El pontífice saludó de forma breve a Kateryna Prokopenko, esposa del comandante del regimiento que defiende la planta, Denys Prokopenko; y a Yuliia Fedisuk, esposa de Arseny Fedisuk, miembro del Batallón Azov del Ejército ucraniano en Mariúpol.
Prokopenko y Fedisuk habían sido invitadas especialmente a presenciar la audiencia en primera fila y a tener un breve intercambio con el Papa con una nota de la secretaría de Estado vaticana de la semana pasada, dijeron a Télam fuentes de la Santa Sede.
Los esposos de Prokopenko y Fedisuk participan en la defensa de una planta siderúrgica asediada por topas rusas en la sureña ciudad de Mariúpol, sobre el mar de Azov.
Civiles que se encontraban con ellos refugiados en búnkeres subterráneos de la acería de Azovstal fueron evacuados la semana pasada en operativos de la ONU y la Cruz Roja durante treguas decretadas por Rusia.
El Gobierno ucraniano ha llamado a que ahora sean evacuados los militares, de los que dice que hay más de 1.000, cientos de ellos heridos.
“Le pedimos al Papa que nos ayudara para que que haya corredores seguros para salir de Azovstal”, dijo Prokopenko tras la audiencia en diálogo con la prensa frente a la plaza San Pedro.
El Papa les prometió que rezaría por ellas, apuntó Fedisukl, quien señaló que les dijo además que “defiendan siempre el valor de la vida humana”.
Prokopenko dijo que en la planta aún quedaban civiles “en su mayoría familias de militares, que tienen miedo de salir y terminar en manos rusas”, tal como dijo ayer un funcionario del gobierno municipal de Mariúpol.
Sin embargo, el Gobierno ucraniano y el comandante del Batallón Azov confirmaron que los últimos civiles habían sido evacuados el fin de semana pasado, tal como habían anunciado Ucrania y Rusia.
Junto a las dos mujeres ucranianas, también saludó al Papa el director de cine y activista cercano a la banda de rock Pussy Riot Petro Verzilov.
NB con información de agencia Télam.