y la nieve en la zona, donde también hay territorios montañosos de difícil acceso, han complicado las tareas de rescate.

El servicio de emergencias turco Afad ha situado el epicentro en la localidad de Pazarcik, en la provincia de Kahramanmaras. El Servicio Geológico de Estados Unidos ha situado la fuerza del terremoto en 7,8, mientras que Afad lo establece en 7,7.

“Su hipocentro se ha situado a unos 18 kilómetros de profundidad, que es una profundidad relativamente reducida para un seísmo de tal magnitud”, ha dicho el profesor Titular en el GRC Geociencias Marinas, Galderic Lastras, del departamento de Dinámica de la Tierra y del Océano de la Universidad de Barcelona. “En general, cuanto menor es la profundidad, mayores son las intensidades con las que se percibe en superficie y, por tanto, sus efectos sobre la población”.

Al terremoto le han seguido fuertes réplicas que han afectado a las provincias de Gaziantep, Kahramanmaras, Adiyaman, Sanliurfa, Malatya, Kilis, Diyarbakir, Osmaniye, Adana y Hatay. Horas después de este primer seísmo de 7,8, en la escala Richter, un nuevo terremoto de 7,6 ha afectado al sureste de Turquía.

El epicentro de este nuevo temblor se ha localizado en Elbistan, en la provincia de Kahramanmaras, unos 80 kilómetros al norte del primero. José Morales, catedrático de Física de la Tierra del Instituto Andaluz de Geofísica y de la Universidad de Granada dice que este segundo terremoto ha sido desencadenado por el primero, y que los primeros datos indican que es una estructura diferente a la falla Anatolia Oriental.

La capital de una de las provincias más afectadas en Turquía, Gaziantep, cuenta con dos millones de habitantes y es la novena ciudad más poblada del país. Gaziantep, además, es uno de los principales centros de comercio en el sur de Anatolia, punto de paso para el comercio con Siria, y alberga una tercera parte de los 1,5 millones de refugiados sirios residentes en las provincias afectadas.

En Adana, la séptima ciudad más grande del país y uno de sus principales núcleos industriales, se han derrumbado edificios, así como en la provincia montañosa de Kahramanmaras, con un millón de habitantes y en Malatya, situado a 1.000 metros de altitud a pie de una cordillera que alcanza los 2.500 metros.

En la ciudad de Alejandreta, en la provincia de Hatay, según ha anunciado el ministro del Interior turco, se ha derrumbado parte de un hospital. En Diyarbakir, considerada 'capital' de las regiones de población kurda en el sureste de Anatolia, se han derrumbado varios edificios.

Por su parte, el Alto Representante de Asuntos Exteriores de la UE, Josep Borrell, remarcó que el bloque está “listo para ayudar” a los países afectados tras un terremoto “devastador” que “se ha cobrado la vida de cientos de personas y ha herido a muchos más”.

Trece Estados miembros de la UE ofrecieron equipos de búsqueda y rescate para ayudar en las tareas de salvamento que se llevan a cabo en Turquía tras el terremoto que esta madrugada sacudió el sureste del país y otros países vecinos, informó la Comisión Europea.

Bruselas informó de la rápida movilización de diez equipos de búsqueda y rescate urbano de Bulgaria, Croacia, Chequia, Francia, Grecia, los Países Bajos, Polonia y Rumanía para apoyar a los socorristas sobre el terreno en las primeras tareas, indicó el portavoz Balazs Ujvari en la rueda de prensa diaria de la Comisión. Añadió que España, Italia, Hungría, Malta y Eslovaquia también han ofrecido equipos de rescate.

Por la zona afectada pasa la falla geológica de Anatolia oriental, que separa las placas tectónicas del altiplano anatolio de las llanuras de Arabia y se prolonga hasta Adana en el Mediterráneo. En torno a ella se han contabilizado muchas decenas de terremotos de hasta 6 grados el último siglo y siete de entre 6 y 7 grados, pero ninguno de una fuerza tan destructiva como el de la pasada madrugada.

El seísmo se ha sentido también, además de en Turquía y Siria, en Líbano, Israel y Georgia.

Uno de los símbolos de la enorme destrucción del seísmo ha sido el histórico castillo romano de Gaziantep, que llevaba en pie más de 1.700 años y parte de sus muros ha sido arrasada por el temblor.

Las autoridades turcas han anunciado el cierre de los colegios en las diez provincias más afectadas y también se han suspendido todas las competiciones deportivas.

En varias de las diez provincias turcas más afectadas, se han producido cortes de gas y electricidad, y en algunos embalses han aparecido grietas, aunque las autoridades afirman que no hay daños estructurales.

Ayuda humanitaria

Erdogan ha declarado que unos 45 países han ofrecido ayuda después del devastador terremoto y las fuertes réplicas.

El secretario general de la ONU, António Guterres, ha expresado “el compromiso total de apoyar” las operaciones de rescate y ayuda a Turquía y Siria. Los equipos de la ONU “ya se encuentran sobre el terreno estableciendo las necesidades y proveyendo asistencia” a los heridos y damnificados tras el derrumbe total o parcial de miles de edificios. “Mi corazón está con los pueblos de Turquía y Siria en estas horas de tragedia”, ha dicho Guterres.

Médicos Sin Fronteras ha informado de que sus equipos han recibido numerosos heridos y muertos en sus instalaciones del noroeste de Siria. “Los centros médicos se han visto afectados y están desbordados, y el personal médico en el norte de Siria está trabajando sin descanso para responder al enorme número de heridos que llegan a las instalaciones sanitarias. Desde las primeras horas, los equipos de MSF han atendido a unos 200 heridos y han recibido a 160 víctimas mortales en los centros y las clínicas que gestionan o apoyan en el norte de Idlib.

Organizaciones como Oxfam y Acción contra el Hambre han anunciado que preparan una respuesta de emergencia. El Consejo Noruego para los Refugiados (NRC) ha señalado que se trata de una “catástrofe que agravará el sufrimiento de los sirios, que ya se enfrentan a una grave crisis humanitaria”. Millones de personas ya se han visto obligadas a huir por la guerra en la región y ahora muchos más se verán desplazados por el desastre, dice el NRC.

La Comisión Europea ha informado de que está coordinando el envío de equipos de rescate de los Estados miembros que se sumen a los esfuerzos de las autoridades locales en la búsqueda de supervivientes tras el terremoto, y garantizó que ayudará “en todo” lo que pueda.

Trece países de la Unión Europea (UE) ofrecieron este lunes equipos de búsqueda y rescate. Bruselas informó de la rápida movilización de diez equipos de búsqueda y rescate urbano de Bulgaria, Croacia, Chequia, Francia, Grecia, los Países Bajos, Polonia y Rumanía para apoyar a los socorristas sobre el terreno en las primeras tareas, indicó el portavoz Balazs Ujvari en la rueda de prensa diaria de la Comisión. Añadió que España, Italia, Hungría, Malta y Eslovaquia también han ofrecido equipos de rescate.

La ministra de Defensa española, Margarita Robles, ha informado este lunes de que dos aviones del Ejército del Aire partirán a Turquía con más de 90 efectivos para colaborar en las tareas de búsqueda y rescate urbano tras el fuerte terremoto.

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